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Economía

Subir las pensiones con estimaciones de IPC erróneas ha costado 3.300 millones en dos años

José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social

El Gobierno se ha equivocado dos años consecutivos con su pronóstico de inflación para el año siguiente y, al utilizar esa previsión como indicador para revalorizar las pensiones, el Estado ha incurrido en un sobrecoste de 3.300 millones de euros que se podría haber ahorrado. 

Fue en diciembre de 2018 cuando el Ejecutivo en solitario de Pedro Sánchez aprobó una subida de las pensiones públicas del 1,6% para 2019, en línea con la inflación prevista para ese año. Sin embargo, las expectativas superaron la realidad y a cierre de ese ejercicio la inflación media de los doce meses se situó en el 0%. Ese año, el Gobierno gastó 1.619 millones de euros en el alza de las pensiones generales, 311 millones en las de pensiones pasivas y 695 millones adicionales por la subida del 3% de las pensiones mínimas y no contributivas, según la información recogida en el Plan Presupuestario de 2020.

Si el Gobierno hubiera sabido entonces que el promedio anual del IPC en 2019 iba a ser del 0% podría haber evitado la medida y ahorrado esos 1.930 millones -asumiendo que las mínimas y no contributivas subían por razones distintas a la posible pérdida de poder adquisitivo derivada del aumento de precios-. 

En 2020, el error ha sido el mismo, aunque en esta ocasión se puede culpar a la pandemia del coronavirus de que se hayan truncado las expectativas de inflación. 

Las pensiones se subieron un 0,9%, en línea con la inflación esperada para este año, pero en lo que va de año la inflación media se sitúa en el -0,3%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. El Banco de España ha pronosticado que esa será la cifra en que cerrará el promedio del IPC de los doce meses del ejercicio. 

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Esta subida ha costado 1.404 millones de euros, según el Plan Presupuestario de 2021, de los que 1.297 millones son por la subida de las pensiones generales y 141 millones por la subida de las pensiones pasivas, y ha resultado innecesaria dado que los pensionistas no han sufrido una pérdida de poder adquisitivo. Entre 2019 y 2020, el sobrecoste asciende a 3.334 millones de euros. 

Podría volver a ocurrir en 2021

El supervisor del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha advertido este miércoles de que este error podría volver a cometerse, dado que la inflación prevista para 2021 (del 0,9%), que se ha utilizado para revalorizar las pensiones el próximo ejercicio, depende de que se recupere la actividad económica con fuerza el próximo año, algo que a su vez está supeditado a la incierta evolución de la pandemia y de las restricciones sanitarias. 

"Como ya ha sucedido, de hecho, en 2020, en que se ha producido una indexación de pensiones y salarios públicos del 0,9% que superará a la inflación observada (-0,3%, de acuerdo con la previsión del Banco de España), las propuestas de incremento de los salarios públicos y de las pensiones contempladas en el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado podrían redundar en un aumento de las compensaciones reales de estos colectivos", ha señalado. 

De ahí que el supervisor pida al Ejecutivo que utilice previsiones "más prudentes", en alusión a que es mejor quedarse corto que incurrir en un gasto innecesario, especialmente teniendo en cuenta la situación actual del país y de las cuentas públicas. 

Es preferible pecar de un IPC previsto más bajo del que luego resulta en la realidad porque ya existe un mecanismo para subsanar este error (algo que no sucede a la inversa): cuando el Gobierno prevé una inflación para el año siguiente que finalmente es inferior a la que resulta, el Ejecutivo entrega una "paguilla" compensatoria a los pensionistas por la diferencia en enero del siguiente ejercicio, de ahí que el gobernador recomiende ser precavido con las estimaciones. 

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