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La carta trampa de Uría: El Corte Inglés intentó sin éxito comprar el silencio de Ceslar

Dimas Gimeno, presidente de El Corte Inglés.

Era una carta redactada al completo, adjunta a un correo electrónico dirigido a Carlota Areces. Provenía de El Corte Inglés, tenía el marchamo del prestigioso bufete Uría Menéndez y llegó a su destinataria dos días antes de que tuviese lugar la junta de accionistas de la compañía.

El objetivo de la misiva: conseguir que la representante de Corporación Ceslar, accionista del grupo con más del 9%, renunciase a su estrategia de oposición al contrato firmado con el jeque de Qatar, guardase silencio durante la celebración de la junta y votase a favor de todos los cambios propuestos en el orden del día (cambio de estatutos para facilitar la entrada del nuevo inversor y reforzamiento del poder del presidente, Dimas Gimeno).

"Era una carta preparada y redactada a la espera de ser firmada por Carlota. En el mail adjunto, el despacho Uría proponía una especie de 'mea culpa', por el que Ceslar renunciaba a todas las actuaciones de futuro contra El Corte Inglés y contra el acuerdo de entrada del jeque. Se pedía el voto afirmativo de todos los puntos del orden del día de la junta", afirman a Vozpópuli fuentes oficiales de Corporación Ceslar.

"Si Carlota no firmaba esa carta y votaba en contra de los acuerdos previstos, sería expulsada del consejo. No era una carta, era una amenaza", afirman fuentes oficiales de Ceslar.

"Si Carlota no firmaba esa carta y votaba en contra de los acuerdos previstos, sería expulsada del consejo. No era una carta, era una amenaza, un aviso a navegantes", añaden estas fuentes. La representante del paquete-herencia de Luis Areces, hermano del fundador de El Corte Inglés, Ramón Areces, se negó a firmar la carta a sólo 48 horas de la celebración de la junta, el día 30 de agosto.

Tal y como había avisado el grupo a su accionista rebelde, Carlota Areces fue fulminada en la junta con el voto unánime de todos los accionistas, que decidieron expulsarla del consejo de administración por el "reiterado incumplimiento de sus deberes legales como administrador", entre ellos, "los deberes de lealtad y secreto" sobre las deliberaciones del consejo.

Entre los accionistas que votaron a favor de expulsar a la consejera de Ceslar estaba también Cartera Mancor, otro de los minoritarios herederos del grupo, que en el consejo del 10 de julio votaron en contra de la operación de entrada del inversor Sheikh Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani, pero sorprendentemente, en la junta, se unieron a la mayoría y dieron el 'sí' tanto al contrato con el jeque como a los cambios estatutarios y a la decisión de expulsión de Carlota Areces.

Fuentes del equipo jurídico de Ceslar han confirmado que la "carta trampa" de El Corte Inglés a su defendida ha sido presentada junto al resto de la documentación que sustenta la doble demanda de impugnación presentada el martes pasado en los Juzgados de lo Mercantil de Madrid contra "la infundada e ilícita expulsión del consejo" y contra los cambios estatutarios (eliminación del derecho de suscripción preferente de los accionistas sobre la autocartera, derogación de la exigencia de ser accionista para poder ser consejero y reforzamiento y concentración de poderes "desorbitantes" en el presidente).

Fuentes oficiales de El Corte Inglés rehusaron comentar la existencia y el contenido de la carta enviada a Ceslar.

 

 

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