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Florentino Pérez batalló para que Atlantia no tuviera la última palabra en la futura Abertis

Florentino Pérez.

Conseguir el equilibrio de fuerzas tras una fusión es prácticamente una misión imposible, incluso cuando las operaciones se desarrollan entre iguales. Atlantia y ACS-Hochtief anunciaron la semana pasada la firma de un acuerdo para repartirse Abertis y poner fin a la guerra de OPAS que se desató hace varios meses. Este pacto implicará la creación de una nueva sociedad en la que no habrá equilibrio de fuerzas, pues los italianos controlarán una acción más que el conglomerado hispano-alemán. Fuentes de la negociación consultadas por Vozpópuli han precisado que Florentino Pérez trató de evitar esta situación de desigualdad durante la negociación y presionó para que el reparto de poder quedara 50%-50%.

La operación tendrá pros y contras para ACS. El acuerdo le permitirá aminorar riesgos financieros, pues será Atlantia la que consolidará la deuda de la sociedad instrumental que absorberá Abertis, así como la de la propia concesionaria de autopistas, que el pasado 31 de diciembre ascendía a 15.367 millones de euros (+6,9% con respecto a 2016).

Ahora bien, la mayoría accionarial la tendrán los italianos y probablemente designarán a su consejero delegado, un puesto para el que suena Giovanni Castellucci, actual primer ejecutivo de Atlantia. Esta situación de control podría asemejarse –consideran estas fuentes- a la que se reproduce en el caso de IAG e Iberia. Su fusión se anunció como una alianza entre iguales, pero, en realidad, fueron los británicos los que salieron reforzados.

Por entonces, se expuso que se trataba de una fusión paritaria, lo que sorprendió al mercado toda vez que el tamaño de British Airways era notablemente superior al de Iberia. Aunque los acuerdos para la creación de IAG aseguraban el mantenimiento de la nacionalidad de ambas compañías durante los primeros años del mismo, ha sido evidente que las principales decisiones se han tomado desde Bristol, donde se sitúa el cuartel general la compañía británica. Un aspecto que bien pudo comprobarse durante la crisis, cuando los ajustes de Iberia dictados por su socio llevaron a la aerolínea española a una situación límite, con la mayor huelga de personal de su dilatada historia.

El papel del Gobierno

Moncloa ha jugado un papel complejo durante todo este tiempo. En público, el Ejecutivo ha reiterado que su obligación era la de ser neutral en esta guerra de OPAS, sin embargo, en privado ministros como Álvaro Nadal han tratado de impedir que Abertis pasara a manos italianas. Este periódico se hizo eco de la conversación mantenida el pasado enero entre el presidente de Criteria Caixa, Isidro Fainé, y el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, en la que el representante gubernamental manifestó que, a igualdad de condiciones, prefería la oferta de Florentino Pérez.

Finalmente, no se reproducirá la situación que acaeció en 2009, cuando triunfó la OPA de Enel sobre Endesa y se hizo con el control absoluto de la compañía energética española. En este sentido, Nadal puede vender la operación de Abertis como una victoria en un frente complicado. Finalmente, la concesionaria no caerá por completo en manos italianas, aunque sí serán las que tengan la última palabra. Sin embargo, los efectos tardarán en llegar, toda vez que por delante hay un acuerdo de estabilidad hasta el año 2022. 

De ahí que este triunfo no deje de ser pírrico, puesto que la mayoría accionarial de Atlantia hará prevalecer sus intereses. Máxime si se cumplen las palabras que pronunció hace unos días Florentino Pérez, en las que especificaba que Abertis no se troceará.

Pese a la satisfacción que exhibió el dueño de ACS en la rueda de prensa posterior al anuncio del acuerdo, lo cierto es que Pérez presionó para que los italianos aceptaran un reparto equitativo y finalmente tuvo que aceptar que Atlantia tuviera el 50% más una de las acciones en la ‘nueva Abertis’, detallan estos informantes.

Movimiento de sillas

De momento, las dos partes negocian los términos de la OPA conjunta, que lanzarán próximamente a un precio de 18,36 euros por acción. Pese a que el proceso se demorará durante varias semanas, ya han comenzado a aparecer nombres sobre los posibles ejecutivos que se sentarán en el Consejo de Administración de la concesionaria de autopistas.

En este sentido, una de las posibilidades es que Borja Prado abandone la presidencia de Endesa para ser el nuevo chairman de Abertis. Su sustituto en la empresa energética podría ser Juan Rosell, a quien las fuentes consultadas atribuyen buenos contactos en ENEL y posibilidades de ser designado como presidente no ejecutivo cuando deje su puesto en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), a final de 2018.

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