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Economía

Vuelta al 'enchufe': ocho de cada diez parados busca empleo a través de amigos o sindicatos

Casi 2,9 millones de desempleados acuden a conocidos, familiares u organizaciones sindicales, en vez de otras opciones más profesionales o de organismos públicos para encontrar trabajo

Una empleada de la limpieza en una oficina.
Una empleada de la limpieza en una oficina. EP

Los españoles han vuelto a apostar durante la pandemia por el enchufe a la hora de buscar empleo en lugar de otras opciones más profesionales o a través de organismos públicos. La escasez de nuevos puestos y la inacción pública son la principal causa. La campaña veraniega con el avance de la vacuna ha reducido el número de personas en ERTE y se ha activado la contratación de forma coyuntural, pero aún no se ha vuelto a la situación precovid, mientras que la oferta laboral sigue siendo escasa a pesar del aumento de la precariedad.

Por ello, la búsqueda activa de empleo se está concentrando en las relaciones personales y familiares, que se presentan como el instrumento que más se usa y que más ha calado tradicionalmente en la sociedad. Se ha convertido en la alternativa más recurrente en un mercado laboral plagado de incertidumbres y altibajos al albur de la coyuntura y del modelo de crecimiento económico. Según datos del INE, el 78% de los parados busca trabajo activamente a través de amigos, parientes o de un sindicato. O de un partido político, que se han convertido en agencias de colocación de ‘los suyos’. Se trata prácticamente de ocho de cada diez parados, es decir, de casi 2,9 millones de personas.

En todo caso, estos demandantes de empleo utilizan al mismo tiempo otras formas de búsqueda como consecuencia de la ansiedad y la falta de expectativas claras y sobre todo por el recuerdo de las dificultades de las crisis recientes. Así, 2,5 millones (dos tercios de los parados) buscan trabajo utilizando a la vez más de tres formas y, por ejemplo, la mitad de los 3,7 millones de parados totales actuales utiliza más de cuatro métodos. Y, curiosamente, uno de cada diez parados se encuentra en la más absoluta desesperación, ya que utiliza más de seis métodos a ver si suena la flauta y consigue un contrato.

Cuando empezó la pandemia en el primer trimestre de 2020 la utilización de las amistades, familiares o de un sindicato era también la forma más utilizada por los parados para buscar empleo. Estaba en el entorno del 75% del conjunto de los parados. Pero, en el inicio de 2021 ha subido al 78% frente a, por ejemplo, el 66% al comienzo de la gran crisis en 2007. Por tanto, se ha producido un aumento de tres puntos en el último año. Es decir, los españoles creen con más intensidad que sólo van a encontrar trabajo si algún conocido se lo proporciona o mediante recomendación.

Uno de cada diez parados se encuentra en la más absoluta desesperación ya que utiliza más de seis métodos a ver si suena la flauta y consigue un contrato

Según la estadística oficial, el porcentaje más alto de los que buscan el enchufe se produjo en 2013 en la segunda recesión (llegó hasta 87% de los desempleados totales). Es decir, la búsqueda de trabajo con esta característica se activa cuando empeora la situación económica y laboral. En todo caso, el peor trimestre en la serie histórica fue el segundo de 2020 ya que, como consecuencia del confinamiento generalizado y de la caída a plomo de la actividad y del empleo, sólo el 61% de los parados usó esta forma para buscar una colocación.

Mirar anuncios por internet se ha convertido en la segunda forma de búsqueda activa de empleo. Es la más utilizada junto a la anterior y se ha convertido en la principal novedad ya que antes de la pandemia era empleada por el 67% de los parados y ahora llega al 74% (2,7 millones de parados). Cuando empezó la crisis de 2007 sólo el 46% miraba o escuchaba ofertas vía on line. Por tanto, esta vía ha aumentado en casi siete puntos. Se trata de un porcentaje récord, al que ha contribuido el auge de las tecnologías y también al confinamiento, ya que las posibles ofertas de las empresas se vuelcan en esta herramienta ante la falta de actuaciones presenciales directas de los demandantes.

Por todo esto, poner un anuncio en internet es otra de las alternativas preferidas junto a las anteriores y otras más. Es la que más crece (más de siete puntos) ya que era utilizada por los 39% de los desempleados al principio de la pandemia y ahora supera el 46% (1,7 millones de personas). En 2007 sólo llegaba al 21%. Se trata por tanto de una cifra récord. Por su parte, la tradicional solicitud directa a un empresarios o presentando un currículum ha sido empleada alternativamente también por el 65% de los parados (2,4 millones). Ha crecido en casi tres puntos respecto al inicio de la crisis sanitaria.

La búsqueda de empleo por internet se ha disparado gracias al auge de las tecnologías y de las restricciones a la movilidad

Curioso es también el incremento (del 20% al 25% en el último año) de quienes esperan los resultados de una solicitud de trabajo. Es decir, casi un millón de personas se encuentran en el dique seco del paro esperando ser llamados por una empresa que probablemente se ha replanteado su oferta ante la situación y a la espera de que se vislumbre una mejoría estable de la actividad.

La estadística oficial evidencia también un aumento de la falta de confianza en los establecimientos públicos relacionados con el empleo y encargados de la búsqueda y colocación de los parados. Todos los gobiernos han anunciado una reforma de las políticas activas, y nunca se ha llevado a cabo. El PSOE ofreció este instrumento del ministerio de Trabajo (transferido a las comunidades autónomas) a Podemos en el pacto de Gobierno y no hay noticias de que se haya intentando cambio alguno. Si al principio de 2020 el 48% de los parados (sólo el 27% espera al menos una llamada de esta oficina) se había puesto en contacto con una oficina pública de empleo (en la mayoría de los casos es para presentar la demanda que habilite el cobro de la prestación por paro), un año después la cifra llega al 44%.

Es decir, se producido una reducción de cuatro puntos. Según las estadísticas oficiales, el SEPE sólo colocaba antes de la pandemia al 2% de los demandantes de empleo. La cifra debe ser aún menor ahora. Ante esta ausencia de asistencia pública, el 32% de los desempleados (casi 1,2 millones) se ha puesto también en contacto con una oficina privada de empleo frente al 29% al principio de la crisis sanitaria (22% en 2007), es decir, se ha producido un repunte de tres puntos.

La desesperación por encontrar empleo

La necesidad de un puesto de trabajo es acuciante para muchos españoles. Pare ello, intentan todas las opciones posibles a su alcance. Unos 350.000 parados (casi el 10% del total) utilizan más de seis formas distintas de búsqueda de empleo. Ha crecido en dos puntos respecto al principio de la pandemia. En la mayoría de los casos apuestan por el posible enchufe, los anuncios de internet en todas sus variantes, la presentación del currículum o de solicitudes directas en las empresas o la inscripción en las oficinas públicas del paro y también en las privadas.

Más de 660.000 desempleados (18% frente al 14% de hace un año) emplean al menos cinco métodos para ver si les llega una oferta mientras que el 21% (unos 760.000) señala que busca una colocación mediante cuatro formas al mismo tiempo y otro 20% mediante tres métodos (725.000). Sale que el 67% (cinco puntos más que hace un año) utiliza al menos tres formas de búsqueda y llega al 48% de los parados (cuatro puntos más que al principio de la crisis sanitaria) los que emplean cuatro o más alternativas.

El efecto contrario se produce entre quienes menos formas emplean, quizá porque entienden que no es el mejor momento para buscar trabajo porque no lo van a encontrar ya que el que hay es el que dejó de existir desde hace un año. Así, hay un 10% (350.000 parados) que busca trabajo usando un sólo método de búsqueda frente al 11% en el primer trimestre de 2020. Se ha producido un descenso de un punto y algo similar sucede entre quienes emplean dos formas (unos 600.000). Y que apenas hay empleo nuevo, y que las expectativas son aún limitadas, lo demuestra otro dato interesante: sólo el 7% de los parados señala que es posible encontrar empleo inmediatamente (no se menciona la calidad) frente al 10% hace un año y el 17% en el inicio de la gran crisis en 2007.

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