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Economía

La luz seguirá cara por culpa del gas: acumula una subida del 55% desde febrero

El recorte del IVA reducirá un 12% la factura pero el gas seguirá engordando el precio final. Su cotización sigue creciendo y supone uno de cada cuatro euros de la actual tarifa

Moncloa cambia la senda verde de Ribera impulsando el gas, el butano y la gasolina
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Europa Press

La mayoría de los hogares disfrutarán de la bajada del 21 al 10% del IVA de la luz hasta el 31 de diciembre de 2021. Aunque esto no quiere decir que la factura de la luz vaya a ser barata. El gas, uno de los principales culpables de que la tarifa eléctrica haya sido de récord entre mayo y junio, sigue disparado. 

Su precio en MIBGAS, el Operador del Mercado Organizado de Gas en España y Portugal, se ha incrementado en un 55% entre los mínimos de febrero y los valores actuales. Y esta materia prima es la que está marcando el precio final de la electricidad y la que se va a seguir necesitando hasta que la gran apuesta por las renovables pueda marcar el precio. 

En la actualidad, las energías verdes sólo marcan el precio en días puntuales y la tecnología que lleva mandando desde febrero es el ciclo combinado, las centrales de generación de energía eléctrica en las que se transforma la energía térmica del gas natural en electricidad. Unas centrales que compran un gas disparado en el mercado, por la alta demanda de países como China o Japón, y que a su vez debe pagar a precio de oro el coste de emisiones de CO2. 

El precio CO2 se ha incrementado un 52% en lo que va de año, pasando de niveles de pagarse a 33,4 euros la tonelada en enero a los 51 euros/tonelada de junio. Es decir, ha aumentado 17,5 euros la tonelada. Por su parte, el precio del gas en MIBGAS con entrega al día siguiente (D+1) se ha incrementado en un 55% entre los mínimos de febrero y los valores actuales. En total, 9,32 euros el megavatio hora (MWh). Un aumento que no puede compensar el recorte del 12% que espera el Gobierno con la reducción de impuestos.

El gas manda

A pesar de que los incrementos en términos porcentuales de los derechos de emisión de CO2 y del gas son similares, su incidencia en el precio del mercado mayorista es muy diferente. El mercado mayorista o pool es el mercado donde compran la electricidad las empresas y donde se marca el precio de aquellos hogares que están acogidos a la tarifa regulada, que son cerca del 40% de los consumidores. 

Desde el sector estiman que un ciclo combinado necesita utilizar dos MWh de gas para producir un MWh eléctrico. Por ello, el incremento de 9,32 euros/MWh de gas justifica un incremento del precio 18,64 euros/MWh, que serían 20 euros/MWh si se tiene en cuenta el impuesto del 7% que tiene que internalizar el generador. Este último impuesto ha sido eliminado de manera temporal por el Gobierno. 

Los niveles actuales de precio del gas y el CO2 explican en conjunto un alza de cerca de 30 euros/MWh en la electricidad

Los representantes del sector estiman que un ciclo combinado emite 0,37 toneladas por cada MWh. Por lo tanto, el incremento de 17,5 euros por tonelada del derecho de emisión de CO2 justifica un incremento de 6,5 euros/MWh del precio final eléctrico, que alcanzaría los siete euros por MWh si no se hubiera eliminado el 7% del impuesto de generación que se ha retirado este jueves.

Por lo tanto, viendo cómo está evolucionando el precio de ambos factores en el mercado, el incremento del precio de mercado mayorista en España se explica fundamentalmente por la evolución del precio del gas y, en menor medida, del CO2. Los niveles actuales de precio de estos elementos explican en conjunto un alza de cerca de 30 euros/MWh en el precio del mercado eléctrico, de los cuales aproximadamente 20 euros corresponden al gas natural.

Caro hasta finales de verano... como mínimo

Entre el 50 y el 60% del suministro de gas europeo proviene del norte y se ha visto reducido por trabajos de mantenimiento en la infraestructura noruega. Según apuntan los expertos del Grupo ASE, está previsto que terminen a finales de junio, pero no se espera que recupere su flujo habitual en el tercer trimestre. Por otra parte, en julio comienzan las obras de los gaseoductos rusos Stream y Yamal, lo que implicará un descenso de su aporte.

El gas natural licuado (GNL) representa un 25% del suministro europeo y su flexibilidad es fundamental para el funcionamiento de los mercados de gas en Europa. En estos momentos, como señalan desde Grupo ASE, la demanda de GNL desde Asia es muy elevada y se prevé un aumento interanual superior al 20% en junio y julio, que continuará limitando la reposición del stock de gas europeo. Por tanto, los precios en Europa se mantendrán altos durante el verano, para poder competir y atraer las cargas procedentes de EE. UU.

Pierde competitividad frente al carbón

Los ciclos combinados de gas tienen una ventaja competitiva sobre los ciclos térmicos de carbón en cuanto a su nivel de emisiones (producen la mitad). Sin embargo, aunque el precio de las emisiones está en 55 euros/tonelada, la cotización tan elevada que tiene ahora el gas reduce esa ventaja y frena el cambio de una tecnología a otra en Europa porque el carbón sigue siendo competitivo. Cuanto mayor sea la producción eléctrica con carbón más crece la demanda de emisiones de CO2 (EUA) y la presión alcista sobre su precio. "Surge así un ciclo de retroalimentación alcista del precio de la electricidad y del gas", apuntan los expertos del Grupo ASE.

Romper esta dinámica a corto plazo pasa porque se reestablezca la normalidad en el suministro de gas en Europa. Los analistas de Grupo ASE confían en que los mercados se relajarán, posiblemente, a final del verano. La puesta en marcha del Stream 2, que conectará Rusia y Alemania, duplicará el flujo de gas ruso para el próximo invierno y debería reducir la presión sobre el precio.

Pero a largo plazo, señalan los analistas de Grupo ASE, la situación es compleja. La estabilidad de los precios energéticos solo llegará con un aumento de la generación renovable y una menor dependencia de las energías fósiles, que es lo que está acelerando la UE con el mercado de emisiones de CO2 (EUA) y está encareciendo el recibo de la luz.

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