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Banca

La patronal bancaria intensifica el lobby en Bruselas en plena polémica por el impuestazo

La AEB se ha citado con altos representantes de la Comisión Europea. Hacía casi medio año que no mantenía este tipo de encuentros.

Santander y BBVA
La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, y el presidente del BBVA, Carlos Torres.

La Asociación Española de Banca (AEB) reactiva los contactos para hacer lobby en Bruselas. La patronal bancaria ha intensificado los encuentros con altos representantes de la Comisión Europea desde finales de septiembre, coincidiendo con el inicio de la tramitación parlamentaria en el Congreso del 'impuestazo', según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli. El nuevo gravamen al sector está pendiente de la opinión del Banco Central Europeo (BCE), que si bien no es vinculante puede ser clave para suavizar el impuesto.

La patronal bancaria, de la que forman parte grandes entidades como Banco Santander, BBVA y Sabadell, ha mantenido contactos tanto en Bruselas como en Berlín con John Berrigan, director general adjunto del área de estabilidad y servicios financieros de la Comisión Europea, y miembros de los gabinetes de los vicepresidentes Valdis Dombrovskis y Josep Borrell.

Las reuniones se han centrado en temas regulatorios, como la implantación de Basilea III que se retrasó hasta 2023 por la pandemia, y en los planes de digitalización del sector en la era posCovid. Se trata de encuentros habituales con Bruselas, pero en el caso de la AEB hacía casi medio año que no se mantenían al más alto nivel.

Es probable, como reconocen fuentes próximas a las entidades, que la patronal aprovechara estos encuentros para "hacer presión" por el 'impuestazo' y dejara constancia en la Comisión Europea de que España es una "excepción" en Europa. El sector bancario se está movilizando a todos los niveles para, al menos, tratar de suavizar el 'impuestazo'.

El plan de Pedro Sánchez para gravar con un tipo del 4,8% los ingresos típicos del sector y las comisiones netas durante 2023 y 2024 saltó las fronteras de España en pleno agosto. La Federación Europea de Banca (EBF, por su siglas en inglés), que preside Ana Botín desde abril del año pasado, salió al paso haciendo suyos los argumentos de los principales banqueros del país, aunque sin referirse directamente a España.

"Las iniciativas que surgen en algunos países europeos destinadas a imponer impuestos ad hoc a los bancos son injustificadas, discriminatorias y, lo que es más importante, no logran abordar la crisis del coste de la vida", advirtió la patronal bancaria europea. La influencia de la banca española en el sector financiero irá a más en 2023. En ese momento Botín tomará las riendas del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), la patronal mundial. Sucederá a Axel Weber y se convertirá en la primera mujer en encabezar este importante lobby en sus cuarenta años de historia.

A la espera del BCE

Mientras llega la opinión del BCE, que se espera para este mismo mes o para los primeros días de noviembre, el Gobierno y las entidades negocian distintas fórmulas para esquivar la doble imposición. Entre las posibles vías, los bancos han pedido que el impuesto extraordinario hasta 2024 se pueda deducir como gasto. De esta forma, cada banco rebajaría la base imponible del Impuesto de Sociedades, que en el sector bancario es del 30%. Sería una especie de compensación fiscal de unos 900 millones de euros por los cuatro pagos previstos por el nuevo tributo.

Pero se acaba de abrir un nuevo frente entre los bancos y el Gobierno por las hipotecas. El Ministerio de Economía quiere arrancar un acuerdo al sector para proteger a las familias más vulnerables, aunque hay posiciones encontradas entre los distintos bancos. De ahí que el Gobierno amenace con legislar si no hay una propuesta sectorial.

Al final parece que habrá una solución híbrida y el Gobierno y los bancos negocian para plasmar un plan anticrisis en un real decreto ley. Según EFE, se estudia alargar el plazo de las hipotecas en los casos en los que la cuota se encarezca al menos un 30% y siempre que los ingresos del hogar se queden por debajo de los 24.318 euros anuales, el equivalente a tres veces el IPREM.

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