El Producto Interior Bruto (PIB) creció un 2,5% en 2023, una décima más de lo previsto por el Gobierno y por prácticamente todos los servicios de estudios. Así lo ha comunicado este martes el Instituto Nacional de Estadística (INE) tras arrojar un crecimiento más intenso de lo esperado en el cuarto trimestre, del 0,6%. También ha revisado al alza los repuntes del tercero (0,4%) y segundo (0,5%) y a la baja el primero (0,5%).
El último trimestre del año estuvo impulsado fundamentalmente por el consumo público (que creció un 1,4% intertrimestral) y las exportaciones (2,9%). El consumo privado de los hogares sólo avanzó un 0,3% entre octubre y diciembre, frente al 1,2% del trimestre anterior; mientras que la inversión se contrajo un 2%, acumulando dos trimestres consecutivos de caídas.
Con todo, la fotografía del 2023 es mejor de lo esperada, en un contexto de subida de tipos. En todo caso, España no es aleja a la ralentización en Europa y, tras recuperarse de la pandemia, la economía ha sufrido una evidente desaceleración. En 2022 la actividad creció un 5,8%, más del doble que en 2023. En 2021, repuntó un 6,4%, tras la fuerte caída de 2020 ocasionada por la covid-19.
El INE explica que la demanda nacional contribuyó en 1,7 puntos porcentuales al crecimiento del PIB de 2023, dato 1,2 puntos inferior al del año anterior. Por su parte, la demanda externa presentó una aportación de 0,8 puntos, lo que supuso 2,1 puntos menos que en 2022.
El nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha asegurado este martes que el crecimiento del PIB en 2023 "ha superado todas las expectativas" y "es muy importante porque nos sitúa en un punto de partida ventajoso para el 2024 poder cumplir nuestro objetivo del 2%".