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ACS vuelve a apostar por la energía tras fracasar su intento de controlar Iberdrola

El mercado ha asistido en los últimos meses a un cambio de tendencia en ACS respecto al sector energético. Las circunstancias han hecho que el grupo que preside Florentino Pérez haya pasado de no querer saber nada de energía a ser uno de los principales beneficiados por la reforma del sector aprobada por el Gobierno antes del verano. Ahora, Urbaser, una de las principales filiales de ACS, se dotará también de contenido energético aprovechando el auge de campos como el de la eficiencia.

No es de extrañar que todos estos movimientos hayan llegado después de que ACS diera por cerrado su frustrado asalto al control de Iberdrola, de cuyo capital llegó a controlar algo más de un 20% y del que empezó a salir en abril del pasado 2012.

Un ejercicio que ACS cerró con pérdidas superiores a los 1.900 millones de euros precisamente por el agujero generado por el proceso de salida de la eléctrica que preside Ignacio Galán.

En plena batalla por el control de Iberdrola, con la exigencia de que su participación en el capital tuviera su reflejo en el consejo de administración de la eléctrica, ACS puso a la venta la totalidad de sus activos en el sector, precisamente para salvar uno de los obstáculos que le impedía acceder al máximo órgano ejecutivo de Iberdrola: su condición de empresa directamente competidora.

Las ventas que nunca llegaron

Ahora, la venta de los activos energéticos de ACS, la inmensa mayoría en renovables, está paralizada. Apenas logró enajenar unos pocos debido al elevado precio que pedía por ellos, a la situación de crisis económica y a la incertidumbre que se cernía sobre el sector, pendiente de una reforma que parecía no llegar nunca.

Pero ACS ya mira al sector de otra forma. La venta de activos energéticos no está en la primera línea de tareas de la compañía. La citada reforma le ha favorecido de forma destacada ya que la mayoría de sus activos se centra en la rama termosolar, la menos penalizada por la modificación normativa. Y además ha abierto un nuevo camino da través de Urbaser, su filial de medioambiente y una de las que más aporta a la cuenta de resultados de la compañía.

Urbaser ha ampliado su objeto social para dar cabida a cometidos relacionados con el sector energético y, más concretamente, con el área de renovables. Hasta entonces, la única relación de Urbaser con la energía era su área de valorización de residuos, con una serie de plantas que llevan a cabo la combustión de éstos para su transformación en energía.

Así pues, la transformación ha sido completa. De no querer saber nada del sector energético, ACS ha pasado a volver a apostar por él aunque, eso sí, por el momento de forma tímida. Por medio, un asalto fallido a Iberdrola que se ha reflejado en pérdidas históricas y en la desaparición temporal del dividendo a cuenta de resultados, que levantó no pocas ampollas entre los principales accionistas de la compañía.

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