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Economía

El Gobierno negocia ya con el BCE fórmulas para mejorar el crédito a las pymes

El presidente del BCE, Mario Draghi, (a la izquierda) junto al ministro de Economía, Luis de Guindos, en Bruselas.

El Ejecutivo es muy consciente de que para que empiece una recuperación leve pero gradual durante 2014 necesita que haya una ligera reactivación del crédito de aquí a finales de año. Y en el Banco Central Europeo están muy preocupados porque el imprescindible proceso de desapalancamiento de la economía española está impidiendo que llegue la financiación a las pymes y los sectores productivos. Así que el equipo económico de Rajoy y el BCE ya han mantenido conversaciones con el fin de estudiar cómo se podrían aumentar los préstamos a las pequeñas y medianas empresas, según confirman fuentes cercanas al Gobierno y el BCE.  

En general, coinciden en que a la par que se reduce el conjunto del crédito para sanear los excesos de deuda se puede aumentar aquél destinado a las áreas que tiren del carro, como por ejemplo las empresas exportadoras. Y el arsenal que están barajando es muy variado.

El ejemplo británico

Uno de los esquemas considerados más atractivos es el empleado en Reino Unido. Como las entidades encarecen tanto el precio de los créditos que resulta imposible acceder a ellos, el Banco de Inglaterra diseñó un plan que abarata la financiación de los bancos cuanto más presten, sin decirles qué sectores deben financiar.

El banco central inglés presta bonos a cuatro años a un 0,25 por ciento, bajo la condición de que las entidades los utilicen para conseguir a cambio financiación con la que prestar y hacer negocio. La autoridad monetaria concede estos títulos por valor de hasta el 5 por ciento del stock total de crédito del banco. Al 0,25 por ciento, cuanto más dispongan las entidades de estos bonos, más barata será su financiación respecto a la media del mercado. Si en cambio la entidad reduce la cantidad que presta, el Banco de Inglaterra eleva de manera gradual el interés de estos bonos hasta un máximo del 1,5 por ciento.

Esta fórmula ha obtenido un cierto éxito a la hora de reiniciar el crédito comercial e hipotecario en un mercado donde los precios de la vivienda se han ajustado más que en España. No obstante, los resultados han sido bastante más exiguos cuando se trataba de incrementar los préstamos a las empresas.

El caso de Irlanda

Otra opción sobre la mesa es el modelo irlandés, que consiste en que los dos grandes bancos nacionalizados, el Anglo Irish Bank y el Allied Irish Bank, están obligados a prestar a las pymes un total de 3.500 millones en 2012 y 4.000 millones en 2013. El Memorando de Entendimiento del rescate bancario español ya incluye que las entidades han de dar más crédito a las pequeñas y medianas empresas.

Colaterales o compras de titulizaciones

El BCE analiza además la posibilidad de que se rebajen las condiciones para aceptar créditos a pymes como garantías o colateral, de modo que las entidades puedan acudir con estos préstamos a la ventanilla de la autoridad monetaria y cambiarlos por liquidez.

Esta medida presenta el inconveniente de que las entidades aún conservan el riesgo del impago y, por lo tanto, parece poco probable que engorden mucho el crédito. Por eso, en el banco central han llegado a evaluar que pudiesen compartir los riesgos con el fondo de rescate europeo, algo que por el momento se antoja harto improbable.

Otra idea planteada consiste en que el BCE y el Mecanismo Europeo de Estabilidad adquieran titulizaciones de préstamos a pymes, una posibilidad ahora mismo todavía lejana porque el BCE asumiría la exposición a la morosidad.

Menos exigencias de capital para prestar a pymes

Al mismo tiempo, el Gobierno de Rajoy está intentando promover en Europa que se reduzca el consumo de capital de los préstamos a pymes, es decir, el nivel de capitalización exigido por cada crédito concedido a una pequeña o mediana empresa, algo que han solicitado los bancos españoles al Ejecutivo.

Este tipo de sociedades de menor tamaño no reúnen un historial crediticio como pueden hacerlo las grandes y, por lo tanto, suelen presentar mayores riesgos. Sin embargo, ahora han cambiado las circunstancias y se podrían reexaminar estos criterios. Máxime cuando semejante iniciativa representaría una herramienta muy potente para dirigir el crédito hacia los sectores más productivos.

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