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Presión para que Gas Natural lance un plan de desinversiones para no perder el rating

Salvador Gabarró y Rafael Villaseca.

Gas Natural Fenosa deberá aligerar peso y vender activos para mantener el rating, ante las incertidumbres que pesan sobre el déficit de tarifa del sector eléctrico, de la que la gasista está financiando  (con datos de septiembre pasado) un total de 1.357 millones de euros. Es la receta (similar a la que ya ha puesto en marcha Iberdrola) que propone Norbolsa para la compañía que pilota Rafael Villaseca, en un informe sobre el sector eléctrico publicado esta semana.

El bróker de las cajas vascas, que mantiene el precio objetivo de Gas Natural en 14,5 euros, recomienda al grupo “un abandono de las ambiciones de crecimiento inorgánico [vía compras] que contemplaba la segunda pata de su plan estratégico”, que cubre el periodo 2010-2014 y cuya actualización prepara la empresa para la primera mitad de este año.

“Ante las incertidumbres que crea el déficit de tarifa” y el endurecimiento de las agencias de rating para retener su clasificación crediticia, Norbolsa espera que Gas Natural presente “un plan de desinversiones, que sirva en esta fase para una focalización geográfica del negocio, saliendo de exposiciones donde no tiene masa crítica (Centroamérica) y debilitan su posición en mercados core”.

La nota de la deuda de Gas Natural es actualmente de Baa2 (según Moody´s), BBB (S&P) y BBB+ (Fitch). Actualmente, su presencia en Centroamérica comprende Nicaragua (donde está presente en el negocio de telecomunicaciones), Nicaragua (a través de las compañías distribuidoras de electricidad Disnorte-Dissur), Panamá (distribución y generación), Puerto Rico (a través de la compañía Ecoeléctrica, que cuenta con una central de ciclo combinado y una regasificadora) y República Dominicana, donde tiene dos centrales de generación con 198 megavatios (MW) de potencia. En 2011, la compañía ya salió de Guatemala.

Norbolsa, que considera que la gasista “debería clarificar las bases de crecimiento de su modelo de negocio, más pivotadas en los negocios de redes” en Latinoamérica (México, Brasil y Colombia) o en la “expansión de su negocio de comercialización gasista”, espera “la puesta en marcha de un plan de reducción de costes que mitigue el impacto que tendrá la introducción de impuestos a la generación y a los combustibles (carbón y gas natural) domésticos”, tras la entrada en vigor, este mes, de la Ley de Medidas para la Sostenibilidad Energética.

Entre los riesgos del valor, junto a la incertidumbre regulatoria que queda abierta en España (el problema del déficit tarifario está aún lejos de resolverse), señala los factores accionariales: “Nos preocupa la estabilidad de la participación de Repsol, especialmente en caso de cambios en la dirección de la petrolera y tras la prevista salida del negocio de GNL”.

La gasista, cuya deuda ronda los 16.000 millones de euros, ya planteó a finales del año pasado una revisión a la baja de sus expectativas de crecimiento, en un entorno de menor crecimiento económico a nivel europeo.

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