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Así se ha convertido Cerberus en la mayor inmobiliaria española

Sede de Cerberus en Nueva York.

Si está pensando en comprarse una casa en los próximos meses, por estadística lo más probable es que se la venda Cerberus. Este fondo norteamericano es uno de los que aterrizó en España en plena crisis financiera (entre 2010 y 2012) con el objetivo de quedarse bancos e inmobiliarias, como ha hecho en otros países. Lo primero no le salió tras algunos intentos con las antiguas cajas. Pero la conquista del ladrillo le ha ido mucho mejor: controla más de 50.000 millones en activos y acaba de protagonizar la segunda mayor operación de los últimos años en el sector inmobiliario español.

Los que conocen bien a Cerberus definen a este fondo como meticuloso, agresivo en las negociaciones y persistente. Esta última cualidad la ha demostrado con una paciencia a prueba de bombas buscando grandes operaciones en España durante años, hasta que acaba de salirle la compra de ladrillo de BBVA. Es hasta ahora la mayor adquisición en España, que le va a costar 4.000 millones de euros, con la financiación de Morgan Stanley.

Hay cinco figuras clave en esta operación dentro del fondo: Frank W. Bruno, uno de los principales directivos a nivel mundial del fondo; Lee S. Millstein, otro directivo clave de Cerberus, que lleva años supervisando el negocio en España; Manuel González-Cid, asesor senior del fondo y exdirector financiero de BBVA, y su equipo; David Teitlebaum, jefe del fondo en Europa; y Daniel Dejanovic, responsable del negocio inmobiliario en Europa.

El factor Aznar Jr.

También han participado, aunque en menor medida, Carlos Abad, presidente de Haya Real Estate, la inmobiliaria de Cerberus en España; Juan Hoyos, expresidente de McKinsey en España; John Snow, presidente de Cerberus, quien se reunió con el presidente de BBVA, Francisco González, para proponer la operación; y José María Aznar Botella, hijo del expresidente del Gobierno. La historia de este fondo en España ha estado vinculada en los últimos años al fichaje de Aznar Jr., al menos desde el punto de vista mediático. Los financieros que han trabajado con él lo definen como un "buen profesional" clave en la trayectoria del fondo en España.

Tanto Hoyos como Aznar sí que fueron claves en la primera gran operación de Cerberus en España, en 2013, con la compra de Bankia Habitat, en el 'Proyecto Plataforma'. Fue una compra que revolucionó al sector y dio pie a otras operaciones parecidas, como la venta de Altamira, Servihabitat y Anticipa.

José María Aznar Botella

A diferencia de lo que hizo con BBVA, la operación de Cerberus con Bankia no fue de compra de activos, sino su gestión Con otras operaciones parecidas, el fondo asume el control de la plantilla y la administración y venta de deuda y activos adjudicados, a cambio de comisiones de gestión. Bankia Habitat se convirtió en Haya Real Estate y posteriormente amplió su perímetro tras aliarse a Sareb, Cajamar y, este mismo año, Liberbank. Estos pactos supusieron un desembolso de unos 500 millones por parte de Cerberus. Sumados a los 4.000 millones de BBVA y a diversas compras de carteras, la cifra total sobrepasa los 5.000 millones.

El resultado de esta estrategia es que Haya Real Estate ha alcanzado un volumen de gestión de más de 40.000 millones, cuenta ya con casi 700 empleados y obtuvo un resultado (en 2016) de 31 millones.

Cerberus ha invertido más de 5.000 millones en el ladrillo español durante la crisis

Las redes de Cerberus en España no acaban ahí: tiene una gestora de deuda morosa, Gescobro; una firma de titulizaciones, Haya Titulización; una participación en otra gestora de deuda bancaria, Hipoges, que negocia vender a KKR; y decenas de sociedades donde guarda los activos inmobiliarios. Por si fuera poco, a esta lista podría sumar pronto la promotora Inmoglaciar, como adelantó este medio.

Y todo es sólo una de las aristas de Cerberus en España, más allá de grandes participaciones empresariales como la de Renovalia, actualmente a la venta. Operaciones como la de BBVA reflejan que fondos como éste siguen muy interesados en España, a pesar de las incertidumbres generadas por Cataluña. Y más allá del dinero extranjero que traen, deben ser vistos como nuevos jugadores influyentes capaces de mover mercados como el inmobiliario. Han venido para quedarse. Al menos un tiempo.

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