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Bankia tiene que subir un 330% para devolver sus ayudas y las de BMN

José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, tiene un nuevo reto por delante.

José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, ya tenía ante sí el mayor reto al que se ha enfrentado un banquero en España: devolver los 22.400 millones en ayudas públicas recibidas por Bankia, aunque él alega que de esa cantidad hay 4.465 millones que ya se daban por perdidos cuando llegó al cargo en mayo de 2012. Ahora, con la fusión en marcha con BMN el desafío se hace todavía mayor.

Esta operación, cuyo anuncio oficial se hizo ayer por la tarde, sumará otros 1.645 millones de euros sobre las espaldas de Goirigolzarri. Por su parte, tras la venta de un 7,5% del capital en 2014 y los dividendos repartidos por Bankia en los últimos años, la entidad todavía tiene una cuenta pendiente de 21.100 millones, que se reducirían a 16.600 millones sin tener en cuenta las preferentes del Fondo de Reestructuración (Frob) que se amortizaron tras la salida de Rodrigo Rato de Bankia.

Para poner más difícil la misión de Goirigolzarri se suma el lastre de la cotización del banco en el último año. Ayer cerró a un precio de 0,7 euros por acción, menos de la mitad de los 1,51 euros por título a los que consiguió vender el 7,5% hace dos años.

Para devolver todas las ayudas públicas -tanto las de BMN como las de Bankia-, la entidad cotizada tendría que revalorizarse un 334% en el parqué, lo que implicaría elevar el valor en bolsa de los 0,7 euros actuales por encima de los 3 euros. Algo que ningún analista se plantea ni por un asumo en estos momentos.

La acción de Bankia tendría que revalorizarse por encima de los 3 euros para devolver todas sus ayudas y las de BMN

Este cálculo implicaría que el Frob mantuviera el 65% en la entidad resultante de la fusión entre Bankia y BMN, como está previsto, mientras que uno de los asuntos clave por resolver es cuántas acciones recibirán de Bankia los minoritarios de BMN. Entre ellos se encuentran las fundaciones de las antiguas cajas fundadoras del grupo (Murcia, Sa Nostra, Granada y Penedès), la aseguradora Caser, fondos de Haya Titulización (de Cerberus) e inversores privados de las antiguas cajas, que recibieron acciones por sus antiguas subordinadas.

BMN se juega también mucho en esta operación, sobre todo a nivel reputacional, para no diluir a sus actuales accionistas. De ahí, que el cálculo de la ecuación de canje de la fusión vaya a provocar un pulso entre el equipo de Goirigolzarri frente al de Carlos Egea. El Frob está en proceso de contratar asesores para este trabajo.

Más allá de estas diferencias, todos los actores involucrados en las negociaciones ven un claro "sentido industrial" a la operación, como señaló Goirigolzarri. Lo primero, porque a la extensa red de Bankia (1.900 oficinas y 13.500 empleados) se le añadiría un negocio comercial muy centrado en regiones donde el banco tiene poca presencia: BMN tiene 700 sucursales y 4.000 trabajadores ubicados principalmente en Baleares, Murcia y Granada. Fuentes financieras consultadas señalan que los dos primeros mercados son los que más interesan a Bankia.

El segundo motivo es que una fusión con Bankia es, a día de hoy, la mejor de las opciones para el Frob con BMN. Lo es porque una subasta como las de Catalunya Banc y NCG Banco implicaría recuperar muy poco dinero y que el banco comprador pudiera pedir ayudas adicionales (a través de un esquema de protección de activos). Mientras, los grandes fondos internacionales exigen descuentos superiores al 30% sobre valor contable, con lo que el Frob sólo recuperaría 390 millones de los 1.600 millones inyectados en el grupo, menos de una cuarta parte.

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