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Economía

Primark gana fuerza 'post-covid' y reincorpora a toda su plantilla para hacer frente al aumento de ventas

Una tienda de Primark cerrada durante la pandemia.

Primark, que comenzó a operar en las provincias que ya entraron en fase 2, lo está haciendo con fuerza y superando sus expectativas, pese a que los expertos apuntan a que el consumo tardará en recuperarse. Así, la compañía de moda low cost no ha salido de la pandemia tan tocada como otras cadenas, y ha reincorporado a su plantilla al 100% para hacer frente al aumento de ventas.

En este sentido, los planes de la irlandesa pasaban por mantener con un ERTE de reducción de jornada del 10% a la plantilla en los primeros compases de la apertura de las tiendas, algo que no ha podido hacer debido a que los clientes han sido muchos en estas primeras semanas. "A las que han abierto ya les está yendo muy bien. En tiempos de crisis, se compra más en Primark", explican fuentes sindicales.

No obstante, no todas las tiendas de la cadena en España están abiertas, puesto que la low cost decidió esperar al inicio de la fase 2 para ir levantando la persiana, y desechó la idea de dejar disponibles hasta 400 metros de su superficie, algo que sí estaba permitido en fase 1 y que hicieron otras grandes como El Corte Inglés o Inditex.

Por eso, es previsible que a partir de la semana que viene levante la persiana de tiendas tan emblemáticas como la de la Gran Vía madrileña, aunque desde los sindicatos no descartan que utilicen los primeros días de la semana para preparar las tiendas, como ya hicieron en el resto de provincias.

Una vez en la fase 2, podrán abrir las tiendas de Primark ubicadas a pie de calle, pero también las de los centros comerciales, que se mantienen cerrados en fase 1 pese a la presión continúa que han ejercido sobre el Ejecutivo para poder abrir antes.

Meses de ingresos 0

El caso de Primark, con cerca de 50 tiendas en el país, llama la atención en comparación con el resto de sus competidores, puesto que la irlandesa no dispone de canal de venta online, por lo que su facturación durante los dos últimos meses ha sido nula. Por eso, la empresa no empezó a anotar ventas hasta finales de mayo, cuando a mitad de la semana del 25 se brieron los primeros locales en las zonas en fase 2.

Debido al cierre decretado por la crisis del coronavirus, la irlandesa aprobó un ERTE por fuerza mayor para sus 6.000 empleados en España con efectos desde mediados de marzo, cuando se declaró el estado de alarma.

A nivel global, a mediados de marzo la irlandesa anunció el cierre de sus 376 tiendas, una pérdida de ingresos que supondrá, según sus cálculos, aproximadamente 710 millones de euros al mes.

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