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Economía

Repsol culmina sus primeros seis meses en el mercado eléctrico con 100.000 nuevos clientes

Sede de Repsol en Madrid

Los números confirman que Repsol no aterrizó en el mercado de comercialización eléctrica para ser uno más. En apenas seis meses, la compañía energética ha sumado 100.000 nuevos clientes a la cartera que adquirió cuando compró los activos de bajas emisiones de Viesgo con lo que, en la actualidad, Repsol ya cuenta con 850.000 clientes de electricidad y gas.

La adquisición de los activos de Viesgo se cerró el pasado 2 de noviembre. Desde entonces, Repsol ha sumado nuevos clientes a los que pasa el recibo de la luz y el gas a un muy notable ritmo cercano a los 4.200 cada semana. Una proporción que incluso se ha incrementado hasta una media de 5.000 nuevos clientes semanales en los dos últimos meses.

Al cierre de febrero, la cartera de clientes de electricidad de Repsol ascendía a 810.000; la compañía cerró el primer trimestre con 830.000; y ha culminado abril con 850.000. Esta última cifra, comunicada por el consejero delegado de la compañía, Josu Jon Imaz, a los analistas durante la presentación de resultados del primer trimestre, hace que el primer semestre en el negocio comercializador se cierre con cifras que sitúan a Repsol como una empresa capaz de captar una media de unos 550 clientes diarios.

En términos económicos, estos logros se traducen en el objetivo a corto plazo de que el negocio de electricidad y gas aporte hasta 60 millones de euros al resultado bruto de explotación (Ebitda) de Repsol. Ésta ha sido la previsión que Imaz ha trasladado a los analistas, con el matiz de que se trata de estimaciones calculadas con la base de los activos con los que actualmente cuenta la compañía.

Prioridad por el crecimiento orgánico

"Con la potencia instalada que actualmente tenemos, una aportación 60 millones de euros al Ebitda de Repsol sería un buen guidance para el negocio", admitió el consejero delegado de la compañía, quien recordó que, de acuerdo con la última revisión del plan estratégico, la meta a largo plazo es hacerse con una cuota de mercado del 5%, con una cartera de 2,5 millones de clientes, en el horizonte de 2025.

Las cifras registradas por Repsol en el mercado eléctrico impulsan a la compañía a apostar por el crecimiento orgánico, sin descartar la posibilidad de realizar compras. "Si vemos una posibilidad de crecer de forma inorgánica, lo haremos; pero la clave será el crecimiento orgánico", aseguró Imaz, quien añadió que los ambiciosos objetivos de Repsol en este mercado no forzarán a la empresa a realizar inversiones sin un criterio de rentabilidad.

"No vamos a hacer inversiones solo porque tengamos estos objetivos, cualquiera que llevemos a cabo tiene que crear valor para el accionista y asegurar un retorno mínimo", apuntó. En este sentido, la prioridad de Repsol, en el caso de que opte por salir de compras, serán aquellos activos que aún no hayan entrado en operación.

Nuevos actores

La compañía cuenta con una red de distribución privilegiada, compuesta por buena parte de las 3.400 estaciones de servicio que tiene repartidas por el país. A esto cabe añadir el reciente acuerdo alcanzado con El Corte Inglés para situar puntos de venta en lugares privilegiados de los centros comerciales de la cadena.

La semana pasada, ACS desveló al mercado su estrategia para convertirse también en un actor de referencia en el ámbito de la comercialización de electricidad, con objetivos también ambiciosos, como situarse en el plazo de seis años entre las diez primeras empresas de este sector en España.

Preguntado hace días por los analistas acerca de estos nuevos participantes en el mercado, el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, les dio la bienvenida y aseguró que la entrada de actores fomentará el incremento de las eficiencias.  Eso sí, también advirtió de que son necesarias cuantiosas inversiones, especialmente si se tiene en cuenta el plan energético del Gobierno, cuyo desarrollo contempla en torno a 230.000 millones para la próxima década.

En el plano global, el desafío está lanzado por una petrolera tradicional como Shell, que ha situado como meta convertirse en la mayor comercializadora eléctrica del mundo.

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