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Economía

De Felipe González a Sánchez: el desprecio de los políticos hunde a la industria española

Los expresidentes del Gobierno, José María Aznar y Felipe González.

El cierre de fábricas de Nissan en Barcelona y el despido de más de 500 trabajadores de Alcoa en Lugo han evidenciado en los últimos días la debilidad de la industria española. Sin embargo, el coronavirus no ha sido el culpable. El peso de la industria en el PIB español venía cayendo drásticamente desde el 28% en 1980 al 16% en 2019. 

Expertos, empresas y sindicatos claman por un cambio en el modelo productivo de España y un "imprescindible" plan a largo plazo para la reindustrialización del país, mientras los políticos hacen oídos sordos a esta petición. La ministra de Industria, Reyes Maroto, no se encuentra entre los 50 comparecientes propuestos por el Gobierno para participar en la Comisión de Reconstrucción alumbrada esta semana en el Congreso entre acusaciones y descalificativos entre unos partidos y otros.

"En la salida de esta crisis nos tenemos que plantear el modelo de país que queremos desde el punto de vista productivo", lamenta Joan Tristany, director general de la Asociación de las Empresas Industriales Internacionalizadas (AMEC).

"La industria de este país no necesita una reconstrucción, sino una completa construcción que se adapte a las circunstancias actuales y con un plan a diez años. En relación a nuestro peso económico somos el sector más olvidado de España desde los años ochenta", indica por su parte Máximo Blanco, responsable de estrategias sectoriales de la federación de industria de Comisiones Obreras (CCOO).

"Desde el inicio de la democracia la industria nunca ha sido un foco de interés de los partidos políticos y gobiernos"

Si la crisis financiera de 2008 mostró la excesiva dependencia del ladrillo en la economía española, la actual crisis, provocada por el coronavirus, apunta a que será más larga y dura en España que en otros países de la Unión Europea por el actual peso del turismo, que representa el 12,6% del PIB en nuestro país.

Sin embargo, los partidos políticos no situaron la reindustrialización entre sus prioridades en 2008 y tampoco parecen estar dispuestos a alcanzar ahora un pacto de Estado para la industria. El sector siguió perdiendo peso en la última década y en 2019 representaba el 16% del PIB frente al 18,7% que suponía en el año 2000, según el último Barómetro Industrial elaborado a finales de 2019 por el Consejo General de la Ingeniaría Industrial (COGITI) y el Consejo General de Economía (CGE). 

Además, la industria ha perdido cerca de 500.000 puestos de empleo desde 2008 y durante la crisis de la covid-19 la producción industrial cayó en marzo un -12,2%, muy por encima de la caída del PIB, alejándose cada vez más de las principales locomotoras europeas y de los objetivos fijados por la UE. 

"La Unión Europea fijó que en el año 2020 la industria tendría que representar el 20% del PIB. Estamos en el 16%, cuando países en los que nos miramos como Alemania que están en el 25%", indica Tristany.

Un país de muchos bares y pocas fábricas

"Desde el inicio de la democracia la industria nunca ha sido un foco de interés de los partidos políticos y gobiernos. Los partidos, por experiencia lo puedo decir, no entienden ni saben de industria. Excepto los del País Vasco, y por eso allí la industria representa un 22% del PIB", afirma por su parte Máximo Blanco, de CCOO.

Cuando llegó al Gobierno Felipe González, en 1982, el peso de la industria en el PIB era del 28%. La entrada en la UE y en la OTAN conllevó un proceso de desindustrialización que convirtió a España en un país focalizado en el turismo y la hostelería. 

Con José María Aznar como presidente del Gobierno, el ladrillo pasó a ser la locomotora de la economía española y la Industria ya sólo representaba un 18,7% del PIB en el año 2000.

Y aunque José Luis Rodríguez Zapatero tenía como eslogan "menos ladrillo y más I+D" en su campaña electoral de 2004, sólo la crisis financiera y el estallido de la burbuja inmobiliaria provocaron que la construcción perdiese peso económico. Mientras tanto, la industrialización ha seguido olvidada y la inversión del Estado en I+D desde 2008 ha caído más de un 30%, principalmente por los recortes aplicados durante el Gobierno de Mariano Rajoy

Piden un plan concreto y a largo plazo

"Con lo ocurrido tras el coronavirus es evidente que harán falta medidas a corto plazo para tapar los agujeros causados por la pandemia. Pero la industria necesita un plan concreto a largo plazo, consensuado por las fuerzas políticas y adaptado a los nuevos tiempos", indica Valentín Pich Rosell, presidente del Consejo General de Economía. 

"Lo que necesitamos ahora es emplear a muchas personas. Hacer una apuesta a largo plazo. Hay que tocarlo todo: desde la educación a la digitalización, pasando sobre todo por la educación y la formación profesional", añade. 

Para Comisiones Obreras ese plazo a largo plazo debe ser un pacto de Estado a diez años para evitar que cualquier cambio de Gobierno suponga un nuevo volver a empezar para el sector. "O definimos un proyecto al margen de los periodos legislativos, como mínimo a diez años vista, o no lograremos nada", asegura el responsable de estrategias sectoriales de este sindicato. 

Para él, las medidas pasan sobre todo por la inversión en tecnología y una apuesta por mejorar la formación profesional y universitaria de manera que estén enfocadas a colaborar de forma más efectiva con las empresas industriales. 

Medidas concretas

Las patronales del sector coinciden con los sindicatos en la necesidad de un pacto a largo plazo. El Comité Ejecutivo de Aemec, cuyas empresas generan un volumen de exportación superior a los 6.200 millones de euros, se reunió el pasado martes con el director general de Industria, Raúl Blanco, para abordar la necesaria y urgente transformación de la industria, y le hizo entrega de un documento titulado 'Claves para el cambio de modelo productivo', que propone diez puntos concretos sobre los que trabajar:

  1. Agilidad para la reactivación y el cambio de capacidades. Tarde es nunca.
  2. Recuperación económica verde e inclusiva.
  3. Un salto en la calidad productiva con una industria intensiva en I + D + i.
  4. Acelerar la digitalización, factor de competitividad exponencial.
  5. Construir el talento necesario para el cambio.
  6. Impulso al sector exterior, el motor de la recuperación.
  7. Evitar el repliegue proteccionista y reforzar los mecanismos de cooperación entre los países europeos.
  8. Preparar con Planes de Contingencia con una prospectiva atrevida y profesionalizada.
  9. Políticas expansivas con foco en la eficiencia y la innovación.
  10.  Potenciar el cambio desde un ecosistema colaborativo público-privado.

"Si algo nos han enseñado las últimas crisis es que los países más industrializados son los que mejor resisten a las crisis. España no lo ha hecho. La industria es un sector que podría ayudar a sortear mejor circunstancias como la crisis financiera o la del covid-19. Es cuestión de voluntad política", indica por su parte Máximo Blanco, de CCOO.

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