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Los inversores pierden en Brasil 284.000 millones de dólares en tres años

El Cristo Redentor, imagen icónica del Brasil de Dilma Rouseff

"Brasil era querido por los inversores hace cuatro años, para muchos ahora es un paria", dice el Financial Times tras la lectura de los informes publicados por el Banco Central. Cerca de 284.000 millones de dólares han sido borrados del valor de los activos brasileños en manos de inversores extranjeros durante los últimos tres años mientras el país lucha por recuperar el crecimiento rápido que se vio antes e inmediatamente después de la crisis financiera mundial en 2008. Según la publicación británica, las pérdidas de inversión se produjeron en todos los emergentes, pero en Brasil la destrucción de los valores tuvieron una "escala sin precedentes".

Para llegar a esta afirmación, el diario económico consideró los datos del Banco Central que muestran que la suma del flujo de inversión extranjero directo a Brasil y las inversiones extranjeras en activos brasileños valían más de 260.000 millones de dólares entre enero de 2011 y noviembre de 2013. En el mismo periodo, a pesar del flujo, el valor de los activos extranjeros caía de desde los 1.351 mil millones de dólares a los 1.327 mil millones, una pérdida de 24.000 millones, lo que implica la destrucción de valor de más de 284.000 mil millones en menos de tres años.

A los inversores extranjeros en acciones brasileñas les ha ido aún peor de lo que esas cifras sugieren. Durante ese período, se invirtieron 23.5 mil millones y vieron el valor de su inversión en cerca de los 130.000 millones, que asciende a la destrucción de valor de más de 150.000 millones. Por primera vez desde que el Banco Central comenzó a recopilar los datos anuales en 2001, el valor de las acciones en manos de inversores extranjeros había caído durante tres años consecutivos.

La caída en el valor en dólares de las inversiones extranjeras en Brasil, a pesar de los flujos, se debe a dos factores: las variaciones en los tipos de cambio, que afectan el valor en dólares de los activos y las variaciones en los precios en moneda local de los activos, que se convierten de nuevo en dólares en las cifras del Banco Central. La perspectiva de los analistas consultados por la publicación es que las pérdidas continuarán a menos que haya algún cambio en el crecimiento global o la política económica del gobierno.

Los críticos señalan que los problemas comenzaron en los últimos años del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que terminó en 2010, y continuó en la presidenta Dilma Rousseff. "Ambos, dicen los críticos, contribuyeron con la expansión del Gobierno en la economía brasileña a perjudicar la competitividad y frustrar el crecimiento de la productividad", sentencia el Financial Times. 

El mensaje en Davos

"Mi Administración siempre ha dado la bienvenida a los inversores", indicó la presidenta brasileña desde la localidad alpina de Davos, donde subrayó que la actual situación económica no debería "hacer sombra" a las posibilidades en sectores como la energía o el transporte. Su mensaje fue de confianza en un momento en que tras registrar una expansión del 7,5% en 2010, último año de Luiz Inácio Lula da Silva en el poder, el crecimiento económico de Brasil con ella fue del 2,7% en 2011 y del 1% en 2012, mientras que los expertos calculan que en 2013 no pasará del 2,3 % y que esa tasa se ralentizará en 2014.

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