España, tercer país de la OCDE con más jóvenes con contratos temporales

La temporalidad del empleo juvenil es un fenómeno que afecta a gran parte de los países europeos de la OCDE. Pero en España la situación es realmente preocupante. Según las últimas cifras del organismo, que hacen referencia al año 2015, el 70,4% de los asalariados más jóvenes (de entre 15 y 24 años) tenía un contrato temporal e nuestro país. Esto, de hecho, le convierte en el tercer país de la OCDE con más jóvenes en esta situación, solo por detrás de Eslovenia (75,5%) y Polonia (72,7%).

La media de la OCDE, aunque es alta, no pasa del 25%, lo que dice mucho del mercado laboral español. Este mismo jueves las cifras de paro registrado arrojarán un nuevo aumento del desempleo por el fin de la temporada estival y los contratos temporales ligados a esta época del año. Un problema con difícil solución en España, donde la hostelería y el comercio siguen explicando gran parte del crecimiento del PIB y del empleo.

De hecho, un estudio de Worktoday revela que más de la mitad de las ofertas de empleo en la hostelería y la restauración son ofertas de trabajos por horas, lo que evidencia una vez más la baja calidad del empleo que se está creando en la salida de la crisis. Hay que tener en cuenta, además, que este sector es el que concentra la mayoría de las ofertas de trabajo, con el 56%, seguido del comercio y las ventas, que copan el 22,1% del empleo que se oferta.

Estados Unidos y Australia tienen las tasas de temporalidad juvenil más bajas de toda la OCDE

Quizá por eso las personas que muestran mayor interés por este tipo de ofertas tienen una edad comprendida entre 20 y 30 años. Muchos son estudiantes o profesionales de media jornada que necesitan ganar dinero extra. Aunque durante los años más duros de la crisis, se observaron cambios muy significativos en los perfiles de búsqueda de empleo.

Volviendo a los datos de la OCDE, cabe destacar que solo nueve países registraron el año pasado una tasa de temporalidad de jóvenes asalariados inferior al promedio. Entre los países europeos en ésta situación destacaron Letonia, con una tasa del 10,9%, Estonia (11,4%) y Reino Unido (15%). Las tasas más bajas de toda la lista correspondieron a Estados Unidos (8,1%) y Australia (5,5% en el año 2014).

Y es que la temporalidad sigue siendo una de las principales lacras del mercado laboral español. La última Encuesta de Población Activa (EPA), que se publicó la semana pasada, lo ha demostrado una vez más. El paro bajó en 253.900 personas en el tercer trimestre y la tasa se quedó por debajo del 20% por primera vez en seis años. Eso sí, todo el empleo creado entre julio y septiembre fue temporal. De hecho, en ese mismo periodo se destruyeron 29.100 puestos de trabajo indefinidos.

Esto hizo que la tasa de temporalidad escalara al 27%, un nivel que no registraba desde 2008. Es cierto que el empleo del tercer trimestre está muy vinculado al verano, pero el servicio de estudios de BBVA, BBVA Research, asegura que la tendencia creciente de la temporalidad se mantiene cuando se descuenta el efecto de la estacionalidad de las cifras, una muy mala noticia para el mercado de trabajo.

Y el paro juvenil sigue siendo más del doble que el de la zona euro

Si en lugar de fijarnos en el empleo y la temporalidad, prestamos atención a las cifras de desempleo, los más jóvenes siguen siendo los que salen peor parados. Las últimas cifras de la agencia estadística europea, Eurostat, muestran que el paro juvenil en España sigue por encima del 40% y es más del doble de la media de la zona euro. Aunque ha bajado considerablemente en el último año, lo cierto es que España sigue a la cabeza de esta carrera, sólo por detrás de Grecia.

Tanto las cifras de temporalidad como las de paro entre los más jóvenes evidencian ahora más que nunca las dificultades a las que se tiene que enfrentar este colectivo en la sociedad actual y los problemas que tiene resolver el país no solo en el mercado laboral, sino también en lo que afecta al sistema educativo. La ineficacia de las políticas activas de empleo y las dramáticas cifras de abandono escolar temprano también explican parte de la situación.