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Fomento trocea y liberaliza Renfe y Adif sin dejar resuelta la liquidación de Feve

Antigua estación de Feve en Fuso de la Reina (Oviedo), desmantelada a finales de los años noventa.

A finales de septiembre, el Consejo de Ministros aprobó la segregación de Renfe Operadora en cuatro sociedades. Y esta semana, según ha sabido VozpópuliFomento está concertando reuniones para hacer lo mismo con Adif, la otra gran empresa pública ferroviaria, y partirla en dos. Se trata de la antesala de la liberalización de los trenes y de la insólita entrada de competencia privada en un sector en el que Renfe ostenta el monopolio desde hace 72 años. Pero antes de que las primeras empresas se lancen a por las vías férreas –algo que el Ministerio espera que suceda en el primer semestre del año que viene-, no parece que se hayan hecho todos los deberes.  

La desaparición de Ferrocarriles de Vía Estrecha (Feve) se hizo oficialmente efectiva el 31 de diciembre de 2012, siempre dentro de los planes del Ministerio de Ana Pastor por abrir el negocio a actores privados. Feve pasaría a ser absorbida por Renfe y Adif. Pero han pasado 11 meses y aparte de que sus 1.800 trabajadores nominalmente ya pertenecen a las dos empresas (más o menos, 700 han ido a Adif y 1.100 a Renfe, respectivamente), la realidad es que poco más se ha avanzado. Quedan muchos flecos por limar, demasiados según han reconocido fuentes de ambas sociedades a este medio.  

Y es que la división ha pillado a contrapié a mucha gente, empezando por los propios empleados, pero no solo: hace tiempo que el temor a que las prisas deriven no ya en una liberalización chapuza, sino en un fracaso en toda regla (Francia y Alemania han enrocado sus operadores hasta como pronto 2019 y no dudarán en penetrar en España) forma parte de las comidillas de Renfe y Adif.

Convenios en el aire

Para empezar, queda por resolver lo más gordo de la parte laboral: los convenios no son los mismos. Salarialmente, se retribuye mejor en Renfe y Adif, pero en Feve, especialmente arraigada en el norte peninsular, los empleados habían negociado buenas condiciones en lo relativo a la jornada de trabajo. Los recortes del PP han incrementado esa jornada, a la vez que rebajado los sueldos en las tres sociedades. Además, sigue coleando la polémica colocación a dedo en Renfe y Adif de directivos de Feve que carecían de contrato indefinido.

Aparte de 1.250 kilómetros de líneas con ancho de vía completamente distinto del que gestiona Adif en el resto del país (no hay que olvidar que el administrador ferroviario surgió en 2005 tras la primera división de Renfe), Feve también cuenta con un importante patrimonio (material rodante, estaciones, vestuarios). En este capítulo sí se han dado los pasos necesarios, cambiándose la titularidad de dicho patrimonio; transferencia que una fuente conocedora del tema resume de manera curiosa: “Lo que se pueda llevar en un camión, para Renfe; lo que no, para Adif”. La deuda de 600 millones entra dentro del paquete.

ERE a la vista

Pero volviendo al ancho de vía, hay cuestiones técnicas que no se han tocado, como el reglamento de circulación, que afecta a la señalización y a la seguridad. Y otras nuevamente laborales: las habilitaciones profesionales de Feve, que marcan las categorías del personal ferroviario, son distintas. Y lo mismo ocurre con la formación de los trabajadores, otra cuestión inconclusa.

Finalmente, se sabe que el ERE anunciado pero no concretado en Renfe y Adif afectará a los recién llegados, la mayoría trabajadores de País Vasco, Asturias, Galicia y Cantabria, con presencia igualmente en Castilla y León y Murcia. Fuentes de la empresa y sindicales esperan -sobre todo las segundas- negociar todos estos puntos en los próximos meses para que el nuevo escenario competitivo y con despidos a la vista no se embarranque más de lo que está. 

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