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La reestructuración de la deuda helena, pendiente del calendario electoral en España

Chistine Lagarde, directora gerente del FMI, saluda al ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis.

Para escoger la fecha de las próximas elecciones generales, Mariano Rajoy deberá tener en cuenta otras variables que las estrictamente nacionales. El tema de Grecia influye más de lo que parece en el calendario electoral porque de cómo terminen las negociaciones entre el gobierno de Alexis Tsipras y sus acreedores, la volatilidad de los mercados podría incidir en la recuperación económica de España disparando la prima de riesgo.

Un informe de Goldman Sachs advierte de que una solución definitiva a la reestructuración de la deuda griega solo podría alcanzarse durante el segundo semestre, una vez que se hayan celebrado los comicios españoles, y teniendo en cuenta que se mantenga el actual modelo de solucionar en el último minuto el problema del pago de las deudas.

Superar el 30 de junio en realidad es una nueva patada hacia delante hasta julio, cuando el gobierno griego deberá afrontar el vencimiento de 3.500 millones de euros de deuda.

Grecia se encuentra más que nunca entre la espada y la pared. La espiral de negociaciones contrarreloj entre el gobierno de Alexis Tsipras y sus acreedores está escenificando una vez más el deseo de los helenos de dejar atada la reestructuración de su deuda, una vez que han aceptado traspasar ciertos límites hasta ahora infranqueables como la reforma de las pensiones o el IVA. Para el FMI las previsiones de recaudación fiscal del gobierno griego no son creíbles y, por tanto, se resisten a aceptar sus propuestas si no incluyen más medidas reales de recorte del gasto público.

Para firmar un acuerdo definitivo se necesitan desbloquear más fondos de rescate con que Grecia pueda afrontar el próximo 30 de junio el pago de vencimientos de deuda por valor de casi 1.700 millones de euros a la institución dirigida por Christine Lagarde. Encontrar una solución de consenso a la reestructuración de la deuda helena se antoja ahora complicado en esta enésima ronda de diálogo y debería posponerse para más adelante, considerando que los plazos de tiempo para llegar al consenso en temas como las pensiones o el IVA juegan en contra.

Superar el 30 de junio en realidad es una nueva patada hacia delante hasta julio, cuando el gobierno griego deberá afrontar el vencimiento de 3.500 millones de euros de deuda. En el informe de Goldman Sachs, sus autores, Francesco Garzarelli y Mariano Cena, plantean que el escenario más probable es que Grecia gane tiempo durante los meses de verano con más ayuda de emergencia por parte del BCE para permitir que su sistema financiero mantenga la liquidez y se pueda posponer al último cuatrimestre del año la solución definitiva a la reestructuración de la deuda, mitigando una incertidumbre en los mercados que podría afectar a países como España.

Porque en el escenario más adverso, si las negociaciones encallan y Grecia se viera obligada a aplicar un control de capitales o 'corralito', o incluso se viera forzada a salir de la zona del euro, lógicamente la prima de riesgo del resto de países periféricos se dispararía hasta colocar la rentabilidad del bono español a diez años en el 4%.

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