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La nueva ley de reciclaje valenciana cabrea a las empresas y les costará 175 millones

Ximo Puig junto a Mónica Oltra, en el pleno de las Cortes Valencianas

Las patronales y grupos de presión de las empresas distribuidoras, unidas a Ecoembes, empresa que fomenta el reciclaje participada por grandes grupos como Unilever, se han revuelto con virulencia contra el anteproyecto de ley que la Generalitat Valenciana está preparando, a través de su Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente. 

Este modelo, que será nuevo en Valencia y en España, se ha inspirado en Alemania y los países nórdicos, donde llevan funcionando años, y recientemente ha sido implementado en Lituania. El sistema funciona de la siguiente manera: todos los envases de plástico de agua, refrescos o cervezas (los que van al contenedor amarillo) serán cargados con 10 céntimos de más cuando se compren en tiendas (la hostelería queda fuera). Los supermercados o tiedas serán compensados con 2 céntimos por cada envase vendido ya que de ellos será la responsabilidad de almacenar, recoger y entregar al reciclaje los envases. Estos irán a reciclaje, no a la reutilización (es decir, como hasta ahora).

Conociendo la intención y voluntad de la Consellería de Agricultura y Medio

Ambiente de la Generalitat Valenciana de implantar en esta Comunidad el

sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) de forma obligatoria para

bebidas refrescantes, zumos, aguas y cervezas, desde AECOC hemos

realizado un exhaustivo análisis y estudio de su potencial impacto.

Asimismo se han mantenido reuniones de trabajo con todos los agentes

implicados y especialmente con la Consellera de Agricultura y Medio Ambiente

(Elena Cebrián) y el Secretario Autonómico de Medio Ambiente (Julià Álvaro

Prat) a quienes agradecemos y reconocemos su disponibilidad para reunirse y

escuchar a todos los agentes.

Una vez analizado en profundidad el proyecto de establecimiento de un

Sistema de Depósito Devolución y Retorno (SDDR) por parte del Departamento

de Agricultura y Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana, AECOC

manifiesta su rechazo al mismo y se adhiere al manifiesto firmado por la

práctica totalidad de las organizaciones empresariales de la Comunidad

Valenciana, impulsado por CIERVAL, por las siguientes razones:

1. Se confunde el medio con el objetivo.

Estamos totalmente comprometidos con los principios de máximo

aprovechamiento de los recursos y eficiencia en el uso de los mismos, algo

que está en la propia Misión de Aecoc, y con el objetivo de incrementar los

niveles actuales de reciclado y la reducción/eliminación del abandono de

envases.

2. El modelo actual se ha basado en la colaboración de todos los agentes

involucrados: envasadores, distribuidores, recicladores, consumidores y

administraciones. La implantación de un modelo SDDR rompería ese

espíritu de colaboración por el de la imposición.

3. El Sistema actual, que todos trabajamos por mejorar de forma continua, ha

permitido conseguir los objetivos marcados con un altísimo nivel de

eficiencia.

4. Existe campo de mejora en la Comunidad Valenciana para alcanzar niveles

más altos de reciclado. Las empresas están dispuestas a colaborar en

cuántas acciones puedan mejorar el sistema actual e identificar las causas

por lo que los niveles de reciclado son inferiores a otras Comunidades

Autónomas, y mejorar la eficiencia del sistema actual aumentando los ratios

de reciclado actuales.

Las razones específicas que nos permiten afirmar que el impacto sobre

todos los protagonistas sería negativo, son entre otras:

1. Para el Consumidor

1.1. Es el que asume el coste del Sistema y adelanta el pago de la

fianza.

1.2. Penaliza al consumidor que hoy recicla.

1.3. Se produciría un aumento de precios de los productos ya que es

evidente que el coste del punto verde del resto de envases

aumentaría.

1.4. Se complica la separación en el hogar, al tenerse que realizar una

clasificación adicional, reservando un espacio adicional con un

nuevo cubo o bolsa, que deberá ser mayor ya que no hay

posibilidad de comprimir el envase.

1.5. La clasificación en el hogar se vuelve también más compleja al

aparecer criterios nuevos para la selección, ligados no solo al

material del envase sino a su tamaño, o al tipo de producto que

contiene.

1.6. Frustración en los casos en que habiendo pagado el depósito, no

se le acepte la devolución, al rechazarse el retorno.

1.7. Coste adicional al depósito por los costes operativos adicionales

del sistema.

1.8. El consumidor puede reducir su separación doméstica al

aumentar su complejidad y tener ahora un elemento racional y

objetivo para separar “solo lo que tiene depósito”.

Se obliga al consumidor a realizar dos rutas, una al contenedor

tradicional (amarillo o verde) y otra con los envases afectados por

el SDDR al comercio donde quiera devolverlos.

1.9. Impactos comerciales que pueden alterar el juego competitivo al

priorizar/penalizar unos envases, así como sobre productos

afectados o no por el SDDR.

1.10. Incremento adicional de los precios por los costes adicionales de

la Distribución (espacio en las tiendas, personal, limpieza, etc.) y

otros costes ocultos, como la pérdida de superficie de venta,

costes informáticos, etc., ralentización del paso por caja.

1.11. Si se limita el horario de recogida y la tipología de envases, se

producirá más conflictos en el servicio y aumento de las quejas y

reclamaciones, por tanto afectaría la satisfacción del cliente.

1.12. La planificación de la ruta de devolución de envases tendría que

tener en cuenta los horarios comerciales que ofrecen menor

disponibilidad horaria y proximidad que los contenedores

actuales.

1.13. El consumidor tiene hoy uno de los niveles de precios de los

productos más competitivos gracias a la eficiencia de todo el

sistema. El aumento de los costes y la pérdida de eficiencia

pueden tener otros costes asociados como la reducción del

surtido y por tanto peor servicio al cliente y aumento de los

precios.

Empresas

1. La identificación específica de los envases que se comercializarán en

la Comunidad Valenciana implica un altísimo coste y complejidad y

en muchos casos una responsabilidad imposible de asumir por parte

de las empresas.

2. Las empresas envasadoras deben iniciar el pago a través del

depósito cuando desconocen en que mercado se realizará la venta al

consumidor.

3. Incremento de los costes, destinar suelo comercial de venta a estas

operaciones de almacenaje y manipulación con la consiguiente

pérdida de venta asociada al espacio, costes de instalación, del

equipo, mantenimiento de datos, etc.

4. Pérdida de eficiencia en las operaciones de tienda ya que dificultan el

diseño de tienda y los flujos de clientes. Aumento de las colas en las

cajas cuando se ha realizado una gran inversión en medios

tecnológicos para agilizar el paso por caja. En muchas tiendas de

reducido tamaño podría afectar a la propia seguridad del cliente.

5. Imposibilidad física en muchos establecimientos de instalación de la

máquina/s o del servicio manual de recogida.

6. Revisar la seguridad alimentaria y posibles sanciones de Sanidad por

operar con residuos alimentarios, teniendo en cuenta el alto nivel de

exigencia de las administraciones sanitarias.

El riesgo sanitario será mayor ya que el comercio no puede controlar

el contenido de los envases que haya podido tener el envase

retornado.

7. Aumento de las quejas en casos de saturación de la máquina o de

rechazos, aun cuando los envases a retornar no hayan sido

comercializados por la empresa.

8. Muchas empresas deberán asumir la recogida y sus inconvenientes,

sin haber participado en la puesta en el mercado de esos productos.

9. El aumento del PVP sobre los productos, donde la alta sensibilidad al

precio producirá un freno en el consumo (aunque posteriormente se

recupere) y una alteración de los precios comparativos entre

productos al ir incorporado en el PVP que es sobre el que compara el

consumidor.

10. Dado que los flujos de envases (lugar de compra/lugar de entrega)

no serán homogéneos, es previsible que muchos pequeños

comercios de proximidad/conveniencia se verán obligados a soportar

el retorno de un número de envases, y al adelanto del importe,

cuando no han cobrado el depósito, será como el coste asociado sin

haber realizado la venta.

11. Desventajas competitivas por la ruptura del mercado único y el

establecimiento de desventajas competitivas.

12. Asumir en el comercio los riesgos de roturas y accidentes por roturas

para los clientes y trabajadores.

Sociedad

1. Aumento de las emisiones al incrementar el tráfico de vehículos,

dado que se genera un sistema en paralelo al actual y una logística

inversa que hoy no se produce.

2. Aumento del tráfico en las carreteras y especialmente en las zonas

urbanas más concentradas.

3. Pone en riesgo el cumplimiento de los objetivos generales de

reciclado al focalizarse sobre un número reducido de envases (aprox.

10%) básicamente ligados a bebidas y que son los que tienen

precisamente los niveles más altos de reciclado.

Por tanto ni desde una óptica económica, ni social, ni medioambiental nos

parece un sistema viable para la realidad del comercio de nuestro país.

Es necesario clarificar también algunos de los argumentos que se presentan

como ventajas del SDDR.

El sistema está dirigido al reciclado y no a la reutilización, modelo que había

existido en España hace muchos años y que si existe en muchas bebidas

dirigidas al canal de hostelería.

Este sistema, con variaciones, funciona total o parcialmente en algunos países,

con resultados muy diversos. En algunos de estos países con tasas de

reciclado menores que los conseguidos en España con el sistema de “punto

verde”.

El coste directo y los asociados a un sistema como el SDDR serían de gran

importancia y desproporcionados respecto al alcance de sus objetivos.

En países como Alemania o Noruega, que frecuentemente se utilizan como

ejemplo, la estructura de la Distribución y el urbanismo comercial nada tienen

que ver con el de nuestro país que cuenta con una mayor presencia del

comercio de proximidad y una superficie media de sala de venta inferior, y

normativas muy limitadoras de su espacio por razones de ordenación

comercial, seguridad, etc.

Desde Aecoc queremos agradecer la disponibilidad de la Generalitat

Valenciana a escuchar nuestros argumentos y posicionamiento y reiteramos

nuestro ofrecimiento para trabajar juntos en la línea de aumentar los niveles de

recuperación y reciclado en la Comunidad Valenciana y reducir el abandono de

envases en los espacios públicos.

En un entorno tan competitivo como el actual es necesario hacer compatible la

sostenibilidad con la eficiencia.

En línea con la propuesta de CIERVAL y las asociaciones que suscriben el

manifiesto, solicitamos crear una mesa conjunta con todos los interesados,

para desarrollar un plan que

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