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El exdirector de una clínica de Vitaldent: "Muchas franquicias sufrían presión para facturar más"

Sede central de Vitaldent

"En Vitaldent había dos mitades diferenciadas: una eran las clínicas propias, que dependían de mandos únicos, y otras las clínicas dentales que bajo el nombre comercial de Vitaldent teníamos una gestión individual y franquiciada del negocio. Yo fui director durante años de una de estas segundas y solamente puedo hablar bien de mi experiencia en Vitaldent, que abandoné hace dos años. Nunca tuve presión por alcanzar a toda costa unos resultados mensuales aunque, por desgracia, esto no ocurría en las clínicas propias, 231, donde se buscaban más los objetivos a toda costa. Ni un solo directivo que tenía Vitaldent era odontólogo". Así se manifiesta Juan (nombre ficticio), que prefiere mantener el anonimato por seguir en la brecha de las clínicas dentales después de que la denuncia de un franquiciado acabara con la detención del fundador de Vitaldent, Ernesto Colman.

Este director de clínica fue, sin embargo, contratado "precisamente porque tenía un perfil clínico", algo que el dueño de la franquicia precisaba. "Había dos tipos de franquicia y creo que nosotros teníamos la más beneficiosa, la de canon fijo. Con ella, no importaba el negocio que hubiera cada mes porque Vitaldent siempre ganaba lo mismo y la evolución de tu negocio, en cierto modo, les daba igual. Esta era la que nosotros teníamos y nos permitió hacer y deshacer a nuestro antojo, sacrificando márgenes si lo considerábamos. Pero los que tenían un canon variable sí que recibían presión de la central, porque cuanto más facturaban, más ganaba la central".

"Nunca tuve presión por alcanzar a toda costa unos resultados mensuales... Ni un solo directivo que tenía Vitaldent era odontólogo", afirma un exdirector de estas clínicas que quiere guardar el anonimato

Este exdirector cuenta que lo más probable es que de estas franquicias con canon variable proviniera el fraude con pagos en B denunciado. "A nosotros nunca nos pidieron dinero negro, que yo sepa. Sabíamos a principios de año lo que había que pagar a la central por ser franquiciado. Queríamos ofrecer buenos tratamientos, profesionales, incluir buenos materiales para poder mantener la clínica. Yo no he puesto un implante de segunda línea jamás ni he trabajado sin criterios clínicos jamás. Mi franquiciado quería resultado para el paciente, los resultados a costa del buen trabajo y no facturar por facturar. Por ejemplo, en los implantes nosotros no usábamos Phibo, que son españoles y los que usaba la central, sino otros de más calidad, lo hacíamos porque creíamos que eran mejores y aunque hubiera menos márgenes teníamos que hacerlo así".

Los estándares de calidad que la central consideraba como buenos, no obstante, eran fácilmente superables.

"Firmé 19.000 y pagué 24.000"

Tras conocerse el caso, las quejas de personas que aseguran haber sido estafadas por la compañía se han disparado, así como de franquiciados. Los primeros reclaman que Vitaldent "obligaba al paciente a aceptar el presupuesto al detalle de todos los trabajos expuestos en el mismo, y en ocasiones tratamientos presupuestados podían no ser necesarios". Los franquiciados, por su parte, han denunciado pagos en 'B' de "cantidades muy elevadas que en ocasiones rondaban los 280.000 euros, el importe para abrir e iniciar el negocio", según asegura la abogada Belén Gara, representante de varios afectados. Según la investigación de la operación Topolino, Vitaldent cobraba un porcentaje de las franquicias en negro.

El caso de Vitaldent es diferente al reciente de Funnydent, clínicas que han cerrado y cuyo dueño está en prisión sin fianza. La marca Vitaldent es mucho más poderosa, aunque fuentes conocedoras creen que puede haber quedado tocada de muerte tras el escándalo, algo que también "afectará a las otras 5 o 6 franquicias dentales que hay".

María José fue a Vitaldent hace 5 años por un problema de hipersensibilidad bucal. Asegura que le pidieron pagar todo el tratamiento en efectivo "para cuadrar las cuentas del año". En su experiencia, se le presupuestaron 19.000 euros pero finalmente fueron 24.000, y además cerraron sin terminar el tratamiento. "Cambian de sociedad y te dicen que ya no tienen nada que ver con los anteriores, aunque son las mismas personas y están en una clínica dos calles más allá", lamenta la portavoz de una plataforma de afectados de Vitaldent.

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