Quantcast

Empresas

Cirsa y Codere juegan con cartas marcadas en las elecciones argentinas

El candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli (i), y el opositor Mauricio Macri, de la alianza Cambiemos, en el debate televisado el sábado en Argentina.

El lunes 23 de noviembre Argentina amanecerá con un nuevo presidente tras las elecciones, en segunda vuelta, que se celebran el domingo. Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, candidato de Frente para la Victoria, que pretende continuar con las políticas de los Gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, o Mauricio Macri, alcalde de la ciudad de Buenos Aires, líder de la coalición Cambiemos, de corte más liberal que su opositor, gobernarán el país latinoamericano los próximos años.

Las dos mayores compañías españolas de juego, Cirsa y Codere, seguirán con especial atención los comicios, dadas las relaciones que ambas han mantenido con los dos líderes políticos y la importancia que tiene para su negocio el mercado argentino. Pero los reyes del juego en España disputan la carrera presidencial del pais latinoamericano con cartas marcas: en realidad pueden extraer conclusiones positivas de la victoria de cualquiera de ellos.

Cirsa opera el único casino existente en la ciudad de Buenos Aires, abierto en un barco anclado en el río de la Plata

Cirsa, controlada por el almeriense Manuel Lao, registra en Argentina el 23% de su Ebitda total (es el único dato sobre su negocio en el país que aporta en sus cuentas anuales), su segundo mayor mercado tras España. El grupo, que en 2014 facturó 1.591,5 millones de euros, es socio desde 2007 de la mayor compañía de juego de Latinoamérica, la argentina Casino Club, de Cristóbal López, cercano al presidente Kirchner y uno de los empresarios más poderosos del país, con intereses en los sectores energético, turístico, financiero, dueño de medios de comunicación. López, descendiente de almerienses –su principal compañía se denomina en recuerdo a la provincia española Grupo Indalo– ha estado alquilando al menos durante ocho meses siete edificios propiedad de una sociedad controlada por la presidenta Cristina Fernández, habiendo pagado 319.000 dólares, según reveló el diario La Nación el pasado mes de marzo.

Para Cirsa podría pensarse que la victoria de Scioli sería más conveniente. Pero el candidato Mauricio Macri, al que las últimas encuestas dan como favorito, ha tenido como alcalde de Buenos Aires concesiones con Cirsa y Casino Club, como las ha tenido Scioli como gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Aunque los juegos de azar están prohibidos en la capital argentina, la compañía española recibió permiso para abrir un casino en un barco anclado en el río de la Plata, en 1999, Casino Puerto Madero. Desde entonces el grupo ha tenido que sortear en diversas ocasiones amagos de clausura de las instalaciones, pero ha logrado retener el único casino bonaerense. Y en 2010 -Macri es alcalde de Buenos Aires desde diciembre de 2007- abrió un nuevo edificio en el casino flotante componiendo una estructura naval que une los barcos Princess y Estrella de la Fortuna habilitada como centro comercial.

Codere es el mayor operador de salas de bingo en la provincia de Buenos Aires con más de 5.000 tragaperras

Codere, la única empresa de juego cotizada en España, controlada por los hermanos José Antonio Martínez Sampedro y Javier Martínez Sampedro -previsiblemente verán reducida su participación al 20% del capital tras un problemático acuerdo de reestructuración de deuda- tiene en Argentina su principal mercado de ingresos. La compañía, que en 2014 facturó 1.385,6 millones de euros, ingresa en el país latinoamericano cerca de 500 millones al año. El grupo inició su actividad en Argentina en 1991 y en la actualidad es el mayor operador de salas de bingo en la provincia de Buenos Aires con más de 5.000 tragaperras instaladas.

Aunque podría pensarse que Codere está en una posición débil de competencia con Casino Club y Cirsa por las buenas relaciones de estas empresas con Kichner y Fernández, el grupo de los Martínez Sampedro también ha recibido apoyo de Scioli. En noviembre de 2012 Codere logró un fuerte espaldarazo del organismo que regula el juego en la provincia de Buenos Aires (gobernada por Scioli) al renovar éste cinco licencias con las que opera que expiraban en 2013 y 2015, ampliandolas hasta 2028 y 2029.

Desde mediados de 2013 Codere ha vivido una de las peores etapas de su historia bordeando el concurso de acreedores. La situación llegó a tal punto que estudió la venta de su negocio en Argentina y en enero de 2014 la presidenta Cristina Fernández advirtió que en caso de quiebra del grupo español nacionalizaría sus bingos en el país. En el último año el mercado argentino se ha consolidado como el mayor de Codere; en los nueve primeros meses de 2015 los ingresos en el país del grupo español se han disparado un 45%.

"Desde su llegada al gobierno bonaerense en 2007, Daniel Scioli no ha afectado al negocio de Codere y ha renovado todas sus licencias", indica Ramón Indrat, periodista argentino autor, junto con Federico Poore, del libro El Poder del juego. "Incluso demoró durante años la sanción de la ley antitabaco que finalmente fue aprobada por la legislatura bonaerense en 2012", apunta. Sobre la conveniencia que para Codere o Cirsa tendría la elección de Scioli o Macri como presidente de Argentina, Indrat considera que ninguno de ellos "alterará el mapa, no han llegado con promesas ni de aumentar los impuestos al juego ni de reorganizar el número ni la distribución de las salas de bingo". "En resumen", añade, "no creo que estén en riesgo ni con Macri ni con Scioli, aunque Scioli es levemente una mayor garantía de continuidad".

Para expertos en el sector del juego consultados en España, los factores que más pueden afectar al negocio de Codere y Cirsa en Argentina son los referidos al tipo de cambio y a la imposibilidad de repatriar beneficios desde el país. Previsiblemente Mauricio Macri impulsaría una devaluación del peso argentino de forma más ágil que Daniel Scioli, lo que a corto plazo sería perjudicial para las empresas españolas en el país. Pero también, apuntan las fuentes consultadas, es posible que Macri acceda a flexibilizar la política sobre repatriación de beneficios desde el país.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.