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Economía

Fracasa el intento de crear la primera agencia de calificación europea

Markus Krall, el año pasado, durante una conferencia en Atenas.

Hace algo menos de un año, un alemán de aspecto afable llamado Markus Krall reunió en un despacho del Paseo de la Castellana de Madrid a un grupo de periodistas para explicarles el proyecto de lanzar la primera agencia europea que sería capaz de rivalizar con las anglosajonas Moody’s, Fitch o Standard & Poor’s, las Big Three entre las 150 que pululan por el globo, siempre tan duras con los países de habla no inglesa pero benévolas con la calificación de las hiperendeudadas Estados Unidos e Inglaterra. Krall, por entonces CEO de la consultora Roland Berger, avanzó algunos detalles. “Será una agencia privada verdaderamente independiente, libre de presiones estatales, que sorteará mejor los conflictos de intereses”. Iba a ser lanzada en la primavera-verano de este año. Era noviembre de 2011.

Casi 11 meses después, Roland Berger ya no es la empresa promotora de la idea, Krall no sigue en la consultora y, por si quedaba alguna duda, la agencia de calificación crediticia europea no verá la luz este año, lastrada por la ausencia de capital inversor. Obsesionado con la agencia, Krall concertó unas 60 entrevistas con actores económicos y europeos y no europeos (“Europa será su cuna y su etiqueta”, resaltó el alemán) con el objetivo de recaudar 300 millones de euros, a razón de 10 millones y 30 contribuyentes, más o menos. Pero, por alguna extraña razón, la operación no prosperó.

Extraña es la razón, porque a los dos meses del encuentro en Madrid, Krall aseguró a este medio en conversación telefónica que ya contaba con la rúbrica de 27 de las 30 empresas. “Varias instituciones financieras españolas quieren participar, pero no diré cuántas ni cuáles porque tenemos acuerdos de exclusividad con ellas”, indicó. Sonaban algunas como la suiza Unicredit, la alemana Deutsche Bank y la estadounidense Morgan Stanley. Pero todo se fue al traste en la primavera de este año: Krall salió de Roland Berger en mayo, convencido de que podría erigir una agencia de calificación crediticia europea transparente e independiente.

A comienzos de 2014

La consultora germana agradeció a Krall los esfuerzos prestados y desistió de seguir pujando por un proyecto al que tanto ha dado, cuentan fuentes de la entidad. Y Krall prosiguió su particular batalla en una nueva empresa de nombre impronunciable: European Rating Agency Projektgesellschaft (algo así comoProyecto Empresarial para una Agencia de Calificación Europea”).

Según ha publicado el diario berlinés Die Welt, la idea de Krall es conseguir financiación (los 300 millones de euros de marras) para lanzar su proyecto a comienzos de 2014. “Empezaremos a trabajar cuando reunamos 100 millones, y luego nos dedicaremos a buscar el resto. Nuestra idea es comenzar a calificar la deuda de los países dentro de dos años y, a los tres meses, analizar la deuda de las empresas”. Ciertamente, la primera agencia de calificación comunitaria ha hecho aguas; tan cierto como que Markus Krall se desvive por este proyecto.    

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