Quantcast

Economía

El PSOE renuncia a la banca pública y mantendrá a Goiri al frente de Bankia

Jordi Sevilla saluda a Pedro Sánchez en una reunión de la ejecutiva federal.

El aterrizaje de Jordi Sevilla en Ferraz ha sido determinante para que la postura final del PSOE se haya inclinado en contra de los deseos de los secretarios generales de UGT y Comisiones a la hora de encarar el futuro de Bankia, en el supuesto de que Pedro Sánchez gane las próximas elecciones. En el capítulo financiero del programa con el que los socialistas concurren al 20-D, se precisa que la estrategia respecto a esta entidad financiera seguirá las siguientes pautas: no malvenderla, continuar su privatización de acuerdo con Bruselas en el momento en que permita recuperar “todo o la mayor parte” de los 22.000 millones largos invertidos por el Estado y respaldar mientras tanto la gestión encaminada a convertir a Bankia en “un banco comercial ejemplar”, de modo que su modelo de negocio y su gestión “sea referencia para todas las entidades financieras españolas”.

El PSOE ha pasado de compartir el criterio de los sindicatos sobre el futuro de Bankia a respetar el proceso privatizador

La traducción que fuentes socialistas hacen de este apartado del programa es muy directa: se apoyará la continuidad de José Ignacio Goirigolzarri  en el cargo para que pueda seguir pilotando una gestión que dentro del PSOE se considera exitosa. Este mensaje de confianza le ha sido trasladado personalmente a Goirigolzarri en varias ocasiones por Jordi Sevilla, actor principal del programa económico que acaba de ser aprobado por su partido. Fuentes de la entidad precisan que, en cualquier caso, en estas conversaciones no se ha abordado la permanencia o no de Goirigolzarri en esta responsabilidad después de las elecciones generales.

La apuesta por seguir con el proyecto de privatizar Bankia, aunque sea en un horizonte temporal incierto, choca de lleno con las aspiraciones de los dos principales sindicatos, así como de los sectores que dentro del Partido Socialista añoran la existencia de una gran banca pública como instrumento potente de financiación empresarial y creación de empleo.

El Instituto de Crédito Oficial como sustituto

El propio Pedro Sánchez, en el último debate del estado de la nación, celebrado en febrero pasado, avaló una resolución de su partido que defiende la creación de una gran banca pública de inversión “que proporcione financiación a la economía real y combata la sequía del crédito existente”. Con esta iniciativa, el PSOE veía posible dinamizar la economía productiva, generar empleo y consolidar numerosas empresas, reservándole al Gobierno la promoción de políticas sectoriales. Se trataba, según la propuesta, de promover “una banca capaz de prestar por sí misma y con capacidad de análisis de riesgo”, que estaría regida por un modelo de gobierno corporativo “basado en una gestión profesional” y sometido a la “rendición de cuentas”. Las mismas tesis, pues, que siguen amparando UGT y Comisiones y que ahora, nueve meses después, el PSOE ya no vincula con Bankia sino al papel que, a su juicio, debe desempeñar el Instituto de Crédito Oficial (ICO).

En su oferta electoral, Pedro Sánchez promete para el ICO  abrir una ventanilla única que atienda y canalice todas las líneas de financiación y productos financieros, establecer una línea exclusiva para nuevas empresas y participar en proyectos de internacionalización, además de introducir en el organismo “consejeros independientes reconocidos en el ámbito financiero”.

La propuesta electoral sobre Bankia queda lejos, pues, de las pretensiones sindicales y del ala izquierda del PSOE de convertir la entidad en el principal pilar para el rescate de la banca pública. De ello han hablado largo y tendido en más de una ocasión Pedro Sánchez y el líder de UGT, Cándido Méndez, partidario de recuperar una banca pública como la gran canalizadora del crédito hacia las pymes, en la vieja tradición socialista de manejar desde el Gobierno una herramienta potente de política económica en una coyuntura que necesitaría, en opinión del ala izquierda del partido, de una especie de bypass crediticio para la reducción del paro, siguiendo el modelo de países como Alemania, Francia, Suecia, Suiza, Noruega o Dinamarca.

Quienes dentro del PSOE defienden este criterio consideran que las entidades públicas prestan más que el sector privado, evitan que la crisis financiera se extienda a la economía real, tienen un papel relevante en la reconversión de los sectores productivos tras la crisis y son consideradas más seguras por los ahorradores. El hecho de que el Estado tenga, a través del FROB, entre un 15 y un 20% del sector bancario en España, debe ser una oportunidad, en opinión de los sindicatos, “para crear una banca pública de tamaño relevante” e, incluso, para “impulsar un sistema de banca pública regional como la alemana”.

Los socialistas temen que sus planes para Bankia puedan variar si quedan prisioneros de Podemos

Después de haber renunciado a este modelo dando la espalda a UGT y Comisiones, la gran pregunta que se hacen ahora en el PSOE es si Pedro Sánchez, en caso de ganar las elecciones, podrá prescindir de Podemos para gobernar y respetar, así lo que dice en su programa, teniendo en cuenta que la formación de Pablo Iglesias se ha comprometido a todo lo contrario: primero cesaría a Goirigolzarri y más tarde nacionalizaría Bankia de forma definitiva y completa, abriendo una auditoría interna para investigar posibles responsabilidades de sus directivos. El capítulo final no se conocerá hasta dentro de tres semanas.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.