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Economía

El menor gasto de las familias engorda el saldo de las cuentas corrientes

Las cuentas corrientes se han convertido en la opción preferida por las familias para mantener a salvo su dinero y disponer de él de forma automática para cuando las circunstancias sanitarias y sociales mejores. Los hogares están gastando mucho menos en 2020 porque no tienen sitios donde hacerlo; los productos de ahorro para perfiles de riesgo moderado han desaparecido de los bancos y el mercado bursátil acumula una pérdida media anual del 28%. A nadie puede extrañar que el volumen de dinero ingresado en cuentas corrientes haya aumentado en los nueve primeros meses en 62.305 millones de euros

Según los datos del Banco de España, a cierre del tercer trimestre, el saldo vivo de las llamadas técnicamente “cuentas a la vista” ascendía a 776.492 millones de euros. En los últimos doce meses han aumentado en 90.000 millones, por lo que no es descartable que, a finales de año, el montante se aproxime a los 800.000 millones. Las empresas no financieras mantenían un saldo favorable de 267.263 millones de euros, casi 36.000 millones más que en diciembre de 2019.

Técnicamente, una cuenta a la vista o corriente, como popularmente son conocidas, se utilizan como depósitos en los que el cliente tiene el derecho al reembolso inmediato de su dinero en cuanto lo solicite sin penalización alguna, como sucede con los productos a plazo.

Rentabilidad muy baja o nula

Es el producto financiero más sencillo que se puede contratar con una entidad bancaria para realizar los ingresos habituales (nómina o pensión) y facilitar el pago de los recibos domiciliados (gas, electricidad, agua...). Como contrapartida a todas estas facilidades, los bancos ofrecen una rentabilidad muy baja o nula y en el caso de las empresas cobran desde hace más de un año.

En los últimos años, el saldo vivo de las cuentas corrientes no ha parado de crecer desde el año 2012. Y eso a pesar de que la rentabilidad obtenida se ha reducido del 0,21% de entonces al actual 0,01%. La razón hay que buscarla en la práctica desaparición de los depósitos a plazo, que ofrecen una rentabilidad media del 0,02% o del 0,06% si se mantiene la inversión durante más de dos años, cuando en ese año ofrecían un 2,72%.

Este desplome de los tipos de interés es una de las razones que justifican el trasvase de dinero de los depósitos bancarios a las cuentas corrientes. En 2014 los saldos vivos de ambos productos eran muy parecidos: 385.219 millones para los primeros y 370.012 millones para las segundas. En la actualidad, el dinero dispuesto para ser gastado es 6,6 veces más elevado que el depositado a plazo. Y la diferencia no hace más que incrementarse.

Bankia ha sido la entidad donde el trasvase de fondos ha sido más acusado. En su último informe trimestral, correspondiente al mes de septiembre, la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri declaraba contar con 81.651 millones de euros en cuentas corrientes, más del doble que a cierre del pasado ejercicio (40.712 millones). Esta diferencia no se corresponde exclusivamente con la caída de los depósitos a plazo, que suma 6.759 millones.

¿Qué puede justificar esa diferencia en todas las entidades financieras? Probablemente, la reducción del gasto de las familias en todo el año 2020. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el gasto en consumo final de los hogares se redujo, en tasa interanual, un 10,4% en el tercer trimestre del año. El problema es que esta nueva contracción viene a sumarse a la de los tres primeros meses del año (-6,2%) y al desplome del segundo trimestre, -25,2%.

Caixabank ha aumentado en cerca de 22.000 millones su saldo vivo de cuentas en España, que ronda ya los 197.000 millones de euros. BBVA ha pasado en España de  a 151.000 a 166.000 millones en estos nueve primeros meses del año, y Sabadell, de 87.000 a 92.300 millones. El incremento alcanza a los bancos medianos de forma proporcional. Bankinter ha subido su saldo en 6.000 millones; Unicaja, en 2.500, y Liberbank, en 2.000 millones.

Pero el crecimiento de los “depósitos gratuitos” no es patrimonio exclusivo de España. BPI, banco portugués en la órbita de Caixabank, ha pasado de gestionar 14.280 a 16.750 millones de euros. BBVA, el banco que preside Carlos Torres, maneja en todas las geografías en las que está presente 307.800 millones, casi 28.000 millones más que en diciembre. El grupo Santander tiene 621.000 millones en cuentas a la vista, casi 33.000 millones más. TSB, la filial británica de Banco Sabadell, controla ahora 33.933 millones, casi 2.000 millones más.  

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