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La amistad entre Sánchez y Ribera salta por los aires con la crisis energética

El presidente ha tenido desde 2018 a la ministra como una de las personas de su círculo más cercano. El descontrol de los precios eléctricos este verano ha erosionado la complicidad entre ambos

La amistad entre Sánchez y Ribera salta por los aires con la crisis energética
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera. Europa Press

El verano de 2021 se ha llevado por delante una de las amistades más sonadas del Gobierno, aquella que mantenían el presidente con la ministra para la Transición Ecológica. Según explican fuentes cercanas al Ejecutivo, la crisis energética ha fracturado la camaradería de Pedro Sánchez y Teresa Ribera a la misma velocidad que erosionaba la imagen del propio Ejecutivo. 

La tensión arrancó en el mes de mayo y se ha materializado en septiembre, con la mediática bronca entre ambos que adelantaba Vozpópuli previa al real decreto-ley. “Los gritos se escuchaban a kilómetros de distancia”, exagera un testigo de la ruptura de esta amistad. “Ribera ha pasado en pocos meses de ser ‘la protegida de Pedro Sánchez’ a la ‘señalada de Moncloa’ por la crisis eléctrica”, puntualiza. 

Un escenario que han preferido no valorar ni Transición Ecológica ni Moncloa. Las fuentes conocedoras de Moncloa recuerdan que Teresa Ribera y su marido, Mariano Bacigalupo, han acudido a “varias cenas” con Pedro Sánchez y Begoña Gómez desde 2018. “Fue el propio Bacigalupo quien les presentó”, destacan. El presidente apostó por ella para liderar la cartera de Transición Ecológica por ser considerada “una de las eminencias del ecologismo del país”. 

Su apuesta por el ecologismo le ha llevado en estos tres años a fuertes choques con las decisiones de ministerios como Hacienda o Industria y con Gobierno regionales, por su papel de ministra para el Reto Demográfico. Aunque ser la cabeza visible de la 'senda verde', uno de los puntos innegociables del Gobierno de Sánchez, y el respaldo personal del presidente le han dado confianza en estos enfrentamientos. 

Primeras señales

Para entender esta erosión hay que remontarse a finales de abril. España afrontaba ‘el verano de la salida de la pandemia’ con el avance de la vacunación. Las alarmas empiezan a encenderse con los primeros datos del incremento del precio de la luz. Aunque con poca fuerza. “Se está recuperando la actividad”, se aseguraba por entonces. Un alarmismo que aumentó con un fuerte repunte del gas y el carburante a las puertas del verano. “Hay una mayor movilidad por el descenso de la pandemia”, explicaban los analistas del mercado. 

El alza de la factura de la luz empieza a ocupar un gran espacio mediático a finales de mayo. Una preocupación que se alimentaba con la inminente entrada en vigor de los nuevos horarios de la tarifa regulada. La luz cara y el chascarrillo entre la población de que ‘había que levantarse a las seis’ para poner la lavadora empujaron a Teresa Ribera a intervenir. 

Ribera movió ficha

La primera decisión para controlar la tarifa de la luz fue recortar los denominados ‘beneficios caídos del cielo’, la retribución que se llevan nucleares e hidroeléctricos por una emisión de CO2 que no realizan. Un hachazo de cerca de 1.000 millones de euros a Iberdrola, Endesa, Acciona, Naturgy y EDP. Este grupo de empresas, ‘las eléctricas', que hasta la fecha estaban encantadas con Ribera. La decisión de la ministra en enero de 2021 con el denominado Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE), que traslada el coste de las renovables a los bolsillo de empresas como Repsol o Cepsa, le convertían en un aliado dentro del Gobierno.

El recorte a los 'beneficios caídos del cielo', que esperaba recortar cerca de un 5% la factura de los consumidores, no tendría un efecto inmediato en la factura de los consumidores. El Ministerio para la Transición Ecológica rechazó tramitarlo a través de un real decreto-ley y apostó por  un anteproyecto de ley para poder debatirlo tanto con las eléctricas como con el resto de partidos del Congreso. “Fue un error clave de esta crisis que estamos viviendo”, detallan las mismas fuentes. “Esa decisión provocó que Ribera tuviese en su contra a las petroleras por el FNSSE, a las eléctricas por el hachazo y a Moncloa porque no se lograba bajar la factura de la luz”, puntualizan. 

El error se reflejó en que, antes de que terminara el mes de junio, el Gobierno tuvo que aprobar de manera inmediata un rebaja fiscal inmediata ante unos precios de la luz descontrolados. “Otro movimiento que abría una brecha con Hacienda y Economía, sin olvidar que los socios de Gobierno (Podemos) reclamaban una mayor contundencia con las empresas”, recuerdan.

Discusión de vacaciones

La tensión entre Sánchez y Ribera se desató en agosto. Con todo el Gobierno de vacaciones, la crisis energética ocupaba la primera plana de todos los medios y se convertía en la mejor arma arrojadiza contra el Ejecutivo. Moncloa asumió entonces que las medidas que había liderado Transición Ecológica eran insuficientes. La ministra tuvo que salir ante los medios desde Menorca, lugar donde tiene su residencia de verano. Su esperada aparición mediática sirvió para culpar a Iberdrola de “vaciar embalses”, los mercados internacionales y anunciar una nueva subasta de energías renovables. 

La primera reunión del Consejo de Ministros a la vuelta de vacaciones puso encima de la mesa como descontrol de los precios energéticos había desatado la inflación y ponía en riesgo las estimaciones de crecimiento. Datos que torpedearon las buenas perspectivas con la vuelta del curso político y se decidió trabajar en un real decreto-ley que frenara de manera urgente esta sangría. 

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La ministra para la Tranisición Energética, Teresa Ribera, y el Presidente del Gobierno, Pedro SánchezEuropa Press

El último encargo a Teresa Ribera desesperó a Pedro Sánchez. El presidente se comprometió en una entrevista en El País con los españoles a que “pagarían al cierre de 2021 lo mismo de luz que en 2018” y programó una entrevista de urgencia en prime time de TVE para detallar sus planes. La propuesta de Ribera no lograba este objetivo, Sánchez entró en cólera y se incrementó la contundencia contra las eléctricas en apenas 24 horas con este real decreto-ley, que entraría en vigor el 14 septiembre. 

Este cambio de última hora dinamitó los puentes de las eléctricas con Teresa Ribera y le condenó a fuertes críticas de la Comisión Europea, que trabajaba en un paquete de propuestas mientras España anunció su controvertido plan. Una batalla que tendrá que lidiar sin el respaldo de Pedro Sánchez. 

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