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ACS cede a Atlantia el control de Abertis a cambio de evitar endeudarse con la compra

El presidente de ACS, Florentino Pérez, durante su intervención en la Junta de Accionistas de la compañía

La solución negociada para la compra de Abertis por parte de los oferentes, Atlantia y ACS, ha supuesto todo un alivio para el departamento financiero del grupo español de construcción y servicios. El resumen ejecutivo de la operación refleja que después de hacerse con la mitad de la concesionaria, valorada en algo más de 9.100 millones de euros, la deuda de la compañía que preside Florentino Pérez se incrementará de forma moderada, sin poner en peligro el rating que tanto les costó conseguir. Eso sí, no será gratis. A cambio, Atlantia tendrá en realidad el control efectivo de Abertis, a través de una mayoría en el capital.

Las grandes líneas del acuerdo alcanzado por las partes a última hora de este martes contemplan que una sociedad instrumental actuará como tenedora de las acciones de Abertis que sean adquiridas en la OPA de Hochtief (filial alemana de ACS), la única que permanecerá tras retirar Atlantia la suya. En esa nueva empresa, la participación de la empresa italiana será del 50% más una acción. De esta forma, consolidará en sus cuentas la deuda tanto del vehículo, que contratará su propia financiación para comprar las acciones de Abertis, como de la propia concesionaria, valorada en unos 15.000 millones de euros.

De tal circunstancia se libera ACS, que controlará el 50% de la nueva sociedad menos una acción. De forma directa, detentará el 30% mientras que el 20% menos una acción quedará en manos de Hochtief.

Así las cosas, ACS y su filial deberán aportar la mitad del montante con el que se pretende capitalizar la sociedad conjunta, una cantidad de 3.500 millones de euros, que se repartirán en función del porcentaje que tome cada una. Dado que ACS cerró el ejercicio 2017 con una posición de deuda prácticamente inexistente, la maniobra no provocará precisamente que se disparen las ratios de las que tan pendientes están las agencias de calificación.

Bajar del 50% en Hochtief

Pero además, el pacto para la compra conjunta de Abertis también incluye una operación paralela que permitirá a ACS financiar parte de la capitalización de la nueva sociedad, por un lado; y dar a la compañía la posibilidad de evitar consolidar también la deuda de Hochtief. Se trata de una maniobra en dos pasos: primero, ACS suscribirá de forma íntegra una ampliación del 10% del capital de Hochtief, por la que desembolsará algo más de 940 millones de euros de incrementará su participación en la empresa germana hasta el 74,2%.

Después, la constructora española venderá acciones de Hochtief a Atlantia, al mismo precio de la ampliación, por un importe máximo de 2.500 millones de euros, con lo que el grupo italiano alcanzará algo más del 24% del alemán.

Con este segundo movimiento, ACS logrará liquidez para amortizar parte de la deuda relacionada con la operación Abertis y, además, reducirá su participación en Hochtief hasta el 50,15%. Quedará muy cerca de situarse por debajo del 50% y, por lo tanto, de no tener que consolidar la deuda.

Moncloa logra evitar un Endesa II

Este escenario deja un panorama despejado desde el punto de vista financiero para ACS tras una operación muy costosa. El precio a pagar es no tener el control efectivo de la concesionaria, que estará en manos de Atlantia. Además de contar, ya desde un primer momento, con la mayoría del capital de la sociedad que controlará Abertis, también controlará, de forma indirecta, una participación adicional debido a su presencia en el capital de Hochtief, con casi un cuarto de su capital.

No obstante, la parte de ACS en el acuerdo tiene un elevado componente político, toda vez que ir de la mano de Florentino Pérez reducía al mínimo el riesgo de que el Gobierno tuviera una actitud hostil con el oferente italiano. Aunque finalmente sea Atlantia la que tenga el control efectivo de Abertis, toda vez que su riesgo financiero es sensiblemente superior, el Ejecutivo español ya puede presentar la operación como un episodio diferente del acontecido con Endesa, cuando fue adquirida por la también italiana Enel.

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