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Zurich pide más garantías para avalar el acuerdo entre Sacyr y el Canal de Panamá

Las obras del Canal de Panamá se reiniciaron este jueves

Las negociaciones en torno al contrato de ampliación del Canal de Panamá entran en su fase decisiva con algunas incógnitas encima de la mesa. A las ya consabidas de las diferencias entre la ACP y GUPC sobre cuestiones como la entrega de las compuertas de las nuevas esclusas y la moratoria para devolver los anticipos se suma el elemento de Zurich American, la aseguradora del proyecto, cuya actitud está siendo de lo más misteriosa desde que la semana pasada las partes en litigio llegaran a un principio de acuerdo que, ahora, necesitan refrendar por escrito.

Este preacuerdo contempla, entre otras cuestiones, el empleo de la fianza de 400 millones de dólares que custodia Zurich como garantía para obtener parte de la financiación necesaria para concluir los trabajos, afectados por una notable crisis de liquidez que el consorcio liderado por Sacyr achaca a reclamaciones por sobrecostes por valor de 1.600 millones de dólares.

A pesar de que fue precisamente Zurich la que sugirió esta medida cuando el enfrentamiento entre las dos partes parecía no tener solución, ahora la contempla con recelo, lo que le ha llevado a pedir más garantías al aumentar el riesgo.

Y es que la fianza dejaría de ser una garantía de cumplimiento del contrato, que llevaría un tiempo ejecutarla toda vez que tendría que existir por medio un proceso judicial, para convertirse en un aval financiero, inmediatamente exigible en el caso de impago. El esquema financiero que están tratando de llevar al papel la ACP y GUPC contempla un cambio en la figura de Zurich que la entidad financiera no termina de ver claro.

Mutismo de la aseguradora

Para satisfacer sus exigencias, el Gobierno español se ha puesto manos a la obra para modificar el aval concedido en su día por Cesce, participada por el Estado, de forma que también se convierta en una garantía financiera. No obstante, por el momento este factor no parece ser suficiente para que la aseguradora dé su brazo a torcer.

De hecho, su mutismo es total desde que la ACP y GUPC anunciaran la semana pasada un principio de acuerdo que ha desembocado, además, en el reinicio de las obras de ampliación, que llevaban detenidas dos semanas debido a los mencionados problemas de liquidez.

Todo lo que oficialmente ha salido de Zurich en estos días es que se siente confortable con su actual posición en el contrato de ampliación del Canal de Panamá. Es decir, que no está dispuesta a asumir mayores riesgos sino es a cambio de mayores garantías.

Llamamiento de Bruselas

Tras el movimiento del Gobierno español con Cesce deberían llegar también los de los ejecutivos de Italia y Bélgica, puesto que sus respectivas aseguradoras de crédito exterior públicas también avalaron en su día el proyecto (toda vez que la italiana Impregilo y la belga Jan de Nul forman parte de GUPC).

Sin embargo, la cuestión es más complicada, toda vez que Italia está padeciendo una grave crisis política tras la dimisión del ya ex primer ministro Enrico Letta.

Mientras, en Bélgica el asunto de la crisis del Canal de Panamá está claramente en segundo plano y no es precisamente una cuestión de urgencia. De ahí que los esfuerzos de la Comisión Europea se hayan centrado en los últimos días en tratar de convencer a los gobiernos de Italia y Bélgica para que den un paso al frente en este sentido.

El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Industria, Antonio Tajani, que se erigió en mediador del conflicto, ha intensificado los contactos para lograr este objetivo a corto plazo. 

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