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Economía

El 'volantazo' del Gobierno con las eléctricas amenaza el plan de IFM con Naturgy

La ronda de contactos de Moncloa con las empresas y la posible acción conjunta de Bruselas ha despertado cierto optimismo en el mercado con el sector energético. Un factor que no favorece al éxito de la OPA

Sede en Madrid en Avenida América de Naturgy

Este viernes finaliza el período de aceptación de la OPA del fondo australiano IFM por Naturgy. Un último paso de la operación de 5.000 millones por el 22,6% de la energética marcado por el castigo del Gobierno al sector para frenar el descontrol de los precios de la luz. Esta crisis empujaba a los accionistas de Naturgy a vender en la OPA con este escenario. Pero, a pocas horas de finalizar el plazo, Moncloa y Bruselas han dado un 'volantazo' que pone en riesgo este plan para lograr el éxito en la operación. 

“La medida del Gobierno y el castigo al sector han favorecido a IFM en su operación en Naturgy”, destacan fuentes cercanas a la operación. “Su estrategia de ‘yo o el caos’ es la mejor manera de conquistar al pequeño accionista, pero este hilo de esperanza de última de hora de que las acciones de la energética no se desplomarán tanto como han ido informando pone en peligro su plan”, añade. 

Las fuentes apuntan a que este jueves Iberdrola y Endesa se han disparado en Bolsa por encima del 5%. Dos valores que han servido a IFM como termómetro de la crisis bursátil que vivía el sector. El fondo australiano ha defendido estos días que, tras la OPA, las acciones de Naturgy iban a salir de su letargo y desplomarse cerca de un 30%. Pero el optimismo de este jueves y la posibilidad de que en la próxima semana la hostilidad del Gobierno con las eléctricas se modere dificulta la estrategia. 

IFM prefiere guardar cautela ante las preguntas de Vozpópuli sobre esta posibilidad y no hace declaraciones. El fondo que aspira a comprar, como mínimo, el 17% de Naturgy señalaba en una entrevista con este medio que el real decreto-ley de Moncloa ha dado ‘una de cal y otra de arena’ a su aterrizaje en Naturgy. Por un lado, supone un incentivo para los accionistas a vender en esta operación y salir de una empresa castigada por los bandazos regulatorios. Por el otro, el activo que quiere comprar sufrirá un fuerte castigo en su negocio que no se contemplaba en enero (cuando lanzaron la oferta). 

“Las medidas del Gobierno han favorecido la OPA. Compañías comparables como Iberdrola o Endesa, desde que se lanzó la oferta, han caído cerca de un 23%. Como apuntan los analistas, el accionista de Naturgy sabe que si no vende sufrirá una caída de este 23%, más otro 20% adicional que era la prima con la que lanzamos la oferta en enero", explicaba el representante en España de IFM, Jaime Siles, a este medio.

El fracaso de IFM tiene un giro inesperado 

Si IFM no logra el 17% de Naturgy pueden provocar consecuencias que no espera ni el propio Gobierno, según destacan fuentes relevantes de la operación. La entrada del fondo australiano en la empresa estratégica española le obliga a cumplir ocho condiciones de Moncloa ya que previsiblemente su operación supera el 10% del capital. 

Un escenario que llega porque, tras el confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus, Moncloa decidió blindar a las empresas que tienen una importancia estratégica para la economía española de forma que toda compra superior al 10% del capital de una compañía debe recibir previamente el visto bueno del Gobierno en un plazo de seis meses.

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Europa Press

“Pero si la OPA de IFM no llega al 10%, las exigencias del Gobierno no tendrían eficacia”, recuerdan desde la operación. Esto quiere decir que IFM no tendría que apoyar la inversión en proyectos renovables, rechazar propuestas de desinversión en España, mantener el domicilio y la gestión de los negocios en España, blindar a una parte significativa de la plantilla en España, apoyar una política de dividendos prudente, continuar con una deuda externa adecuada, apoyar la publicación de informes financieros anuales ni negarse a la retirada de la cotización en Bolsa. 

IFM lograría de esta manera entrar con fuerza en el capital de Naturgy, lograr un puesto en el consejo de administración, contar con gran protagonismo en la junta de accionistas y, todo ello, sin tener que cumplir las grandes exigencias del Gobierno. 

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