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Economía

Los españoles tienen miedo: el consumo de los hogares sigue muy lejos de 2019

España prefirió la inversión al gasto en 2021 y solo la compra de vivienda se ha disparado este ejercicio marcado por la pandemia, la falta de suministros, una inflación disparada y un país híperendeudado

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Un cartel de rebajas en un comercio.

Hace apenas unos días, el Banco de España, en las proyecciones económicas para el próximo trienio, advirtió de que en el tercer trimestre del presente año, el consumo de los hogares “mostró una notable falta de empuje”, como consecuencia, entre otros factores, de las alteraciones en las cadenas de suministros (que dificultan la adquisición de algunos bienes duraderos por parte de los consumidores). Todo ello, a pesar de que el empleo se está recuperando más rápidamente que el Producto Interior Bruto.

En sus últimas previsiones económicas, las de diciembre, el banco central español redujo el crecimiento del consumo privado en el año en curso del 9,6% anunciado en septiembre, al 4,3% actual. Para hacerse una idea de la importancia de este dato basta decir que el gasto de las familias supuso en 2019 el 56,3% del PIB y en 2020, pese a la singularidad del ejercicio por la crisis sanitaria, el 54,2%, según el INE.

En el cierre del año se aprecia que los españoles han preferido seguir la senda de la prudencia ante una situación económica muy condicionada por la pandemia, la falta de suministros en determinados sectores, una inflación que no termina de encontrar techo y un país con más endeudamiento del que puede pagar sin exigencias extremas, lo que siempre amenaza la estabilidad de la presión fiscal.

Entre gastar o invertir/ahorrar, las familias se han decantado por lo segundo, con la compra viviendas como estandarte, con un último dato que indica que la transmisión de derechos de la propiedad creció en el mes de octubre un 22,2% en tasa interanual y la firma de hipotecas un 23,59% en los diez primeros meses del año. Pero, comprar una vivienda ¿es gastar o invertir?

Cae el consumo

Las matriculaciones de coches, el segundo gasto más importante por cuantía de los hogares ha caído un 12% entre los meses de enero y noviembre. En los once primeros meses del año los particulares han adquirido 330.823 turismos, menos incluso de los comprados el pasado año. En el caso de los ordenadores, hay un ligero aumento, del 4%, justificable si se tiene en cuenta que el confinamiento disparó su adquisición un 20% el pasado año.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, el consumo final de los hogares en los nueve primeros meses de este año ha sido de 480.739 millones de euros, algo superior a los 458.109 millones del mismo periodo de 2020, pero todavía un 8,14% inferior al de los nueve primeros meses de 2019, el último año sin sobresaltos de ningún tipo.

El aumento del número de ocupados en el mes de noviembre por encima de los 20 millones no termina de dar confianza a los españoles. El hecho de que el Banco de España haya reducido en diciembre el crecimiento del PIB en 1,9 puntos porcentuales en el presente año, hasta el 4,5%, y en cuatro décimas el del próximo, ha desatado las dudas entre ahorrar o disfrutar de los ahorros amasados durante los meses de confinamiento y restricciones.

Saldo vivo disparado en las cuentas

La realidad es que, por el momento, las familias se han decantado por la prudencia después de haber disfrutado de una “libertad condicionada” en los meses de verano. Los datos son elocuentes. El saldo vivo de las cuentas corrientes estaba en el mes de octubre (último dato publicado por el Banco de España) en 859.574 millones de euros, 51.858 millones más que cierre del pasado ejercicio, y 145.387 millones más que en diciembre de 2019. Para resaltar la importancia de esta cifra basta decir que en 2010, el dinero depositado en cuentas corrientes era de 309.097 millones.

El nuevo crédito al consumo, el recurso que se utiliza habitualmente para la compra de automóviles motocicletas, ordenadores, televisores de gama alta… ha sumado 23.066 millones de euros entre enero y octubre. La previsión señala que para el año entero se podría situar entre los 29.000 y 30.000 millones de euros. En 2019 se pidieron 36.237 millones, récord del último decenio. La deuda total de las familias por este concepto es de 180.215 millones, menos aún que en 2020.

El saldo de las tarjetas de crédito a 31 de octubre era de 9.782 millones, por debajo, incluso de la cifra de 2020 (10.691 millones) y más lejos aún de la de 2019 (13.620 millones). El importe de las operaciones en terminales de punto de venta ha seguido creciendo este año. Entre enero y septiembre ha sumado cerca de 140.000 millones de euros y es más que probable que se supere el dato de 2019 para el conjunto del año. Es un dato que está muy sujeto a la marcha de los contagios.

La retirada de dinero en efectivo puede alcanzar a finales de año los 110.000 millones de euros, por debajo del dato de 2019. En ese ejercicio se realizaron 908.600 operaciones y en este año la previsión apunta a alrededor de 650.000, según las cifras oficiales de Sistema de Tarjetas y Medios de Pago. Hay también menos tarjetas de débito en circulación, un 2,30% que hace doce meses. Otro indicador de la caída del consumo.

Los ahorros logrados durante el pasado año por la imposibilidad de viajar y el cierre de bares, cafeterías, restaurantes y lugares de ocio nocturno durante buena parte del año han tenido como destino preferente la compra de vivienda y la inversión.

El informe del Banco de España de hace unos días señala que sus proyecciones incorporan el supuesto de que, para llevar a cabo su gasto de consumo, “los hogares recurrirán solo parcialmente a la cuantiosa bolsa de ahorro acumulada durante la crisis. Este supuesto se apoya en la constatación de que el grueso del ahorro se ha concentrado en familias de ingresos altos (con menor propensión marginal a consumir) y de que una parte mayoritaria del gasto no materializado durante la pandemia (en servicios como la restauración y el ocio) debido a las restricciones no es fácilmente aplazable”.

La psicología humana es simple y comprensible para todos: un hombre que no esté seguro de que va a mantener su trabajo no va a gastar su dinero y preferirá ahorrarlo”Al Smith, tras perder las elecciones de EEUU después del crack del 29

Por eso la compraventa de inmuebles se ha disparado. Entre los meses de enero y octubre se han firmado 348.376 nuevas hipotecas, un 23,59% más que en el mismo periodo del año anterior. Según los datos del Banco de España, en ese mismo periodo, el importe de crédito nuevo concedido por las entidades financieras para la adquisición de una vivienda ascendió a 48.362 millones de euros, muy por encima de la financiación de todo el año 2020 (43.971 millones) o del año 2019 (43.589 millones).

El ahorro/inversión se ha dejado notar también en los fondos de inversión. Las nuevas suscripciones han ascendido hasta el mes de noviembre a 120.655. Según los datos de Inverco, la patronal del sector, el nuevo dinero allegado a esta fórmula de inversión, la que utilizan hoy 15,24 millones de partícipes, 2,6 millones más que en diciembre de 2020, roza los 24.000 millones.

El miedo al 'crack'

En el año 1931, el candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos en 1928, Al Smith, escribió en “The Boston Globe”, apenas tres años después de perder las elecciones frente a Herbert Hoover,“la psicología humana es simple y comprensible para todos: un hombre que no esté seguro de que va a mantener su trabajo no va a gastar su dinero y preferirá ahorrarlo”. La cita figura en el libro “Narrativas económicas” de Robert J. Shiller, premio Nobel de Economía 2013 y habla de cómo se sentía los ciudadanos americanos tras el “crack” de la bolsa de Nueva York, en octubre de 1929.

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