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Economía

En el juicio de Bankia falta uno por desfilar: José Luis Rodríguez Zapatero

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero

Por la Audiencia Nacional ya han desfilado testigos como el exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el exministro de Economía Luis de Guindos o el actual presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, y se sentarán en el banquillo personajes como el expresidente del BBVA, Francisco González, que poco tiene que ver con la creación de Bankia o su salida a Bolsa. 

En la sección cuarta de la sala de lo Penal de San Fernando de Henares (Madrid) se han escuchado muchos reproches entre los principales actores de la trama que llevó a España a una de las mayores crisis financieras del país, pero aún no se ha sentado en el banquillo ningún representante del Gobierno de ese momento.

En este juicio faltan las declaraciones de José Luis Rodríguez Zapatero, el precursor de la fusión de las siete cajas que dieron lugar a BFA-Bankia y la de su ministra de Economía, Elena Salgado, a la que Rato señaló en varias ocasiones. 

Caja Madrid se fusionó con Bancaja, y las cajas de Canarias, Ávila, Segovia, Mataró y La Rioja en 2010 después de que el Gobierno socialista pusiera en marcha un proceso de reestructuración del sistema bancario para fortalecer las cajas de ahorros, debilitadas tras el estallido de la burbuja inmobiliaria provocada por el exceso de crédito. 

Críticas de Rato a Zapatero

Rodrigo Rato criticó en sede judicial la laxitud de Zapatero respecto al sector financiero español, tras asegurar que durante su mandato se había relajado las exigencias a los bancos.

También acusó al Banco de España de obligar a Caja Madrid a sumar a Bancaja en la creación del SIP, un hecho del que era consciente el Ejecutivo y al que no puso impedimento.

Si para la causa es de interés conocer el testimonio de Francisco González, del que lo único que se ha dicho es que presionó a Rodrigo Rato para dimitir, la declaración de Zapatero sería enriquecedora para poner claridad al nacimiento de Bankia, una entidad que no tendría que haberse creado, según palabras de Luis de Guindos. 

Toque de campana

Tras el SIP, llegó la salida a Bolsa, también con el aval del Banco de España y de la ministra de Economía, Elena Salgado.

La Ministra admitió en la comisión del Congreso que investigaba el origen de la crisis y el rescate bancario que el Gobierno forzó la salida a Bolsa de Bankia aumentando las necesidades de capital para todo el sector. 

A la entidad que dirigía Rato se le puso entre la espada y la pared. Se le exigió un capital extra de más de 3.000 millones de euros. Si decidía salir al parqué, la ‘multa’ sería de unos 1.700 millones de euros. No obstante, esta era una medida que afectaba a toda la banca, pero que perjudicó en exceso a Bankia, ya que su equipo gestor decidió tirar para adelante con todo y salir a cotizar, a pesar de colocar sus acciones con un descuento del 75%.

El banco tenía encima de la mesa otras opciones, como conseguir un inversor o pedir más ayudas al FROB, pero la OPS era reconocida como la medida predilecta por el Banco de España y el Ministerio de Economía, sin importar el poco apetito del mercado.

Intervención del Banco de Valencia

Otra de las claves de la caída de Bankia fue la intervención del Banco de Valencia, participado en un 40% por la matriz BFA. En noviembre de 2011, aún con Zapatero, el Banco de España decidió intervenir la entidad por la "delicada situación de solvencia y liquidez".

En un comunicado, remitido en esa fecha, se explicaba que al banco se la iba a inyectar 1.000 millones de euros para reforzar su nivel de capital, y también que se le concedía una línea de crédito de otros 2.000 millones con vista a garantizar liquidez. 

Otra mancha negra en el 'curriculum' de méritos de Bankia, que desde su nacimiento hasta su rescate no hizo otra cosa que dar problemas. Problemas de los que el Gobierno de Zapatero no se ocupó, tal y como insinuó Guindos, cuando aseguró que tras jurar el cargo lo primero que hizo fue centrarse en salvar Bankia y no dejar que contagiara el resto del sector financiero, algo que recomendó el FMI

Por todos estos motivos, sería bueno para esclarecer el caso Bankia que José Luis Rodríguez Zapatero se sentara en el banquillo, como testigo. Sus explicaciones podrían ser enriquecedoras. 

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