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El futuro de El Corte Inglés: Gimeno acelerará la salida al exterior y Pizarro reestructurará el capital

Manuel Pizarro se convierte en uno de los hombres fuertes de El Corte Inglés

La era ‘post Isidoro Álvarez’ de El Corte Inglés se inicia este martes, con la designación de nuevo presidente por parte del consejo de administración. Independientemente de quién sea el elegido, el gigante de la distribución inicia una nueva época con dos personas a los mandos: el director general, Dimas Gimeno; y el adjunto a la presidencia, Manuel Pizarro, con roles separados y con unas primeras misiones muy definidas.

Gimeno, quien cuenta con más papeletas para ser nombrado nuevo presidente, se encargará del desarrollo del negocio, se ocupará más del día a día del grupo, aunque con un cometido por encima de todo: continuar los trabajos que estaba llevando a cabo Álvarez para impulsar la internacionalización de la compañía.

En los últimos meses, la salida al exterior se convirtió en uno de los múltiples asuntos que Isidoro Álvarez tenía encima de la mesa. Fuentes conocedoras de la situación relatan que el recientemente fallecido presidente de El Corte Inglés no paraba de alentar a la alta dirección del grupo para que le presentaran proyectos con vistas a abrir centros fuera de España, donde la compañía sólo tiene presencia en Portugal.

Álvarez tenía perfilado el plan a mediados de la pasada década, justo antes del inicio de la crisis. Sin embargo, eligió un destino arriesgado: Italia. La jugada falló y posteriormente los resultados comenzaron a reflejar lo que se venía encima de la economía española, lo que desaconsejó seguir intentándolo.

Una difícil salida al exterior

“El Corte Inglés erró el tiro con Italia, es un mercado endogámico y muy complicado e incluso compañías como Inditex, cuya internacionalización es más que notable, ha tenido muchos problemas para llegar hasta allí, con no muy buenos resultados”, asegura una fuente del sector.

El actual director general de El Corte Inglés conoce bien la experiencia portuguesa del grupo, en la que colaboró con la apertura de la filial lusa y de los primeros centros en el país vecino. Su reto será dar con el mercado adecuado y no será sencillo. El salto del grupo al exterior llegará cuando múltiples cadenas se han instalado ya en el extranjero, especialmente en Europa, y han dejado escaso margen.

Por su parte, Manuel Pizarro será la pieza fundamental tanto en lo institucional como en lo financiero. En este punto, la opción de la salida a Bolsa de El Corte Inglés aparece como un objetivo a medio plazo aunque al que fuera presidente de Endesa, Ibercaja o la Bolsa de Madrid le queda un arduo trabajo por delante para adecuar la compañía a un proceso como éste.

Estructura inadecuada

Para ello será imprescindible que Pizarro trabaje en la reestructuración del capital del grupo, que está controlado mayoritariamente por las familias fundadoras pero que también está muy repartido entre directivos y empleados, cuya fidelidad y permanencia en el grupo ha sido premiada tradicionalmente con acciones de la empresa.

Esta circunstancia hace complicada a corto plazo una salida a Bolsa que propiciaría liquidez suficiente a la compañía para emprender su salida al exterior así como afrontar sin dificultades las obligaciones derivadas de la nueva estructura de su deuda.

Al menos, Gimeno y Pizarro, en cuya complementariedad hay una coincidencia casi plena en el entorno de la compañía, tendrán a favor la tendencia positiva de la evolución del consumo, que han contribuido a la mejora de las cuentas del grupo en los últimos meses.

Si la trayectoria no se tuerce, los resultados del ejercicio que se cerrará a finales del próximo febrero mostrarán una evolución positiva tanto en el beneficio como en la facturación, lo que no ha sucedido en los seis últimos años. 

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