Economía

Los jóvenes, más pobres que nunca: la mitad no llega a final de mes y ganan un 35% menos que el resto de España

El estudio 'Presente y futuro de la juventud española', publicada por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, además de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, dibuja un panorama desolador para los españoles entre 16 y 29 años

Un grupo de jóvenes. EP

Los jóvenes españoles, por muchas soflamas que nos quieran vender desde las instituciones del Gobierno, siguen siendo el colectivo más desfavorecido de toda la pirámide poblacional en nuestro país. Hace unos meses, contamos en Vozpópuli que España era el país de la OCDE con menos poder adquisitivo, muy lejos de naciones como Francia e Italia, prácticamente vecinas en el tablero geográfico.

Esto, dicho así, es difícil de asimilar, pero si nos paramos a analizar qué grupo resulta más perjudicado de la pésima situación económica que atraviesa España, es aún peor. El INE cuenta con decenas de indicadores que dibujan el panorama de los españoles. Uno de los más esclarecedores es la renta anual neta media por persona y unidad de consumo de los hogares.

En ella, si miramos el periodo que va desde 2008 a 2022, la franja de edad que más poder adquisitivo ha perdido en los últimos tres lustros es la que va desde los 16 a los 29 años de edad. Su poder adquisitivo ha decaído un 11,2%. Los bajos salarios, el caro nivel de vida, la brutal inflación y la falta de estabilidad sigue empujando a los más jóvenes a ver sus esperanzas de prosperar muy reducidas.

Los jóvenes viven peor que el resto

En un país serio, o al menos que se respete a sí mismo, atajar la paupérrima situación de los jóvenes debería ser una prioridad nacional. A tenor de las últimas medidas y pactos políticos en España, esto está lejos de ocupar la primera plana. En los últimos días, hemos conocido el resultado de un estudio titulado 'Presente y futuro de la juventud española', desarrollado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas.

Desde ambas instituciones han vuelto a poner el foco en la renta por unidad de consumo y la Encuesta de Condiciones de Vida del INE. Del primer indicador, el análisis dicta que los jóvenes entre 16 y 29 años, principales sustentadores de la renta por unidad de consumo, poseen una renta un 15 por ciento inferior a la media del país.

Además, observando la citada Encuesta de Condiciones de Vida, el 53,2% de los jóvenes de esa franja tienen serias dificultades para llegar a final de mes, 5,4 puntos porcentuales por encima del promedio de la población.

No importa la formación ni los estudios que los jóvenes hayan cursado a lo largo de su vida, les sigue resultando muy difícil ganarse la vida y vivir dignamente. La mitad de las personas entre 25 y 29 años posee estudios superiores, universitarios o de formación profesional superior, cuatro veces más que en 1980.

El estudio apunta que, aunque los jóvenes españoles entre los 16 y los 29 años tienen rasgos generacionales comunes, los factores socioeconómicos de origen y, "muy especialmente", la formación alcanzada, marcan diferencias entre los mismos en sus posibilidades de inserción laboral.

A grandes rasgos, las personas jóvenes están más expuestas a los vaivenes del ciclo económico y la calidad media de sus ocupaciones es peor. Dentro del informe se habla de cuatro perfiles diferentes de jóvenes, diferenciados por su situación personal y las oportunidades de las que disfrutan.

Existen un millón de 'ninis', aquellos jóvenes que no estudian ni trabajan, el cual componen el 14% del grueso de este grupo. En las antípodas tenemos a los que han contado con un entorno familiar o escolar favorable, han alcanzado estudios universitarios y disfrutan de trabajos cualificados, contratos estables y salarios elevados.

Sueldos un 35% inferiores

Pese a que el estudio profundiza bastante en muchos aspectos socioeconómicos de los jóvenes, tratando de dar una explicación veraz y constatada del porqué están cómo están en pleno 2024, vamos a destacar un apartado más que es muy significativo. El 25,4% de jóvenes trabaja con contratos a tiempo parcial, 12 puntos por encima de la media del conjunto de la población, y la tasa de temporalidad de la juventud ocupada también dobla el promedio.

No solo eso, es que los salarios de los jóvenes de entre 16 y 29 años son un 35% inferiores a la media y el progreso de sus ingresos a lo largo de la vida laboral está siendo más lento. Mientras las cohortes anteriores alcanzaban una base de cotización similar a la media antes de los 27 años, actualmente, los adultos jóvenes a los 34 años todavía no la han alcanzado.

En torno a esos promedios existen diferencias. Los jóvenes menos formados tienen menos posibilidades de conseguir buenos empleos y progresar, tanto en estabilidad laboral como en salario, y las mayores ventajas las consiguen los que tienen estudios superiores.

Los jóvenes que decidieron cursar grados superiores de Formación Profesional, logran salarios medios un 11,3% mayores que los jóvenes con sólo hasta educación obligatoria y los universitarios consiguen empleos un 33,8% mejor remunerados.

Parte de las ventajas salariales de los jóvenes más cualificados se derivan de su preparación para ocupar puestos de trabajo que requieren conocimientos avanzados en competencias que los mayores no pudieron adquirir. Gracias a ello, en el empleo joven de 25 a 29 años pesan más los puestos más cualificados (38,7%) que en el conjunto de los ocupados (35,6%).

Como ven, la pandemia de pobreza e inestabilidad que viven los jóvenes en España es apabullante, y no tiene pinta de que a corto o medio plazo vayan a tener ninguna solución para poder salir del pozo. Es más, el poder adquisitivo de los españoles citados entre 16 y 29 años va a ir a menos, llegando a situaciones impensables hace unas décadas, cuando los padres de estas mismas personas tuvieron que afrontar la edad adulta. Una España peor que hace tres décadas.