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Oportunismo electoral: el Gobierno ultima una norma para forzar la bajada de las gasolinas y minar el poder de las petroleras

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, junto al ministro de Industria, José Manuel Soria, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

El Gobierno quiere dar el campanazo en plena campaña electoral con uno de los temas que más enfada a la ciudadanía, el alto precio de las gasolinas y la escasa competencia entre estaciones de servicio.

El Ministerio de Industria y Energía quiere aprovechar el desarrollo normativo de la Ley de Hidrocarburos para introducir medidas más duras para obligar a las compañías petroleras a bajar el precio de los combustibles con más rapidez, recortarles su alto poder de mercado y el control que tienen, gracias a su integración vertical, de todas las actividades del negocio y en las compañías Cores y CLH.

Según confirman varias fuentes al tanto de la iniciativa, Industria está redactando un reglamento de desarrollo de la Ley de Hidrocarburos, aprobada en mayo, que recogerá estas medidas, atendiendo en parte al diagnóstico del sector realizado por el regulador CNMC, que en julio pasado emitió un duro informe sobre el mercado mayorista de carburantes que denunciaba la poca competencia en el sector, las barreras de entrada a nuevos operadores y el excesivo poder de las tres grandes (Repsol, Cepsa y BP) en toda la cadena de valor al controlar el refino, el transporte, el almacenamiento primario y secundario, así como la distribución.

El ministro José Manuel Soria y su equipo trabajan en la redacción del reglamento para poder presentarlo en las próximas semanas. Las cambios normativos aprobados en los últimos años no han servido para traer mayor competencia a un sector controlado por el oligopolio petrolero. Es verdad, tal y como afirma el ministro, que los gasolineros independientes y las estaciones de servicio ligadas a grandes superficies se han hecho su hueco, pero los precios de la mayoría de las gasolineras (en torno al 80% está en manos de Repsol, Cepsa y BP) siguen sin recoger (ni en velocidad ni en cuantía) las fuertes bajadas de sus referencias internacionales (barril de petróleo y cotizaciones internacionales del gasoil y la gasolina).

Las medidas tomadas en los últimos años no han traído mucha más competencia y los precios en España siguen sin reflejar las bajadas de las cotizaciones internacionales

La Ley ha limitado al 30% la cuota de mercado en venta de litros, no en gasolineras, de cada operador por provincias, pero la medida no parece ser suficientes a ojos de la CNMC y de los analistas del sector consultados.

Soria, en línea con otros miembros del Ejecutivo como el ministro de Economía, Luis de Guindos, culpa a las petroleras de seguir aumentando sus márgenes mes a mes sin trasladar al precio final del litro de combustible las bajadas internacionales. Según las fuentes consultadas, el Gobierno quiere establecer un sistema de control y vigilancia de precios para forzar bajadas más rápidas y ajustadas a esas referencias internacionales.

Otra de las medidas que podría introducir el Gobierno pasa por recortar el control e influencia de los grandes operadores tanto en la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores) como en la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH). La CNMC ha sido muy combativa en este aspecto y ha propuesto eliminar la influencia que tienen los operadores de refino sobre las decisiones estratégicas de la corporación de derecho público que vela por las reservas de hidrocarburos en España.

También ha defendido reducir al 4,99% el paquete accionarial máximo que deberían tener las compañías en CLH (Repsol acaba de vender su 10% y Cepsa posee un 9,15%) y eliminar todo tipo de influencia de éstas en su gestión.

Sobre este particular, Industria no tiene aún una decisión tomada.

Lo prioritario, señalan las fuentes, es dar un golpe mediático para demostrar a los electores que al actual Gobierno no le tiembla el pulso al enfrentarse al poder de las petroleras, que en los últimos meses han acrecentado su labor de lobby tras las fuertes multas impuestas por la CNMC.

Una buena parte del Ejecutivo sigue pensando que las gasolineras sólo han trasladado al precio final una parte de la bajada del crudo (el barril cotiza a unos 50 dólares) y del precio internacional de los combustibles y que esta situación hay que corregirla.

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