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Economía

Opel España prevé cerrar 2018 con ventas de entre 60.000 y 70.000 vehículos

El Corsa se fabrica en Opel desde que se inauguró la planta de Figueruelas en 1982.

Opel España prevé cerrar 2018 con unas 60.000-70.000 ventas de turismos y comerciales, ha asegurado hoy a Efe el director de la marca para España y Portugal.

En una entrevista con motivo de la presentación de la quinta generación del Opel Combo, Tomé ha explicado que la cifra dependerá de cómo evolucione el mercado durante los últimos cuatro meses del año.

Al respecto, ha adelantado que el de turismos en septiembre caerá un 15%, después de que en agosto subiera un 48,7% (hasta las 107.692 unidades) como consecuencia de las compras adelantadas por la entrada en vigor el pasado día 1 del nuevo sistema europeo de homologación de consumos y emisiones WLTP.

La previsión de Tomé es que en este ejercicio el conjunto de las marcas consiga vender 1.550.000 turismos y comerciales, de los que 1.320.000 corresponderán a los primeros.

En ese contexto, otro de los objetivos de Tomé, que asumió en julio la dirección de Opel Ibérica con "mucha ilusión" por ser un "desafío enorme", es consolidar la cuota del 5% que tiene la marca en España.

Al respecto, ha explicado que ese porcentaje es la "plataforma mínima para obtener otra presencia en el mercado" español.

A ello, va a contribuir de manera "muy importante" el nuevo Combo, que llega al mercado con una versión de turismo y otra profesional para el transporte de personas y materiales.

El Combo es un vehículo muy importante por las tecnologías que equipa y porque se fabrica en España en la planta que el Grupo PSA (Peugeot, Citroën, DS y Opel/Vauxhall) tiene en Vigo, ha resaltado.

Polémica en torno al diésel

Sobre la polémica en torno al diésel, ha dicho que este combustible no es el problema, ya que la mejora del aire de las ciudades pasa por rejuvenecer el anticuado parque automovilístico español.

En su opinión, no hay que "demonizar o aislar" el diésel o cualquier otro combustible, porque "no se va al problema de fondo", que es cuánto se quiere que emita cada coche y cómo se llega a ello.

Hasta que se generalice la electrificación en los vehículos, la mejor forma de reducir las emisiones contaminantes de CO2 es el diésel, ha afirmado.

De los eléctricos ha dicho que los problemas que conllevan se refieren a la procedencia de la electricidad que se utiliza para su recarga (su origen puede ser de fuentes renovables o de centrales atómicas, entre otros) y del reciclaje de las baterías que los impulsan.

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