El Gobierno cifra en un 3% la subida que han experimentado salarios y márgenes empresariales (sin especificar en qué proporción cada cual) en el segundo trimestre del año. Este dato equivale al deflactor del PIB, indicador que descuenta la inflación 'importada' del exterior con la compra de materias primas y energía en el extranjero y únicamente tiene en cuenta la subida de precios experimentada en los bienes y servicios producidos a nivel nacional. Una cifra que, además, tradicionalmente ha servido de referencia en la revalorización salarial de los empleados públicos.
El deflactor del PIB es un dato proporcionado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) trimestralmente. Tomando como referencia el segundo trimestre, a esta cifra se llega sumando a la subida de los precios de lo que los residentes gastamos (7,9 puntos) la variación de precio de aquello que exportamos (5,7 puntos), y posteriormente restando la de los bienes que se consumen en España pero son de origen importado (10,6 puntos), tal y como explican desde el Ministerio de Economía.
Entre enero y marzo, el deflactor del PIB aumentó un 3,9% respecto al mismo trimestre de 2021, un entorno en el que previsiblemente continuará en los próximos trimestres a la vista de otros indicadores mensuales relacionados, que se mantienen estables. El Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital toma este dato como base para asegurar que, en términos generales, los salarios y los márgenes (los dos componentes principales del deflactor) están contenidos.
Incluye a los funcionarios en el pacto de rentas
De esta forma, el Gobierno prepara el terreno para una de las próximas batallas que se le aproximan: la subida salarial de los funcionarios. Los sindicatos llevan meses presionando con una subida acorde con la pérdida de poder adquisitivo que ha provocado la inflación, situada ya por encima del 10%. El objetivo de los sindicatos consultados por este periódico es lograr una subida plurianual con efectos retroactivos para este año, aunque siguen a la espera de que el Ministerio de Hacienda les convoque para negociar.
De momento, el Gobierno empieza a dar impulso al deflactor del PIB frente al IPC, que mide la evolución de los precios de una cesta de la compra estándar consumida por una familia media. Fuentes del Ministerio de Economía aseguran que el deflactor del PIB demuestra que gran parte de la inflación que sufrimos es importada y la situación en España está todavía controlada. Por esa razón, aboga por un pacto de rentas que evite una espiral inflacionista y efectos de segunda ronda, y quiere que los funcionarios participen en él.
No será así con los pensionistas, a los que el Gobierno deja fuera de este buscado pacto de rentas para mantener contenidos los beneficios empresariales y los salarios. El objetivo del Ejecutivo es cumplir con la nueva ley de la reforma laboral y revalorizar las pensiones alrededor de un 8% el próximo año, en línea con la inflación media de este ejercicio.
De confirmarse una inflación media del 8%, el sobrecoste que tendrá esta medida para el Estado superará los 14.000 millones, según la estimación del Banco de España. El Banco de España (BdE) estima que cada punto adicional de IPC supone un sobrecoste de 1.800 millones de euros, en línea con Fedea, Funcas y la AIReF, que calculan un gasto adicional de 1.700, 1.600 y 1.500 millones, respectivamente.
La OCDE cifra en el 4,4% la pérdida de poder adquisitivo
En definitiva, mientras los pensionistas ganarán poder adquisitivo, los trabajadores habrán sufrido un importante menoscabo. Este viernes la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó un informe en el que avanzaba que los trabajadores españoles acabarán el año con una pérdida de poder adquisitivo del 4,4% como consecuencia de la inflación, según sus estimaciones.
El organismo destaca la de nuestro país como una de las caídas más acusadas en el salario 'real' de los ciudadanos, que se traduce como la remuneración una vez descontado el nivel de precios y representa la cantidad de bienes y servicios que el trabajador puede consumir con el dinero que percibe.
"El crecimiento de los salarios reales en España cayó bruscamente en 2021 y se prevé que siga cayendo un 4,4% en 2022", asegura el organismo en el informe. "Esto representa uno de los descensos más fuertes de los salarios reales observados entre los países de los que se dispone de datos, y un recorte sustancial del poder adquisitivo de los trabajadores, ya que los precios al consumo en España sigue subiendo a niveles máximos históricos", añade.
El pasado viernes el Ministerio de Trabajo también publicó la estadística de convenios colectivos, donde se percibe que los convenios registrados hasta agosto contemplan subidas salariales medias del 2,6% (2,5% en los convenios negociados antes de 2022 y 2,9% en los que se han firmado este año), lejos de la subida de precios media anteriormente mencionada.
