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Economía

La banca comienza a testear sus balances con tipos al -0,60%

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Los bancos se han librado por el momento de los test de estrés de la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Pero eso no quita que las entidades sigan trabajando a fondo en lo que será la mayor prueba de fuego hasta la fecha: enfrentarse a todos los escenarios con tipos negativos y en el caso más estresado, hasta con 'swap rates' del -0,61%, según ha podido saber Vozpópuli por fuentes financieras consultadas. 

Este año es la primera vez que los bancos contemplan tipos negativos en todos los escenarios. Esto será muy determinante, puesto que hasta en el 2019 se seguía planteando en algunos tramos tipos en positivo. Los test de estrés contemplan un escenario base con un 'swap rate' del -0,36% en 2020; del -0,33% en el 2021 y del -0,24% en el 2022, esto siempre con vistas a un año. 

No obstante, este mismo parámetro en un escenario más estresado se incrementa hasta el -0,43% en 2020; -0,42% en 2021 y -0,41% en 2022. Teniendo en cuenta estas mismas condiciones, pero llevado a 30 años, se llega a un tipo de interés del -0,61 para este año; del -0,45% para el próximo y del -0,41% para el siguiente.

Y es que sólo tomando el escenario base (2020, con tipos a un año) se ve una diferencia de 66 puntos básicos, puesto que en el ejercicio anterior se esperaba que los tipos estuvieran ya en positivo, en el 0,30%.

Libres este año

No obstante, estos parámetros se tendrán que revisar porque con la actual crisis mundial provocada por el coronavirus la EBA ha decidido retrasar los test de estés de este año, tal y como adelantó Vozpópuli

La epidemia que se ha propagado por todo el mundo ha obligado a multitud de entidades financieras a teletrabajar, por lo que no tienen recursos suficientes para hacer los informes pertinentes con toda la rigurosidad que este tipo de test requieren. 

A esto hay que sumar que los banco tienen que entregar una serie de documentos a la EBA antes del 31 de marzo, lo que resulta casi inviable por las circunstancias logísticas actuales, reconocen desde una de las casas de análisis españolas. Y es que, por mucho que se quiera llegar a tiempo, es evidente que el ritmo de trabajo ha disminuido. Por eso es muy probable que, como mínimo, este requerimiento se aplace.  

Además, para la propia autoridad europea también será complicado poder gestionar en este momento todo ese volumen de información, más aún sabiendo que el BCE tendrá que aplicar nuevas medidas monetarias y sobre todo porque aún no se conoce el alcance del virus, que podría llevar a Europa a una recesión, según las voces más alarmistas.

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