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AVE a La Meca: el ministro saudí exige ensayos en condiciones extremas en una nueva visita sorpresa a las obras

Los trenes Talgo que circularán por el desierto saudí

Los ensayos de los trenes Talgo que circularán por las vías del trazado de alta velocidad entre La Meca y Medina tuvieron durante la semana pasada testigos de excepción. El ministro saudí de Transportes, Mohammed Al-Muqbel, y una nutrida representación de la Organización Saudí de Ferrocarriles (SRO, por sus siglas en inglés) viajaron en uno de los convoyes que en las últimas semanas lleva a cabo el recorrido entre Rabigh y Medina, el tramo más avanzado de la línea. Fue una de las visitas sorpresa a las que acostumbra uno de los componentes del Gobierno saudí más beligerantes con el consorcio Al-Shoula aunque, en este caso y al contrario de lo sucedido en algunos precedentes, no hubo tormenta en el desierto. Eso sí, Al-Muqbel insistió en que deben realizarse más pruebas bajo temperaturas extremas, como las que pueden darse cuando la línea entre en funcionamiento, el próximo año.

La visita se desarrolló en un clima más calmado que en anteriores ocasiones. En el seno de Al-Shoula aun recuerdan la que tuvo lugar en primavera, que terminó en un descomunal enfado de Al-Muqbel por la evolución de algunos de los trabajos, especialmente los de los talleres de Medina, una situación que terminó con algunas de las compañías subcontratas por el consorcio fuera de la obra.

Al-Muqbel volvió a pasar revista a todos los puntos fundamentales de la línea y, como prueba de fuego, comprobó cómo trabajan algunos de los maquinistas locales que se han estado formando en España y que serán los encargados de conducir los trenes cuando la línea se abra al público.

Al-Muqbel, ingeniero de formación, no encontró en esta visita grandes problemas que volvieran a hacer que montara en cólera

En principio, todo en orden. O casi. Porque el puntilloso ministro de Transportes no dejó escapar la oportunidad para incidir en la necesidad de realizar pruebas en condiciones climáticas extremas, que se dan tanto durante el día, con temperaturas que pueden superar los 50 grados, como a la caída de la noche, cuando los termómetros bajan hasta las proximidades de los cero grados.

El desafío climático

Precisamente, la resistencia de las máquinas fabricadas por Talgo tanto a esas temperaturas como a los bruscos cambios es uno de los puntos más delicados del proyecto, junto con la incidencia de las frecuentes tormentas de arena en el recorrido. De ahí que el ministro y los miembros de la SRO hicieran hincapié en la necesidad de realizar muchos más ensayos en estas condiciones.

Por lo demás, Al-Muqbel comprobó de primera mano cómo los trenes alcanzan velocidad superiores a los 200 kilómetros por hora en los tramos que están prácticamente acabados y también el muy avanzado estado de las estaciones, algunas de las cuales ya están totalmente concluidas.

Precisamente, la intención del Gobierno saudí es poner en marcha cuanto antes el tramo Rabigh-Medina, de unos 270 kilómetros (más de la mitad del recorrido total). Para ello, la insistencia en acelerar lo más posible los trabajos es continua.

En principio, Al-Muqbel, ingeniero de formación, no encontró en esta visita grandes problemas que volvieran a hacer que montara en cólera, apenas diez meses después de que amenazara con rescindir el contrato a Al-Shoula si las obras no experimentaban avances significativos.

El azote del consorcio

Desde su nombramiento como ministro de Transportes de Arabia Saudí, hace aproximadamente un año, Al-Muqbel ha sido el auténtico azote del consorcio español que se adjudicó el principal contrato para el desarrollo del llamado ‘AVE de los peregrinos’. Partidario en su día de la oferta francesa, que finalmente perdió la batalla frente a la opción española, Al-Muqbel nunca ocultó sus recelos hacia la forma de trabajar del consorcio y a finales del pasado 2014 amenazó con romper el contrato.

Superviviente de la amplia renovación del Gobierno saudí acontecida tras el fallecimiento del rey Abdalá y la subida al trono del actual rey Salman, el ministro de Transportes no ha apartado su mirada en ningún momento del proyecto. La visita de la pasada semana promete no ser ni mucho menos la última. Para el consorcio, la figura de Al-Muqbel encarna la histórica desconfianza de los mandatarios de Oriente Medio hacia los contratistas, conscientes de que, aunque el proyecto está en la recta final, un nuevo resbalón puede ser fatal.

A nadie la cabe duda que el consorcio intensificará los ensayos en condiciones extremas… quién sabe si con Al-Muqbel nuevamente de testigo.

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