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Forestalia, la nueva reina de las renovables, se alía con General Electric para instalar sus 1.500 MW eólicos

Parque eólico.

Doble sorpresa de Forestalia, el nuevo actor en el panorama de las energías renovables en España, que se ha situado, en apenas año y medio, entre los más destacados del sector. Por un lado, la compañía aragonesa ha sido la triunfadora de la macrosubasta llevada a cabo este miércoles por el Ministerio de Energía, al adjudicarse un paquete de 1.200 megawatios, de los 2.000 ampliables a 3.000 que estaban en juego. Por el otro, porque ha conseguido cerrar un acuerdo con General Electric para desarrollar tanto este lote como el que se adjudicó a comienzos de 2016, que incluye otros 300 megawatios.

Precisamente, la subasta del año paso fue la que puso en el mapa del sector a la compañía del empresario Fernando Samper, relacionado en el pasado con un ámbito alejado del energético como es el de la industria cárnica. Por entonces, Forestalia se adjudicó más de la mitad de los 700 megawatios que se pusieron en juego, 300 de ellos en eólica y cerca de 200 en biomasa, la fuente que constituye el origen de la compañía.

Desde entonces, Forestalia ha buscado un socio para desarrollar esta cartera, cuyas instalaciones aún no han empezado a desarrollarse, enfrascadas en trámites burocráticos con las administraciones autonómicas y locales.

Tras frustrados intentos de alianzas con empresas asiáticas, finalmente ha sido General Electric la elegida para suministrar los componentes necesarios para poner en funcionamiento los 1.500 megawatios eólicos que Forestalia tiene actualmente adjudicados.

Resultado de la subasta

A falta de la confirmación oficial del resultado de la subasta, las otras empresas que han resultado adjudicatarias de los paquetes más importantes han sido Gas Natural Fenosa, con unos 600 megawatios, Enel Green Power España (filial de Endesa), con 500 megawatios, y Siemens Gamesa, con algo más de 200.

La 'macrosubasta' de renovables celebrada este miércoles ha puesto en juego 2.000 MW, ampliables a 3.000 MW. El objetivo de la subasta lanzada por el Gobierno es permitir introducir las tecnologías renovables más eficientes en costes y que la convocatoria permita a España avanzar en el cumplimiento de los objetivos de la UE de renovables para 2020.

Para ello, la subasta ha utilizado un sistema marginalista en el que los interesados pujaron a la baja hasta completar la bolsa de megavatios en juego.

Además, esta subasta se presentaba como tecnológicamente neutrales, de modo que podía competir todas las fuentes de generación renovable.

No obstante, este planteamiento ha generado controversia en el sector, ya que la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) consideró que no había tal neutralidad y solicitó medidas precautelares al Tribunal Supremo para la suspensión de la subasta, que finalmente no fueron aceptadas por el Alto Tribunal, al considerar que el mecanismo beneficia a la eólica.

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