Los grandes fondos frenan inversiones en España por la incertidumbre

Primeras consecuencias sobre la inversión por la incertidumbre económica. Los fondos de capital riesgo, que compran activos para reducir sus costes y posteriormente venderlos con fuertes plusvalías, están frenando sus inversiones en España por las dudas que se ciernen sobre la economía, con un crecimiento más bajo del previsto y una incesante escalada de la inflación, según distintas fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.

Entre los grandes fondos de capital riesgo se ha instalado cierta preocupación por la situación real de la economía. Y aguardarán a la vuelta del verano para retomar o plantearse nuevas operaciones, según fuentes próximas a los fondos. Apetito y liquidez existe en el mercado, pero se considera que la prueba de fuego de la economía española llegará en otoño, con los precios del gas más tensionados y sus efectos sobre la electricidad.

En este punto, grandes fondos de este sector creen que los precios actuales de los activos en venta pueden estar inflados y que en unos meses se equilibren con la situación real de la economía. Por la parte vendedora, también se prefieren dar unos meses para cerrar operaciones sin urgencia, aunque son conscientes de que el precio puede revisarse a la baja si se cumplen los malos augurios. Este panorama para la inversión no es exclusivo para España, sino que se trata de un momento que se extiende sobre todos los países europeos.

En España la actividad económica empieza a dar síntomas de agotamiento: el INE acaba de revisar a la baja el PIB del primer trimestre, hasta el 0,2%

Pero en España la actividad económica empieza a dar síntomas de agotamiento. El Instituto Nacional de Estadística (INE) revisó este viernes a la baja el PIB del primer trimestre, que creció sólo un 0,2%, una décima menos que el dato adelantado en abril. Tras un verano con el turismo en plena ocupación por la demanda embalsada de la pandemia, los expertos anticipan un retroceso del consumo por la escalada de precios y el menor ahorro.

También se teme los efectos del cambio de la política monetaria del BCE, que empezará a subir los tipos en julio y previsiblemente acelerará el ritmo para encarecer el precio del dinero en septiembre. Este nuevo rumbo se traducirá en cuotas hipotecarias más caras, aunque aún tardarán unos meses hasta que se revisen las hipotecas.

El Banco de España tampoco respira optimismo sobre el devenir económico. El organismo liderado por Pablo Hernández de Cos recortó hace unas semanas su previsión de PIB para este año. Ahora, estima que la actividad económica crecerá un 4,1% frente al 5,4% que consideraba en diciembre y prevé más inflación subyacente en 2022 y 2023.

Riesgos sobre la banca

El riesgo económico, de momento, está contenido para la banca, aunque el anuncio de la primera subida de tipos en once años en Europa no tuvo el efecto esperado los primeros días. Los bancos, que acumulan entre las cuatro grandes entidades unos 160.000 millones de euros de deuda pública de España e Italia, fueron penalizados en Bolsa por las dudas tras el fin del programa de compra de bonos soberanos.

También está el foco en un posible repunte de la morosidad, que se sitúa en el 4% y aún no refleja la situación real por el impacto de las ayudas públicas por la pandemia. De hecho, el aumento del precio del dinero y el consiguiente aumento de las cuotas hipotecarias podría aflorar más impagos en las entidades en los próximos meses.

“Si uno se centra en el corto plazo se llegaría a la conclusión de que es positivo, pero hay que mirar un poco más allá”, advirtió Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, esta semana. El supervisor único, según admitió Guindos, trabaja ya con una posible escenario de recesión económica en Europa para 2023.