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Economía

Unai Sordo, un sindicalista nuevo para un viejo sindicato

Unai Sordo

Si los guionistas de Cuéntame, la serie de televisión que se desangra en tramas absurdas, tuvieran que rodar un episodio en Comisiones Obreras no tendrían que tocar nada. El sindicato, igual que UGT, se quedó congelado en los años 80 y desde entonces sus discursos, sus locales, su imagen y su esencia no ha cambiado un ápice. Fernández Toxo ha sido consciente de ello y ha intentado cambiar algo, pero no lo ha conseguido. Quizás por su edad -"creo que los tiempos exigen dirigentes de otra edad", afirmó durante el anuncio de su marcha-, quizás porque no le han dejado, como se puede entrever de una de las frases de su despedida: "Es una decisión personal, pero no por razones personales".

Sea como fuere, un minuto de tirar la toalla, Toxo señaló a su heredero: Unai Sordo (Bilbao, 1972). Este joven sindicalista vizcaíno de 44 años tiene una tarea complicada, la de renovar una estructura oxidada, pero que con cierto éxito ha llevado ya a cabo en el País Vasco, donde ahora mismo es secretario general. Sordo es Graduado Social por la politizada Universidad del País Vasco y, como muchas personas de su generación en Euskadi, ha convivido y sobrevivido a la lacra del terrorismo y del fascismo abertzale. Es defensor del diálogo como base para solventar todos los problemas, lo que no impide que alce la voz cuando considera que las cosas no se hacen de una forma razonable.

Sindicalismo frente a política

No escatima críticas al sindicato nacionalista e independentista ELA (cercano al PNV en sus orígenes y ahora perdido en batallas identitarias, como medio País Vasco) por centrar sus discursos en la política de banderas por encima de la defensa de los trabajadores. En este sentido, ha logrado un gran entendimiento con la sucursal vasca de UGT. "El resto del sindicalismo en Euskadi no tiene ninguna intención de empujar para mejorar la situación del país. Estamos hablando de posicionamientos estrictamente políticos”, ha llegado a afirmar.

Esta imagen poco favorable al nacionalismo, a pesar de que cree que "la pluralidad y la transversalidad" deben ser el eje de Euskadi, y más tras el fin armado de ETA, ha provocado que en un territorio en el que la sociedad se divide más por su postura frente al nacionalismo que por las diferencias de cualquier otro tipo, su sindicato haya perdido su histórica segunda posición detrás del hegemónico ELA y superados por LAB, la central del entorno batasuno. Es posible que su desmarque de la cadena humana que, al estilo de Cataluña, reclamó el derecho a decidir en Euskadi, le haya sembrado enemistades en un establishment vasco que simpatiza con cualquier rebelión que lleve la ikurriña cuanto más grande mejor.

Una nueva forma de liderar

Sordo se ha mostrado crítico cuando su sindicato ha estado involucrado en corruptelas como la de las ‘tarjetas black’. Y ahora podría llegar a la Secretaría General de la central para "readaptar el sindicato a los nuevos tiempos y al nuevo paradigma en el que hay que desarrollar la acción sindical". Defiende "vincular de una forma muy intensa los recursos del sindicato a la realidad de los centros de trabajo, a la nueva composición de la clase de trabajadora, así como al nuevo marco normativo y económico en el que se desenvuelven las empresas". Sordo es consciente de la importancia de adaptar la organización "a las nuevas percepciones de los trabajadores de lo que es el sindicalismo y de lo que es la acción colectiva, que ha cambiado radicalmente".

En lo personal, se reconoce "ante todo y por mis orígenes, un deudor social" ya que toda su vida se ha construido gracias al entramado público. Desde su nacimiento, en el hospital de Cruces, hasta su educación, en colegios y la universidad pública. Humilde desde siempre ha trabajado, como muchas otras personas, en varios sectores y en condiciones precarias. De hecho, ha conocido la dureza de la recolección de fresas en el pueblo de su madre en la provincia de Valladolid. Es un convencido de la necesidad de utilizar las redes sociales para estar en contacto con la sociedad, tanto para emitir mensajes como para recibirlos. Así, mantiene un blog personal desde 2007 y tiene cuenta en facebook y en Twitter. Desde esta red, lanza un mensaje de lo que quiere para CCOO si llega a la cúspide del sindicato.

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