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Economía

La OCDE advierte que la deuda para afrontar esta crisis "nos perseguirá" en el futuro

El secretario general de la OCDE, Angel Gurría.

Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ha advertido este miércoles de que el aumento del nivel de deuda pública sobre PIB que van a experimentar los países que ya están endeudados para poder costear el déficit público tras el coronavirus "volverá para perseguirnos".

Este es el caso de España, que cerró 2019 con un nivel de deuda sobre PIB del 95,5% y cuyo nivel de endeudamiento llegará hasta el 120% del PIB dentro de una década. Como publicó este medio, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) prevé que harán falta dos décadas de consolidación fiscal para que la deuda pública de España vuelva al nivel de 2019.

"Nos van a pesar las alas, porque estamos intentando echar a volar y ya estamos transportando mucha deuda y ahora vamos a añadir más", ha dicho Gurría durante su intervención en un foro económico organizado por el diario británico Financial Times.

En su opinión, muchos países se recuperarán más despacio de lo previsto de la crisis que han sufrido en la primera mitad del año. "No estoy convencido de que vayamos a tener una recuperación en forma de V. Creo que será más como una U. La clave es acortar la parte baja de esa U", ha señalado.

Rescate de empresas y ejecución de avales

Ha advertido también de que algunos gobiernos van a tener que capitalizar parte de esa deuda rescatando compañías o ejecutando las garantías o avales que han dado para facilitar el crédito bancario. En el caso de España, los avales del Instituto de Crédito Oficial ascienden a 100.000 millones de euros, de los que por el momento se han liberado unos 60.000.

Gurría ha alertado también del riesgo de que se algunos gobiernos y empresas dificulten la recuperación al intentar simplificar o acortar sus cadenas de suministro para fomentar la producción local, en una vuelta al proteccionismo, para evitar así que sus cadenas de valor estén tan expuestas a una disrupción global como la que ha provocado la pandemia.

Este cambio en la producción globalizada tendría un impacto en el comercio internacional y en muchos países cuyo PIB depende de las cadenas globales.

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