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Economía

El Gobierno de Sánchez es el que ha creado más empleo público en menos tiempo

La contratación ha aumentado un 12%, frente al 3% del sector privado. El récord absoluto lo tiene Felipe González, mientras que Rajoy es el único presidente con quien retrocedieron las nóminas públicas

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un mitin en León. Flickr PSOE

El crecimiento del empleo público sigue siendo imparable mientras que el privado sigue su habitual calvario. Sucede siempre con las crisis económicas, precisamente cuando el déficit público y la deuda son más elevados. Su aumento no tiene nada que ver con los ciclos económicos. Y se ha acentuado con la presidencia del Gobierno de Pedro Sánchez que ha asegurado que esta legislatura es la de empleo, en clara alusión al público.

Desde que llegó a La Moncloa en junio de 2018, en el cuarto año todavía de subida del PIB tras la doble recesión, las nóminas en las Administraciones Públicas han crecido casi un 12% (en 358.000), mientras que las ocupaciones privadas sólo han aumentado una cuarta parte, es decir, un exiguo 3% (en 483.000) gracias en este caso al efecto de rebote tras el duro ajuste durante la pandemia. Esta progresión permite afirmar que Sánchez es el presidente de Gobierno con quien más empleo público se ha creado en menos tiempo (en poco más de tres años).

Desde enero de 2020, fecha de en que comenzó la última legislatura, la ocupación pública ha aumentado en 222.200 personas (6,8%) mientras que la privada se ha reducido en 4.200 (-0,03%). Y no se trata de más empleo en la sanidad, que en todo caso no es estructural, porque siguen engordando los servicios generales del conjunto de las Administraciones y entes.

Las diferencias son sustanciales entre ambos sectores, a pesar de tener hasta ahora la misma legislación laboral. Así, cuando el ajuste constriñe el empleo privado, se dilata el público convirtiéndose en muchos casos en el refugio laboral de muchos compromisos políticos. Sólo hay que ver que, desde la gran crisis de 2007, el empleo público ha crecido un 16,2% mientras que el sector privado sigue cosechando una caída neta del 6%.

Cuando empezó la gran depresión hace 14 años, las Administraciones tenían casi tres millones de ocupados (2.990.300), y ahora disponen de cerca de 3,5 millones (3.475.500), según los datos de la EPA. Se ha producido por tanto un aumento de casi medio millón de empleados (485.200 exactamente). Mientras, en el sector privado había 17.763.100 ocupados a finales de 2007 (entre asalariados y autónomos) y ahora quedan 16.709.400.

Cuando el ajuste constriñe el empleo privado, se dilata el público convirtiéndose en muchos casos en el refugio laboral de muchos compromisos políticos

Es decir, aunque las cifras han mejorado tras la doble recesión y las primeras fases de la pandemia (los ERTES han ayudado a mantener la estadística), hay casi 1,1 millones menos de ocupados menos en las empresas privadas (en concreto, 1.053.700) que probablemente nunca volverán a restañarse, ya que la nueva reforma laboral sólo pretende canjear la estadística de empleo temporal por indefinido, incluso parcial.

Hay muchas dudas sobre si servirá para crear más trabajo en España (privado) pese a las ayudas europeas. Lo ha señalado hasta el FMI: la creación de empleo está empezando a alcanzar su límite (salvo en el sector público). Y no habrá más puestos nuevos hasta que no se cambie el modelo de crecimiento actual basado en los servicios y en una España plagada de funcionarios y camareros.

Que la economía tiene ya dificultad en generar nuevo empleo privado lo demuestra la estadística de las contrataciones de enero con la puesta en marcha de la nueva reforma laboral: el 40% de los contratos indefinidos son a tiempo parcial. Es decir, los trabajos empiezan a repartirse y un mismo puesto fijo va a estar ocupado por dos o más personas.

Felipe González encabeza el ranking

¿Con qué presidente del Gobierno ha crecido más el empleo público y privado? Es evidente que con todos los dirigentes del PSOE se ha disparado el empleo público a lo largo de varias legislaturas de mandato. Felipe González lidera el ranking  de empleo en las Administraciones a lo largo de sus trece años en La Moncloa. Las nóminas públicas crecieron durante su presidencia un 32% (562.000 más), es decir, a un ritmo cuatro veces superior (7,7%) al del sector privado (748.000 más). En todo caso, las crisis económicas no fueron tan pronunciadas y fueron aquellos los primeros años de consolidación democrática y de cambio. Podría entenderse que hacía falta más sector público con la irrupción de las autonomías.

Desde la gran crisis de 2007, el empleo público ha crecido un 16,2% mientras que el sector privado sigue cosechando una caída neta del 6%

En segundo lugar aparece la ocupación pública con Adolfo Suárez y Calvo Sotelo en La Moncloa (más de cinco años de Gobierno incluyendo la legislatura constituyente) aumentó un 29% (397.000 puestos más) mientras que la privada cayó casi un 14% (1,5 millones menos). Eran los primeros años de ajuste económico, y de incertidumbre política y administrativa.

José María Aznar es el tercer presidente que más empleo público ha creado pero también quién más empleo privado ha generado durante su mandato (ocho años). Aumentó en un 20% (456.000 más) mientras se duplicaba el privado en plena era liberalizadora y de flexibilidad laboral con cerca de ocho millones de ocupaciones más.

Con José Luis Rodríguez Zapatero (casi ocho años en la presidencia), y en la peor crisis económica conocida desde la guerra civil, el empleo público creció un 16% (444.000 más), mientras que el sector privado se desangraba con un descenso del 2% (310.000 menos).

Tras la inflación de puestos públicos de Zapatero, Mariano Rajoy (6,5 años en La Moncloa) ha sido el único presidente que ha reducido el empleo en las Administraciones a partir de 2012, cuando se encontró con un déficit de dos dígitos y no muy lejano al actual de Sánchez aunque con una deuda sensiblemente inferior.

Eso sí, esa minoración de puestos públicos la realizó sin un solo despido, ERTE, ni ERE, pese a que la reforma laboral que hizo permitía, por ejemplo, el despido por causas objetivas del personal laboral (los funcionarios de carrera no están sometidos a la legislación ordinaria), tal como sucede en el sector privado, con una indemnización de 20 días y 12 meses como máximo por motivos económicos, técnicos, organizativos o de producción.

El ajuste del PP consistió en no reponer las plazas de los empleados públicos que se iban jubilando en aquellos años, aunque a partir de 2015 abrió la mano a más contrataciones. En todo caso, durante su mandato, el número de asalariados de las Administraciones bajó un 3,6% (117.000 menos) mientras que aumentó considerablemente la ocupación privada, un 8,7% (1,3 millones más). En total, desde la primera legislatura hasta ahora se han creado en España un 153% más de empleo público (2,1 millones más) mientras que en el sector privado el incremento ha sido sólo del 49% (unos 5,5 millones). Lo que da a entender que los partidos políticos se han convertido en auténticas agencias de colocación de empleo público.

Empleo público en las crisis

Estas cifras demuestran que el empleo del sector público crece aún más, o apenas resulta afectado, durante las crisis económicas mientras se desangra el sector privado con una misma legislación laboral. Esta situación se comprueba en recesiones anteriores. Por ejemplo, en la de los primeros años de los noventa (por las tensiones petrolíferas de la guerra del Golfo) el empleo público cayó un 2,5% mientras que en sector privado superó el -5%.

En la anterior crisis, en 1981 (por la guerra de las divisas internacionales), aunque sólo se produjo un descenso del PIB en un trimestre (para que se convierta en recesión se necesita al menos dos trimestres consecutivos), el empleo público subió medio punto mientras el privado bajó un 1,3%. Y, retrocediendo hasta las recesiones ocasionadas por el petróleo en las dos oleadas de los años setenta en el inicio de la restauración democrática, sale que el empleo público cayó un 1,1% mientras que el privado llegó al 1,4%.

Por tanto, la verdadera dualidad laboral en la actualidad no es entre el empleo indefinido o temporal como se pretende corregir con la nueva reforma laboral, sino entre el trabajo público y el privado. Según los datos del INE de la EPA y la Contabilidad Nacional, el empleo público crece sin control con las crisis económicas y cuando se acercan las elecciones, sin que ningún Gobierno nacional, autonómico o local realice reestructuración o reforma alguna de plantillas o su adecuación a las nuevas exigencias para atender, por ejemplo, la mayor demanda de la sociedad de personal sanitario o educativo.

No habrá un verdadero cambio de tendencia hasta que no se cambie el modelo de crecimiento actual basado en los servicios y en una España plagada de funcionarios y camareros

El empleo público sigue cosechando récords, sin justificación en muchos casos. Su gasto se ha convertido en una ingente ‘bola de nieve’ que en 2021 podría haber superado los 145.000 millones de euros drenando liquidez a la política presupuestaria generadora de actividad y crecimiento económico. Mientras, la regresión en la ocupación privada alcanza ahora los niveles de 2006.

La situación no va a cambiar con la nueva reforma laboral, ya que el Gobierno ha derogado la disposición adicional 16 de la reforma del PP de 2012 que permitía aplicar, aunque nunca se ha utilizado, el despido objetivo de los laborales contratados (hay más de 2,3 millones) ajenos a la carrera funcionarial en situaciones, por ejemplo, de insuficiencia presupuestaria o de emergencia económica.

Curiosamente, esta supresión que evita cualquier tipo de ajuste se ha producido coincidiendo con el mayor empleo público de la historia y mientras el Gobierno anuncia nuevas convocatorias de plazas así como, tras una sentencia de Bruselas, la incorporación como funcionarios de carrera a los contratados interinos de más de cinco años. 

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