El Gobierno ultima los Presupuestos con unas previsiones económicas desfasadas

Las previsiones económicas del Gobierno han quedado en papel mojado a una semana de que el Ejecutivo apruebe los Presupuestos Generales del Estado (PGE), que pretende llevar al Consejo de Ministros del próximo 4 de octubre. Los organismos empiezan a constatar, a través de revisiones a la baja del Producto Interior Bruto (PIB) y al alza de la inflación, que los cálculos del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital que dirige Nadia Calviño han quedado obsoletos.

En concreto, las últimas previsiones económicas apuntan a que Calviño 'salvará' su previsión de crecimiento para este año, que ya recortó del 7% al 4,3% en abril, pero se quedará corto en lo que respecta a la inflación, con una media que situó en el 7,8% y ya alcanza el 9%. Además, el principal desajuste se encuentra en el escenario planteado para el próximo año, clave para calcular los ingresos del Estado, el gasto público, el déficit y la deuda.

Inicialmente el Ejecutivo contemplaba un repunte del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,5% el próximo año, pero el 26 de julio lo recortó hasta el 2,7%. Sin embargo, los organismos económicos lo sitúan ya más de un punto por debajo. Lo mismo ocurre con la inflación: mientras el Gobierno marcó una senda descendente de los precios hasta situar la media del 2023 en el 2,9%, los expertos alargan la crisis inflacionista y esperan una tasa media más próxima al 5%.

La OCDE prevé un crecimiento del 1,5% en 2023, frente al 2,7% del Gobierno

Este lunes la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) rebajaba en siete décimas el crecimiento previsto para España en 2023, dejándolo en el 1,5%. El gobernador del Banco de España (BdE) también ha avanzado que la institución ultima un recorte similar, en línea también con las previsiones de Consensus Forecasts, que se sitúan ya en el 1,6% frente al 3% previsto en junio. En cuanto a la inflación, la OCDE eleva hasta el 5% la tasa media de 2023, mientras Consensus Forecasts la sitúa en el 4,1%.

Estas previsiones son las que conducen a pensar que el Gobierno debería revisar el cuadro macroeconómico de 2023 en el que basará los Presupuestos, rebajando aún más el repunte del PIB y elevando la previsión de inflación, pero de momento el Ejecutivo no ha confirmado que vaya a hacerlo. De hecho, hace unas semanas, al ser preguntado por este asunto, desde el Ministerio de Economía descartaron abiertamente revisar su cuadro macroeconómico, asegurando que se sentían "cómodos" con la previsión de junio.

Sin embargo, la pasada semana tanto Calviño como la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, apuntaron a un crecimiento del "entorno del 2%", lo que podría interpretarse como una manera de preparar el terreno. Para justificarlo, las ministras pusieron la cifra en boca de "los organismos nacionales e internacionales". Y es que la Comisión Europea, por ejemplo, ya contemplaba en julio un crecimiento menos vigoroso de la economía española en 2023, de apenas el 2,1%.

El precedente de 2021

Hay que recordar que el año pasado el Gobierno ya sacó adelante los Presupuestos de 2022 con un cuadro 'macro' obsoleto, que proyectaba un crecimiento del 6,5% en 2021 y del 7% en 2022. Con el aval de la AIReF, el Consejo de Ministros decidió mantener intactas las proyecciones que sustentarían las cuentas pese a que algunos organismos eran menos optimistas. Éstas quedaron totalmente desfasadas apenas dos días después, cuando el Instituto Nacional de Estadística revisó en 1,7 puntos el crecimiento del segundo trimestre del año.

"El cuadro macroeconómico muestra un escenario optimista de crecimiento, tanto en 2021 como en 2022, a la vista de las previsiones ofrecidas por las principales instituciones y think tanks dedicados al análisis de coyuntura", destacó entonces la Fundación de las Cajas de Ahorros en un artículo publicado en noviembre de 2021, tras la aprobación de los Presupuestos. Pese a las constantes revisiones a la baja de instituciones y servicios de estudios, el Ejecutivo no rebajó las expectativas hasta abril de 2022, cuando tuvo que presentar ante Bruselas el Programa de Estabilidad.