Quantcast

Empresas

Situación límite para el CEO del AVE a La Meca: las empresas le cuestionan, el cliente le respalda

Los trenes de Talgo ya circulan en pruebas por el desierto saudí

Al-Shoula, el consorcio español que construye la línea de alta velocidad entre La Meca y Medina, está viviendo una nueva etapa de tensión que, como en muchas otras ocasiones, es de carácter interno, es decir, entre buena parte de las 12 empresas que lo componen. Ahora el conflicto se focaliza sobre el consejero delegado, Santiago Ruiz, que se encuentra en una situación más que peculiar ya que es respaldado por el cliente, esto es, el Gobierno saudí mientras que es cuestionado por algunas de las compañías que componen el consorcio.

La llegada de Ruiz, hace algo más de un año, contribuyó en buena medida a rebajar la tensión existente entre el contratista y el cliente, la Organización Saudí de Ferrocarriles (SRO, por sus siglas en inglés). Las buenas relaciones del ex de FCC con Mohammed Al-Muqbel, ministro saudí de Transportes y azote del consorcio desde su llegada al Gobierno, a finales de 2014, contribuyeron a crear un clima de calma que aún a día de hoy se mantiene, al menos de puertas afuera.

Pero no puede decirse lo mismo en el seno del consorcio. Ya el proceso de su nombramiento fue complicado, toda vez que no todas las compañías estaban dispuestas a costear sus emolumentos. A partir de entonces, Ruiz fue capaz de reconducir la difícil relación con el cliente y también de hacer que el ritmo de las obras fuera en aumento para paliar los retrasos que se acumulaban hasta la fecha y que provocaron que los saudíes amenazaran con la rescisión del contrato. Sin embargo, no ha podido reconducir unas relaciones entre empresas ya bastante deterioradas antes de su aterrizaje en Al-Shoula.

Los problemas han llegado por las exigencias del Gobierno de Arabia Saudí de tener listo al menos el tramo más avanzado para este mismo año y de que la totalidad de la línea entre en servicio en 2017, unos meses antes de lo previsto. Las compañías no están satisfechas con el modo en que Ruiz está llevando a cabo las negociaciones con el cliente, al que pretenden exigir una serie de condiciones a cambio.

Negociación de los sobrecostes

Sin ir más lejos, el pago de buena parte de los sobrecostes que están planteados y que el Gobierno saudí se niega a reconocer al consorcio, en una situación sumamente complicada para el país debido a los ajustes que se ha visto obligado a hacer como consecuencia de la caída de los precios del petróleo. Los costes de las obras, presupuestadas en algo más de 6.000 millones de euros se han elevado por encima de los 10.000 millones, según reconoció el propio Al-Muqbel en la prensa local.

Las compañías se han vuelto contra el consejero delegado del consorcio, del que desconfían como negociador, precisamente por su buena sintonía con el cliente. Pero, al mismo tiempo, esta circunstancia salvaguarda por el momento a Ruiz, toda vez que la percepción generalizada es que la SRO está ahora satisfecha con el consorcio, compuesto por las empresas públicas Renfe, Adif e Ineco y las privadas Talgo, OHL, Cobra (ACS), Copasa, Consultrans, Imathia y Dimetronic, además de dos empresas locales.

De hecho, las últimas visitas a las obras por parte de Al-Muqbel se han desarrollado en un clima de cordialidad, en tanto en cuanto el ministro saudí ha aprobado el ritmo de los trabajos y se ha mostrado esperanzado en que concluyan a tiempo.

La última palabra, del cliente

Precisamente, la llegada de Santiago Ruiz se produjo como consecuencia de la precipitada salida de su antecesor en el cargo, Rafael Valero, desautorizado por el cliente al considerar que no era la persona adecuada para estar al frente del consorcio.

La fractura entre las empresas que componen el consorcio Al-Shoula se ha vuelto a hacer evidente pese a que a finales de 2014, cuando el ministro Al-Muqbel amenazó con resolver unilateralmente el contrato, hicieron un propósito de unión para tratar de reconducir juntas la situación y aparcar las diferencias con el fin de evitar males mayores. Precisamente, la figura del nuevo consejero delegado contribuiría, teóricamente, a articular esa unión.

Sin embargo, tras un periodo de cierta calma, las hostilidades han regresado y las compañías, especialmente las privadas, han empezado de nuevo a hacer la guerra por su cuenta. En este contexto, la situación del consejero delegado del consorcio comienza a ser insostenible porque empieza a verse desbordado. Y mientras, el Gobierno saudí ha prometido a los ciudadanos que para la próxima peregrinación a La Meca habrá ya línea de alta velocidad.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.