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El Liberal - Política

Loola Pérez: “Fue irresponsable que Irene Montero animara a ir al 8-M”

La escritora murciana ha publicado ‘Maldita feminista’, obra en la que defiende un feminismo libre de dogmatismos

Loola Pérez

La filósofa y sexóloga Loola Pérez (Molina de Segura, 1991), conocida en Twitter por el sobrenombre de Doctora Glas, publicó en febrero Maldita Feminista. Hacia una nuevo paradigma sobre la igualdad de sexos (Seix Barral), un ensayo en el que pone en tela de juicio los dogmas del feminismo hegemónico. En la presente entrevista, aborda asuntos como el papel del porno en la educación sexual, el sentido del patriarcado en la actualidad o la decisión del Gobierno de autorizar el 8-M pese a la expansión del coronavirus.

Durante la manifestación feminista del 8-M, fue habitual escuchar que el “machismo mata más que coronavirus”. ¿Cómo entiende que se permitiese una manifestación que ponía en riesgo la salud de decenas de miles de personas?

Fue irresponsable por parte del Gobierno que se autoriza esa manifestación. La prevención consiste en adelantarse, no en ir tres pasos por detrás de la epidemia. No se puede uno justificar ahora en que la situación que provoca el virus es “dinámica” o abusar en discursos de justificación la palabra ciencia, pero vacía de contenido, ocultando aquello que apuntaban los modelos matemáticos que analizaban el contagio. Italia pudo ser nuestro espejo. Pero también fue irresponsable que Irene Montero, Ministra de Igualdad, animara a la gente a ir cuando el criterio del Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) era contrario a la celebración de la marcha.

Montero, que acaba de anunciar su ley de libertad sexual, necesitaba estar en el 8-M, salir en la foto y proporcionar la imagen de que ella es una representante del feminismo

Ella, que acababa de anunciar su ley de libertad sexual, al igual que otros miembros del Gobierno, necesitaban estar ahí, salir en la foto y proporcionar esa imagen que tanto le gusta: que ella es una representante del feminismo, como si el feminismo fuera suyo, como si el movimiento feminista la hubiera elegido como gurú en las instituciones y todo lo que hiciera fuera bueno, revolucionario, unánime. Creo que esto da para un nuevo capítulo de Maldita Feminista, pues la actuación de Montero, como cargo público, en plena crisis del coronavirus, es la guinda a unos meses donde ha convertido el Ministerio de Igualdad en un reality show. Por ética, si no va a dimitir, al menos debe expresar unas disculpas. No obstante, de ella, me preocupa más su gestión. Si una mujer con poder coloca a sus amigas en los sillones de un ministerio no está valorando su profesionalidad y talento sino la calidad de sus relaciones personales. Es como si hubiera convertido el Ministerio en su propio club de fans.

Maldita feminista arranca con una cita de Lipovetski que reza que hablar de histeria victimista no significa que las violencias infligidas a las mujeres sean imaginarias. ¿Convenía aclararlo?

Reducir la violencia contra las mujeres en el ámbito de la pareja o expareja o por parte de su familia es una preocupación moral presente en muchas democracias e instituciones. Sin embargo, creo que debemos utilizar mejores instrumentos y estrategias para prevenir la violencia contra las mujeres, recuperar a las víctimas y reinsertar a los delincuentes. Hemos pasado de creer que la violencia perpetrada por los hombres era una patología a creer que la violencia que muestran es una expresión absoluta de patriarcado. Eso es bastante estúpido y alimenta la desinformación.

Necesitamos una visión criminológica y no ideológica para abordar la violencia contra las mujeres

El feminismo hegemónico muestra una falta de compromiso intelectual ante la pregunta de por qué hay hombres que asesinan a sus parejas o exparejas. Necesitamos una visión criminológica y no ideológica para abordar este tipo de violencia. Abrir el libro con esa frase de Lipovetski no es más que una forma de expresar que necesitamos pensamiento crítico no para menospreciar o negar la realidad sino para diferenciar entre aquellas informaciones que se basan en hechos objetivos y nos pueden ayudar a tomar buenas decisiones y aquellas otras que carecen de pruebas objetivas y se enmarcan en el interés partidista, crédulo o acientífico.

En el libro también se abordan las diferencias entre el feminismo de igualdad y el feminismo de género. ¿Cuáles son?

El feminismo de la igualdad y el feminismo de género son dos tradiciones que diferencia la filósofa Christina Hoff Sommers. Partiendo de ahí lo que hago es una clasificación de las corrientes teóricas más populares del feminismo. El feminismo de la igualdad proviene de una tradición humanista y liberal, enfoca su lucha contra la discriminación y violencia que sufren las mujeres ante hechos objetivos. Por su parte, el feminismo de género, fuertemente influenciado por el marxismo y el pensamiento posmoderno, defiende que las mujeres son oprimidas atemporalmente por el patriarcado.

No podemos seguir pensando el mundo como si acaso esto fueran los años 50

Yo me sitúo dentro de la tradición del feminismo de la igualdad. El camino trazado por el feminismo liberal sigue siendo el germen de los derechos de las mujeres en las democracias, pero también le digo que ese feminismo liberal no se reduce al pinkwashing que vemos, con cuestionable intención, en algunos partidos. En un mundo globalizado, donde la ciudadanía pierde influencia a propósito del control que sobre ellas ejercen las grandes empresas y corporaciones políticas, también es urgente incorporar otras visiones, que asuman una perspectiva multicultural y crítica. No podemos seguir pensando el mundo como si acaso esto fueran los años 50.

Defiende que hablar en el presente de “patriarcado” es un sinsentido. ¿Por qué lo es?

Hablar de patriarcado, como defiende Gerda Lerner, es hablar de un sistema histórico, pero tiene un principio y un final. Y bueno, no se concibe exclusivamente como las relaciones de dominación de los hombres sobre el conjunto de las mujeres. De hecho, cuando el análisis del patriarcado se fundamenta exclusivamente en esas relaciones se evita poner la atención en otras cuestiones como las estructuras de parentesco o la división del trabajo basada tanto en las diferencias biológicas como jerárquicas.

El feminismo actual está más preocupado por las luchas internas que en la repercusión positiva que pueda tener para la vida de la gente

Tampoco el feminismo hegemónico ahonda en los significados de todas esas estatuas antiguas que veneraban a las mujeres como diosas o que idolatraban la maternidad o la voluptuosidad femenina. En esos símbolos históricos la mujer no ocupa una categoría de pasividad o sumisión, sino que es representada como una fuerza transformadora de la civilización, como una figura venerada y poderosa. Actualmente, hay teóricas feministas como Celia Amorós que han definido el patriarcado como metaestable para justificar su supuesta presencia actual en Occidente. Pretenden mostrar que el patriarcado se reinventa y adapta distintas formas. Es un argumento meramente descriptivo, que ahonda de nuevo en la explicación monocausal y lineal y que aboca a las mujeres al rol de víctima constante.

Asimismo, aboga por un feminismo que no piense exclusivamente en las mujeres sino en toda la ciudadanía. ¿El nuevo feminismo no lo hace?

El feminismo actual está más preocupado por las luchas internas que en la repercusión positiva que pueda tener para la vida de la gente. Hay una lucha por el control del discurso feminista y esa rivalidad existe no solo en el movimiento social, la cual observamos en la manifestación del 8-M, donde se expulsó a varias representantes de Ciudadanos, sino también en el actual gobierno de coalición. No creo que ninguna diputada o concejala de Ciudadanos mereciera ese trato. Las manifestaciones se dan en el espacio público y cualquier persona tiene derecho a ir, independientemente de que se esté más de acuerdo o menos de acuerdo con el manifiesto de la organización. Un feminismo que no es inclusivo y abierto, que no respeta la libertad de expresión o defiende comportamientos de hostigamiento y agresión se convierte en una mezcla entre totalitarismo y club privado de señoras y señoritas. Lo estético se está imponiendo a lo ético y cabe sospechar.

“Un hombre con miedo podrá provocar a las mujeres ternura, sorpresa o estupefacción, pero jamás les erizará los pezones”. ¿Nos lo aclara?

Hay muchas mujeres a las que les pone la masculinidad y las características tradicionales que asociamos a ellas como el valor o la fuerza. Por eso triunfan productos culturales como 50 sombras de Grey, no porque las mujeres, en general, sean bobas e idiotas, incapaces de distinguir una agresión de un calentón, sino porque se sienten atraídas por la virilidad de Grey. Y esa virilidad, ojo, nos puede gustar en hombres, pero también en otras mujeres dado que la masculinidad no es un significado que se asocie exclusivamente al sexo biológico.

Según un estudio reciente del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, el porno instaura un modelo de “imaginarios violentos” contra la mujer. ¿Está en lo cierto?

Conozco el estudio y aunque pueda estar de acuerdo en algunas cuestiones como en el hecho de que la juventud aprende el sexo del porno porque la educación sexual no llega o llega tarde y mal, no coincido con muchas de sus conclusiones. El porno no puede utilizarse como el chivo expiatorio de la violencia sexual que sufren las mujeres. Creo que existe una interpretación sesgada de los datos y sus resultados no son concluyentes. En primer lugar, no diferencia entre algo tan básico como fantasía y conducta. Y en segundo lugar, hace demasiadas generalizaciones, defendiendo que se erotiza el papel pasivo de la mujer y el papel activo del hombre. Llega incluso a sugerir que en el porno, la mujer experimenta una agresión violenta y no un acto sexual. Sin embargo, la pornografía no es un contenido fijo. El porno está lleno de escenas donde los roles están radicalmente cambiados… Angustiar a las personas por sus deseos y fantasías porque no son políticamente correctos, lejos de mostrar una actitud abierta y comprensiva, se encauza en un estado de opinión que solo revela represión, puritanismo y control social.

El porno no puede utilizarse como el chivo expiatorio de la violencia sexual que sufren las mujeres

Como sexóloga creo que, dado que el porno no va a desaparecer, debemos enseñar a los jóvenes a abordar críticamente esos contenidos, pero no desde la censura o la culpa sino desde el entendimiento, la reflexión y el consumo, si se diera, responsable. Y esto es algo que debe plantearse con los profesionales de referencia que son los sexólogos, no desde cualquier categoría profesional o bajo el epígrafe de experta de género. Pienso, además, que hay una tendencia dentro del feminismo sumamente erotofóbica en cuanto a la expresión de deseo por parte de los adolescentes. La reflexión feminista sobre pornografía y jóvenes se está centrando en los miedos y está olvidando que aunque algunos chicos puedan copiar sin pensar lo que ven, o incluso pueden llegar a ser "adictos" a la pornografía, estos hombres son la excepción, no la regla.

La actual presidenta del Senado, Pilar Llop, afirmó que una “democracia donde la mitad de la población vierte violencia sobre la otra mitad no es democracia”. ¿Es así?

En el mundo existe libertad de expresión para decir semejantes tonterías, pero me avergüenza que esto pueda venir de una representante pública. Es una falta de responsabilidad, promueve una psicosis colectiva y enfatiza la guerra de sexos. Tenemos que elegir mejores referentes.

Placido Domingo terminó aceptando toda la responsabilidad por las acusaciones dirigidas contra él. Sin embargo, mientras que sus detractores celebraron la noticia, otros recordaron que flirtear con torpeza o de manera inoportuna no es delito. ¿Cómo lo ve usted?

Hay que asumir que existen hombres talentosos con comportamientos inapropiados o incluso delictivos. Me parece positivo que las víctimas hablen, incluso años después, pero sobre todo que denuncien. No hay un manual de la víctima perfecta. En el caso de Plácido Domingo, no debemos perder la objetividad: el dictamen sobre su culpabilidad no debe venir de la justicia no de la investigación de una institución privada. Él ha pedido perdón, pero dudo de si es un perdón real o una mera estrategia de marketing ante los testimonios que le acusan… En un primer momento lo negó rotundamente, luego dijo que era una campaña para destruir su reputación y ahora asume lo ocurrido y se disculpa. No sé. Parece el ocaso de un dios de la música y ese ocaso solo acaba de empezar.

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