Economía

Ganar más trabajando menos: la propuesta estrella de Yolanda Díaz es posible, pero solo en ciertos sectores

La actual ministra de Trabajo quiere reducir la jornada laboral a 32 horas semanales y quiere fijar el SMI en un 60% del salario medio de España -unos 1.400 euros al mes-

La subida salarial en convenio se eleva al 3,34% en julio y supera al IPC.
La subida salarial en convenio se eleva al 3,34% en julio y supera al IPC.

Yolanda Díaz quiere, como propuesta estrella, generalizar la jornada de cuatro días y subir el salario mínimo interprofesional al 60% del salario medio de España, unos 1.400 euros. En definitiva, la idea persigue que los trabajadores ganen más trabajando menos, algo que no es imposible, pero que exige buscar fórmulas para aumentar una productividad que en esta legislatura se ha desplomado cuatro puntos y que está alejada de la media europea en 8,2 puntos.

Esto se conseguiría, según diversos estudios, bajando la jornada laboral a cuatro días. El plan de Díaz es hacerlo de forma paulatina: se reduciría la jornada laboral a 37,5 horas semanales en 2026 para acometer bajadas hasta alcanzar las 32 horas en el año 2032. "Uno de los objetivos de la prueba piloto de jornadas de cuatro días es constatar que conlleva mejoras de productividad", afirma a Vozpópuli Carlos Victoria Lanzón, economista y consultor.

El problema, cuenta, es que esta prueba no sirve para toda clase de empresas, porque las que se apuntaron son grandes y estas tienen una mayor capacidad de adaptación a un cambio como el que propone la actual ministra de Trabajo. Por tanto, los efectos de la jornada de cuatro días sobre empresas medianas y pequeñas son una incógnita.

Carlos Victoria Lanzón considera que la jornada de cuatro días acabará siendo "un instrumento más de flexibilidad laboral" que se podrá aplicar en ciertos sectores y empresas. Porque "generalizar la jornada de cuatro días sin un acompañamiento es bastante inviable" por los distintos modelos de empresa que hay en España: una compañía del IBEX puede tener músculo para hacerlo, pero para un negocio de barrio o una pyme puede ser catastrófico.

La jornada de cuatro días vendría de la mano de una subida del SMI a 1.400 euros, según el plan de Yolanda Díaz. Las anteriores modificaciones han demostrado tener "efectos positivos" en cuanto a igualdad y reducción de la precariedad laboral, pero hay que poner en el otro lado de la balanza "un coste alto en destrucción de empleo", como cuenta Carlos Victoria Lanzón. Porque un informe de la Fundación vasca Iseak por encargo del Ministerio de Trabajo asegura que la subida del SMI trajo consigo la destrucción de 27.000 empleos en 2019, de modo que una nueva subida provocará unas consecuencias similares.

Según este economista y consultor, las subidas del SMI han permitido aprender "a qué empresas y sectores le ha venido bien" y a cuales no, un conocimiento que se podría emplear en reducir los efectos negativos de una nueva subida, aunque según Carlos Victoria Lanzón, se ha desaprovechado una oportunidad para debatir los "efectos diferenciales entre regiones y empresas" y si estamos dispuestos a asumir el coste a nivel de destrucción de empleo.

Por tanto, la fórmula del éxito es comunicar los beneficios de la jornada de cuatro días y que sean las empresas quienes consideren si implantarla, ya que esta no puede adaptarse a todos los sectores y compañías. Porque según la AIRef, la subida del SMI no tuvo el mismo efecto en toda España: se tradujo en un descenso de entre 19.000 y 33.000 personas afiliadas al régimen general, con una incidencia mayor en mujeres y trabajadores jóvenes de las regiones con salarios más bajos. Por su parte, el estudio de Iseak concluyó que las peores consecuencias de la subida del SMI cayeron en los mayores dd 30 años y con empleos a jornada completa.

Por estos motivos, la propuesta de Díaz traería, paradojicamente, desigualdad: unos trabajadores lograrían bienestar y una mejor conciliación familiar, mientras otros perderían sus puestos de trabajo y por tanto, sus ingresos actuales. Es por este motivo que economistas reputados como Carlos Victoria Lanzón ven esta medida con buenos ojos, pero solo en aquellas situaciones en las que pueda generar un beneficio a la empresa.

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