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Economía

La Inteligencia Artificial: de la fiebre del oro en bolsa hacia una revolución industrial

El sector tecnológico se ha convertido en el gran protagonista de la primera mitad del año gracias al boom de la Inteligencia Artificial, un fenómeno que algunos comparan ya con la adopción masiva de Internet en los años 90

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Inteligencia Artificial. Pexels

El potencial de la Inteligencia Artificial generativa es innegable, si bien no hay que olvidar que, para que tenga sentido desde un punto de vista económico, es necesario poder monetizar los avances y su potencial”, avisa Victoria Torre, responsable de oferta digital de Self Bank. “Las compañías con proyectos innovadores tardan un tiempo en rentabilizar sus inversiones y solo algunas de ellas acaban consolidándose como compañías rentables a largo plazo”.

Pero ello no ha evitado una fiebre del oro en los mercados bursátiles mundiales, especialmente Wall Street, con los inversores ávidos de cualquier valor que pueda beneficiarse de la irrupción de esta nueva tecnología. “El comportamiento del sector tecnológico, efectivamente, ha distorsionado en parte la primera lectura de lo que ha ocurrido en la primera parte de 2023 en las bolsas estadounidenses”, reconoce Torre.  “En realidad, la mayor parte de la revalorización de los índices se debe a los grandes gigantes tecnológicos, en parte por la percepción de que serán los grandes beneficiarios del desarrollo de la Inteligencia Artificial en la próxima década”.

“Esto no quiere decir que la megatendencia haya dejado de tener sentido”, matiza la experta de Self Bank. “Si cogemos como ejemplo la robótica, el tamaño del mercado se estima en torno a 40.000 millones de dólares, con unas previsiones de que podría rondar los 130.000 - 260.000 millones en 2030”.

Aumento del 7% en el PIB mundial

Y más allá del impacto en los mercados, el auge de la nueva tecnología puede suponer un cambio de juego en la economía. Los avances en inteligencia artificial generativa tienen el potencial de “generar cambios radicales en la economía global”, según Goldman Sachs Research. A medida que las herramientas que utilizan los avances en el procesamiento del lenguaje natural se abren paso en las empresas y la sociedad, podrían impulsar un aumento del 7% (o casi 7 billones de dólares) en el PIB mundial y elevar el crecimiento de la productividad en 1,5 puntos porcentuales en un período de 10 años, de acuerdo con los cálculos del banco de inversión.

“A pesar de la incertidumbre significativa sobre el potencial de la Inteligencia Artificial generativa, su capacidad para generar contenido que no se puede distinguir de la producción creada por humanos y para derribar las barreras de comunicación entre humanos y máquinas refleja un avance importante con efectos macroeconómicos potencialmente grandes”, señalan los economistas de Goldman Sachs Research Joseph Briggs y Devesh Kodnani.

Un factor a tener en cuenta es que en buena medida la inteligencia artificial no es un fin en sí mismo, sino un medio que servirá de catalizador para otros sectores. En ese sentido, “aunque tendrá aplicación en prácticamente todas las ramas de la actividad económica, hay algunos sectores donde se estima que su impacto podría ser determinante en términos de transformación del negocio y de potencial de rentabilidad para los inversores”, apunta Torre.

Así, por ejemplo, en Industria, los sistemas de producción incorporan la robótica de forma generalizada y, a su vez, fabrican maquinaria con sistemas de automatización inteligentes, explica la experta, mientras que en el sector Salud, la asistencia sanitaria se va a ver revolucionada gracias al diagnóstico y planes de tratamiento asistidos por IA. Otros sectores que también pueden verse beneficiados son Media & Entretenimiento, Ecommerce y Transporte.

“Estamos entrando en la quinta revolución industrial con Inteligencia Artificial”, advierte el equipo de análisis de BofA Global Research en un informe. Hoy se crean más datos por hora que en todo un año hace solo dos décadas y se espera que los datos globales se dupliquen cada dos años. “Los datos que estamos creando están aumentando exponencialmente y necesitamos IA para analizarlos e interpretarlos. Constantemente se desarrollan nuevas aplicaciones que requieren más datos. Los hologramas, el metaverso, las interfaces cerebro-computadora y EVTOL (vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje vertical) son solo algunas de las tecnologías que requerirán una gran cantidad de datos”.

El equipo de tecnología de software de BofA Global Research cree que las tecnologías de inteligencia artificial pueden integrarse en todas las industrias y simplificarse para el usuario medio, lo que podría impulsar la adopción durante la próxima década. El banco estadounidense espera que el rendimiento de las acciones de las grandes empresas de tecnología esté vinculado a su desarrollo de la Inteligencia Artificial, y estima una inversión de capital en IA y aprendizaje automático (machine learning) que superará los 40.000 millones de dólares estadounidenses. Esta inversión estimularía los ingresos que llevarían al mercado mundial de IA a alcanzar los 900.000 millones de dólares para 2026.

Impacto en el mercado laboral

Una nueva ola de sistemas de inteligencia artificial también puede tener un gran impacto en los mercados laborales de todo el mundo. Los cambios en los flujos de trabajo provocados por estos avances podrían exponer el equivalente a 300 millones de trabajos de tiempo completo a la automatización, calculan Briggs y Kodnani.

Tras analizar el contenido de tareas de más de 900 ocupaciones, los economistas de Goldman estiman que, solo en EEUU, aproximadamente dos tercios de las ocupaciones están expuestas a algún grado de automatización por parte de la IA. De estos empleos que están expuestos, aproximadamente entre un cuarto y la mitad de su carga de trabajo podría reemplazarse.

Cálculos similares realiza Bofa Global Research, que en un análisis por regiones avisa de que los empleos en América del Norte y Europa corren un mayor riesgo de automatización (con un promedio de alrededor del 43% y alrededor del 35% en diferentes sectores, respectivamente), mientras que los países de Asia tienen un potencial mucho menor.

“Hay áreas donde los humanos pueden vencer a las máquinas”, señalan los analistas del banco estadounidense. “En el futuro, creemos que probablemente habrá una prima cada vez mayor para los trabajos dentro de los grupos ocupacionales que requieren inteligencia social, creatividad y resolución de problemas complejos en lugar de habilidades repetitivas y de baja destreza”. Por ejemplo, un organizador de eventos requiere más inteligencia social que un lavaplatos en hostelería, los diseñadores de moda requieren más creatividad que una costurera y un cirujano requiere una mayor percepción y manipulación de las tareas que un recepcionista de una clínica sanitaria.

No todo ese trabajo automatizado se traducirá en despidos, matiza Goldman Sachs. “Aunque es probable que el impacto de la IA en el mercado laboral sea significativo, la mayoría de los trabajos y las industrias solo están parcialmente expuestos a la automatización y, por lo tanto, es más probable que la IA los complemente en lugar de sustituirlos”, apuntan Briggs y Kodnani

Además, históricamente los puestos de trabajo desplazados por la automatización se han visto compensados por la creación de nuevos empleos, y la aparición de nuevas ocupaciones tras las innovaciones tecnológicas representa la gran mayoría del crecimiento del empleo a largo plazo. Por ejemplo, las innovaciones en tecnologías de la información con la irrupción de Internet introdujeron nuevas ocupaciones, como diseñadores de páginas web, desarrolladores de software y profesionales del marketing digital. También hubo efectos secundarios de esa creación de empleo, ya que impulsó indirectamente la demanda de trabajadores del sector de servicios en industrias como la atención médica, la educación y los servicios de alimentos.

Un estudio reciente del economista David H. Autor encuentra que el 60% de los trabajadores de hoy están empleados en ocupaciones que no existían en 1940. Esto implica que más del 85% del crecimiento del empleo en los últimos 80 años se explica por puestos creados a partir de nuevas tecnologías.

Otras tecnologías disruptivas

“Estamos en los primeros albores de la IA generativa, y todavía es pronto para saber qué cambios traerá la misma”, resume Victoria Torre, que hace un llamamiento además a “no olvidar otras tecnologías que podrían suponer un cambio radical en el mundo tal y como hoy lo entendemos”. El metaverso ya es una realidad, pero irá siendo aplicado en distintos ámbitos. Podría suponer una auténtica disrupción en sectores como el de la educación, los viajes, etc. 

La nanotecnología también es un campo con un gran potencial de expansión e, igualmente, tendrá múltiples aplicaciones. “Resulta especialmente interesante en el sector salud (ejemplo, para la realización de diagnósticos), apunta la experta. Y, sin duda, será disruptiva también la tecnología centrada en la sostenibilidad, “algo que aparece en la agenda de los gobiernos de todo el mundo y en la que hay que avanzar de forma contundente”.

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