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Economía

EEUU hunde a Meliá, Iberostar y Globalia: prohíbe alojarse en sus 64 hoteles en Cuba

Los presidentes de las hoteleras Gabriel Escarrer (Meliá), Miguel Fluxà (Iberostar) y Javier Hidalgo (Globalia)

Donald Trump aprieta todavía más a Cuba y, de paso, vuelve a golpear a las cadenas hoteleras españolas en un momento especialmente crítico para el sector turístico. A partir de ahora, Meliá, Iberostar y Globalia no recibirán turistas estadounidenses en sus 64 hoteles de Cuba por prohibición expresa del Gobierno estadounidense.

En concreto, EEUU ha anunciado que el Departamento del Tesoro impedirá a sus ciudadanos alojarse en hoteles que estén controlados por el Gobierno cubano, que son la inmensa mayoría. A partir de ahora, los ciudadanos norteamericanos solo podrán alojarse en casas de cubanos, una opción que ya existe en la isla desde hace años y que queda autorizada al ser domicilios no gestionados por las autoridades de la isla.

De esta forma, ha elaborado una lista, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, en la que incluye los 39 hoteles que Meliá tiene en el país (a través de sus diferentes marcas Meliá, Paradisus, Sol y Tryp), los 17 de Iberostar, 7 de Globalia (a través de su cadena Be Live), y uno de Barceló.

De los 453 hoteles que incluye este registro de "alojamientos prohibidos", 64 pertenecen a las cuatro cadenas españolas, es decir, casi el 15% del total. Norteamérica es uno de los principales mercados emisores para el país caribeño y, a su vez, Cuba es un destino clave para las hoteleras españolas.

Un negocio en apuros

En este sentido, la nueva medida lastrará aún más el negocio de estas empresas, que se han visto obligadas a minimizar costes y solicitar financiación externa ante el desplome de los ingresos por el impacto que ha tenido la pandemia de la Covid-19 en el turismo.

La cotizada y 'número uno' de las hoteleras Meliá perdió 358,6 millones de euros sólo entre enero y junioel "peor" semestre de su historia, frente a los beneficios de 47,7 millones que registró en el mismo periodo de 2019. La compañía se reforzó su posición de caja hasta los 600 millones a través de créditos.

En su último informe semestral, la compañía reconocía que "durante el segundo trimestre se mantuvieron cerrados prácticamente todos los hoteles en Cuba" -a excepción de unos pocos para alojar a turistas que no pudieron repatriarse- y entre junio y septiembre, considerando la "escasa" actividad turística que se esperaba, el énfasis recaería "en la continuidad de las obras de remodelación" de hoteles.

Peor es la situación de Globalia, propiedad de la familia Hidalgo, que sólo tiene caja para resistir hasta noviembre y aguarda un rescate inminente por parte del Estado para sortear la quiebra. En medio de la crisis, el grupo acordó fusionar su cadena hotelera con el grupo español Blue Bay, tal y como avanzó en exclusiva Vozpópuli.

La guerra comercial EEUU-Cuba

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha supuesto deshacer todas las políticas de acercamiento entre Estados Unidos y Cuba promovidas por el expresidente Barack Obama. Desde su llegada al poder, Trump se ha embarcado en una guerra comercial con la isla que comenzó con la activación del Título III de la Ley Helms-Burton, una normativa que permite a los ciudadanos norteamericanos (incluidos los cubanos nacionalizados) demandar a las empresas extranjeras que se benefician de las propiedades que les fueron expropiadas o confiscadas tras el triunfo de la Revolución del 1959.

El Ejecutivo norteamericano también activó el Título IV de la citada ley que permite a Estados Unidos prohibir la entrada en el país a los directivos de empresas que se vean involucradas en demandas de este tipo. En España, Gabriel Escarrer, CEO de Meliá, y otros altos cargos de la compañía, no pueden acceder al país desde el pasado mes de noviembre, como adelantó este diario.

La reactivación de la Helms-Burton ha derivado en una oleada de litigios en los tribunales norteamericanos, si bien ninguno ha llegado todavía a buen puerto. Ahora, además de prohibir a los norteamericanos alojarse en hoteles de la isla, también ha vetado la introducción en Estados Unidos de puros y alcohol comprados en la isla. Bajo la Administración Obama, los americanos podían comprar estos productos por valor de hasta 100 dólares.

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