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Economía

Cautela sindical por el veto a la fusión Siemens-Alstom hasta conocer el plan B de las compañías

Sede de Siemens en Múnich

El veto del Ejecutivo europeo a la fusión entre la división ferroviaria de Siemens y Alstom ha generado un cierto alivio entre los representantes de los empleados que trabajan en los centros que ambas compañías tienen en España, aunque las alarmas siguen encendidas ante los próximos pasos que puedan dar ambas multinacionales tras ver frustrado su plan para unir fuerzas con vistas a poder competir con el líder mundial del sector, la china CRRC.

La operación había generado inquietud entre los sindicatos por el hecho de que las empresas solo habían manifestado públicamente su intención de mantener los empleos en Francia y Alemania, sus países de origen, mientras que no habían especificado planes al respecto del resto de países en los que están presentes.

¿Y ahora, qué?

"Recogemos la noticia con prudencia porque no sabemos cuáles van a ser los próximos pasos. Es el momento de preguntar a las empresas: '¿Y ahora, qué?'. Hasta entonces tendremos que ser cautelosos", apuntan desde la Federación de Industria de la Unión General de Trabajadores (UGT).

Hasta ahora, Siemens y Alstom habían hecho públicos escasos detalles de la fusión y menos aún de su posible repercusión en España. En total, ambas empresas suman en el entorno de 3.000 trabajadores, en las divisiones de fabricación, mantenimiento y señalización.

"Los mensajes que han lanzado las compañías en los últimos días, en los que casi daban por hecho que Bruselas iba a tumbar la fusión, daban a entender que manejan un plan alternativo", señalan desde la Federación de Industria de Comisiones Obreras (CCOO). Esos planes podrían pasar por la venta de algunas divisiones, "lo que repercutiría necesariamente en el empleo".

Posibles medidas proteccionistas

Tras la decisión de Bruselas han empezado a circular rumores en torno a posibles medidas que podrían tomar como respuesta los Gobiernos de Alemania y Francia, notablemente contrariados por la decisión de la Comisión Europea sobre una operación que respaldaban plenamente. Estas medidas serían de carácter proteccionista para reforzar a las empresas en su competencia con CRRC.

"Lo que tenemos que reclamar es una legislación europea que sea capaz de proteger a la industria y a los trabajadores europeos. Con un instrumento así, la llegada de empresas como CRRC no se vería como una amenaza. Pero, individualmente, cualquier país europeo es demasiado pequeño en el contexto de una batalla comercial como la que están librando EEUU y China", afirma CCOO.

Mientras, el sindicato belga CNE ha manifestado su satisfacción por el veto a la operación ya que, en su opinión, la fusión entre Siemens y Alstom hubiera supuesto "importantes pérdidas de empleo" fuera de los países en los que las compañías tienen sus matrices. Las centrales sindicales españolas se mantienen más prudentes. Para ellas, la amenaza aún sigue latente.

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